Las primarias del Psuv previstas este 8 de agosto no son un lecho de rosas y menos la demostración de la unión en el partido
Este domingo 8 de agosto, el chavismo tiene prevista una exhibición de sus músculos con unas primarias presentadas por sus dirigentes como una carta para mostrar fuerza. En cambio, se han abierto disputas que han dejado ver con claridad, en los últimos días, fracturas internas y han dado cuerpo a los rumores de división.
“Exigimos, de manera muy firme, que quienes aspiren a cargos de elección popular (…) su campaña sea una campaña chavista. Eso implica que no debe haber ofensas al compañero, no debe haber ataques al compañero. No debe haber señalamientos que tengan carácter electoral de ningún tipo”. La advertencia la hizo el vicepresidente del Psuv, Diosdado Cabello, reseña la agencia Efe.
El mensaje lo lanzó Cabello días después de la postulación de candidatos, en junio pasado. El mismo lo completó alertando que “quien haya tratado de hacer algún tipo de trampa” no es del PSUV, sino “de cualquier otra cosa”.
Las advertencias llegaron después de que, tras una jornada de postulación abierta, se inscribieran 100.975 candidatos. Son militantes que aspiran a encabezar las listas para las elecciones locales y regionales del 21 de noviembre.
Una muestra de fortaleza que comenzó a descubrir fallas desde el mismo 1 de julio. En esa fecha, cuando se anunciaron las nominaciones, comenzaron a circular videos de militantes protestando por no poder participar en la jornada. También denunciaron supuestos casos de manipulación de las actas de inscripción.
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De vieja data
La división interna en el PSUV existe desde su misma fundación. Así lo explicó a Efe el doctor en Ciencia Política y profesor de la Universidad Simón Bolívar Daniel Varnagy. Esa divisisón existe entre los “guevaristas”, miembros de un sector vinculado a la “izquierda radical”, y los “boliburgueses”. Este es un sector “más conciliador con algunos elementos de economías liberales de mercado”, dijo.
“Quizás hoy vemos focos guevaristas, pero una buena parte de ellos están en posición de poder no solo político. También económico (…) Hay un grupo que es un poco más socialista y otro un poco radical-comunista. Pero la realidad hoy es que los grandes jerarcas del partido se hicieron con mucho poder político y económico”, detalló.
Esos líderes tienen “distintas visiones, pero siempre actúan bajo la égida de seguir el legado de su comandante Chávez”, agregó.
Todo ello, pese a que “el personalismo”, tan característico de la política venezolana, “está haciendo aguas en el PSUV”, insistió.
Ante las cámaras y en redes sociales
Aunque en el chavismo las disputas suelen resolverse entre bambalinas, hay dos disputas entre precandidatos que han salido a la luz. Sus efectos se han multiplicado gracias al efecto de las redes sociales.
El primero de ellos ocurre en Carabobo, cuyo gobernador, Rafael Lacava, es uno de los rostros más reconocidos del chavismo. Tiene su propio logo- un murciélago- y aspira a la reelección. Este logo es, precisamente, lo que dio pie para una pelea entre candidatos.
“¿Como vas a hacer tú, si el pueblo revolucionario de Carabobo, si el pueblo bravo de Carabobo, el pueblo valiente está arrecho y molesto. Están cambiando los ojos de Chávez por un murciélago?”. Las acusaciones corresponden al exministro José Vielma Mora, también precandidato en ese estado.
En otro video difundido en su redes, Vielma Mora visitó una calle en mal estado de la región. Aseguró que allí vive “un pueblo sumergido en el abandono que suplica ser atendido y nunca más traicionado”. Por ahora, el precandidato no ha recibido ninguna respuesta de Lacava.
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Chávez contra Chávez
Sin embargo, el caso más llamativo se ha vivido en Barinas, estado natal de Hugo Chávez. Allí, su hermano Argenis y un sobrino con su mismo nombre, se disputan la candidatura regional.
Según denunciaron los propios militantes, partidarios de Argenis -actual gobernador- acabaron a golpes con los del sobrino del fallecido presidente en un altercado que recorrió internet como la pólvora.
Un caso inédito de Chávez contra Chávez.
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El tradicional caudillismo
A juicio de Varnagy, estas disputas tienen como fundamento el “caudillismo político, que está muy instalado” en el país, si bien advirtió que nunca se han visto “de esta manera” las divisiones internas en el chavismo.
En su opinión, las fracturas en el seno del PSUV y su visibilidad son más notorias porque la sociedad está “más cansada, extremadamente empobrecida y molesta”.
“El fracaso del sistema que emana de una u otra manera del PSUV es inocultable; de la misma manera, las diferencias que pudiera haber ante unas primarias en ese partido, donde la desconfianza no es solamente interna, sino de todo un país hacia un partido (…) y un liderazgo que sigue prometiendo cambios y transformaciones y la calidad de vida ha caído en picado”, concluyó.
