Hay en estudio un planteamiento sobre el tratar las aguas servidas, para reutilizarlas, en vista de la carencia del líquido en las tuberías
De las 168 horas que tiene una semana, el venezolano recibe en su hogar o lugar de trabajo, aproximadamente 57 horas de agua potable.
En una revisión hecha por la Organización No Gubernamental Monitor Ciudad, en los últimos seis meses los hogares venezolanos sufrieron un problema de escasez de agua considerable.
El estudio provino de entrevistas, verificación y trabajo de campo con ciudadanos en varias ciudades del país. Del mismo también se desprende que los venezolanos deben emplear unas cinco horas semanales para poder conseguir agua, cuando no la tienen en las tuberías.
Según Monitor Ciudad, algunos tienen una mejor suerte con el agua que otros. Gozan del líquido constante en sus hogares, mientras otros, pueden pasar más de dos semanas sin recibir una gota de agua.
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Una entrevista realizada por la Agencia de Noticias EFE al profesor de ecología, ambiente y sustentabilidad de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Douglas Sánchez, el profesional habría comentado que más allá de la escasez y los problemas de tipo ecológicos, en el país existe una situación de infraestructura, distribución y potabilización que incrementan el problema.
Reutilizar el agua
El catedrático de la UCAB manifiesta que existe un paliativo al problema del suministro del agua. La idea de reutilizarla o hacer sistemas de tratado de aguas residuales, podría ser una solución sustentable.
La agencia de noticias también conversó con el biólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Ernesto González, quien resalta que actualmente el agua potable que se utiliza para el consumo humano, es la misma que se usa en baños, para lavado de vehículos entre otros, lo que supone un uso indiscrimiando del recurso.
Vale acotar que ambos especialistas tiene claro que para reutilizar y tratar las aguas residuales se requiere una gran inversión, un cambio drástico en el servicio de agua potable y toda una estructura que permita poner en uso este plan.
En el país existen plantas de tratamiento, que funcionan de manera muy puntual, pero para democratizar un sistema de este tipo, se requiere de toda una estructura de mantenimiento y funcionamiento.
Sin embargo, recalcan que ya en el mundo hay experiencias en ciudades o zonas que han rendido frutos. Ponen como ejemplo México y Japón.
