Maniatado, los ladrones lo tiraron en altamar, y logró sobrevivir este pescador de 68 años
Lo que parecía una noche de pesca tranquila, como las muchas otras que ha tenido durante sus 68 años de vida, se convirtió para Santander González de Arco en una jornada en la que la muerte quiso enredarlo en sus redes.
Estrenando motor en su lancha comprado con un crédito hecho en un banco por 10 millones de pesos, Santander salió a La Boquilla, en Cartagena, a su faena pesquera.
Se adentró 9 kilómetros para buscar el mejor pescado que vendería el lunes en la madrugada en la plaza de mercado.
En el silencio de un mar tranquilo, y cuando el reloj marcaba las 11 de la noche, sintió que una embarcación se acercaba hasta su pequeño barco.
Presto a ayudar, como lo cifra el código del pescador, Santander saludó, pero solo recibió insultos.
En la penumbra, cuatro hombres armados se abalanzaron sobre él y lo sometieron.
“Hice un préstamo de $10 millones en el banco para comprar un motor nuevecito, tener buenas expectativas de pesca y mejorar mi calidad de vida, vinieron estos malandros y me quitaron mi motor”, recuerda el cartagenero.
Luego de amarrarle las manos por la espalda con las mismas cuerdas de su lancha y quitarle su camisa, los cuatro hombres armados lo arrojaron al mar.
En medio de las olas, Santander pudo ver cómo le quitaban el motor a su lancha y luego hundieron su pequeña embarcación, sustento para él y su familia.
Le batalló a la muerte
Las horas siguientes al robo y tras la golpiza, Santander hizo hasta lo imposible por sobrevivir en medio de un océano negro y cuyas olas lo golpeaban fuertemente.
Para no ahogarse, el pescador se aferró a su voluntad y, como un presagio de que esa no sería su última faena de pesca, logró flotar hasta una boya que le sirvió para aferrarse a la vida.
Flotando al lado de su trasmallo y una nevera térmica, Santander resistió por siete horas en altamar, hasta que a las 7:oo a.m. un grupo de turistas que pasaban por el frente de él, lo rescataron luego de escuchar los gritos de auxilio.
Lo subieron a la embarcación y fue llevado a la orilla donde unidades de la Armada y los rescatistas de las playas le prestaron los primeros auxilios.
El primer reporte de las autoridades indicó que Santander tenía un alto grado de deshidratación y quemaduras en las muñecas por el agua salina y los amarres en las muñecas de sus manos.
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Buscan a los responsables
El caso contra el pescador Santander indignó a los pescadores de Cartagena y a sus mismos habitantes; por eso desde el Consejo Comunitario acudieron a la Fiscalía a interponer la denuncia.
“Hacemos este anuncio a los compañeros de las zonas pesqueras para que cuando escuchen de la venta de un motor enseguida alerten a las autoridades, esto no puede quedar impune”, dijo un gestor cívico de La Boquilla al periódico El Universal.
Así mismo, familiares y amigos iniciaron una campaña ciudadana para recoger dinero para que Santander pueda pagar la antigua deuda en el banco y acceder a un nuevo motor sin endeudarse.
Asimismo, unidades Guardacostas en trabajo conjunto con la Policía intensificaron la búsqueda de los piratas que robaron a Santander