Los líderes de sindicatos del país aseguran que no solo se enfrentan a grandes carencias, sino también a la persecución por exigir lo que por derecho les corresponde
Durante el mandato de Hugo Chávez Frías, su discurso siempre fue en el marco de empoderar las áreas sindicales del país, todo lo contrario a lo que sucede en la actualidad.
Con más de 150 detenciones y decenas de denuncias de amenazas y agresiones, los representantes sindicales de Venezuela ven hoy su sector como el más golpeado del país.
Por ello, extendieron sus críticas a la administración de Nicolás Maduro quien asegura ser uno de ellos al calificarse un “presidente obrero”.
La coalición sindical denuncia que su situación es compleja,. Incluso asegurar que sufren persecución por parte de la administración de Maduro.
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Aclaran que la persecución y hostigamiento hacia ellos es mayor si militan en partidos de oposición.
«La persecución ahorita es súper fuerte, nunca en la historia democrática venezolana (…) se había perseguido tanto al trabajador como se persigue ahora», sostuvo el coordinador del sector judicial de la coalición, el abogado Emilio Negrín, en una entrevista con Efe.
Negrín indicó que en este 2021 se registran 11 detenciones de dirigentes sindicales y en 10 años, hay 151 líderes apresados.
“Son 151 trabajadores que están en un limbo jurídico puesto que no se ha cumplido con ninguno de los procedimientos”, alertó.
Denunció que hay detenidos que tienen un año sin audiencia preliminar.
Los mismos delitos
«Aquí todas las personas que se enfrentan al gobierno son procesadas por instigación al odio, asociación para delinquir y terrorismo», resaltó.
Negrín afirmó que la persecución y agresión no distingue profesión.
“Es contra todos los trabajadores que están al frente de demandas por mejoras laborales”, señaló.
Y es que la persecución mayormente se evidencia en líderes gremiales que expresan su descontento hacia la administración de Nicolás Maduro.
Afirman que estos incidentes se ven mayormente en el interior del país.
Tanto en el occidente, como en el oriente, los fallos por luz, agua, gas, gasolina y otros servicios públicos son constantes.
La crisis social repercute directamente en los trabajadores que, además de quejarse de estas situaciones, demandan mejoras laborales.
Una de sus principales quejas es que la administración de Maduro se alejó de los empleados o de la «clase obrera», como la denomina Maduro.
Con unos salarios que, con suerte, pueden ir desde los 3,5 a los 30 dólares mensuales en la administración pública, dependiendo de la profesión.
Los gremios sindicales ven cada vez más mermadas sus condiciones laborales, por ello manifiestan su descontento.
Un caso emblemático
Rodney Álvarez, un sindicalista de la Ferrominera del Orinoco tiene diez años preso acusado de asesinar a otro trabajador durante un acto.
Aunque el imputado niega haber cometido ese delito.
Su caso se convirtió en una bandera entre los sindicalistas, ya que aseguran que su compañero no cometió el delito.
Afuirmasn que las personas que asistieron a una asamblea de trabajadores son testigos de ello.
Según señalan, las «únicas» pruebas son testimonios «falsos» presentados por la Fiscalía.
La coalición sindical, además, se queja de que Álvarez lleva diez años preso en un proceso que fue «dilatorio».
Recientemente lo condenaron a 14 años de cárcel y las autoridades se niegan a contabilizar todo el tiempo que lleva en prisión como parte de la pena.
Indefensos ante las denuncias
Los líderes de cada sector laboral reconocen que sienten miedo cada vez que realizan denuncias.
Pero señalan que aún bajo ese escenario seguirán haciéndolo.
«En estos momentos es bastante difícil (ser sindicalista) tomando en cuenta que los valores o las luchas de los gremios de los sindicatos tradicionales”, sostiene el líder y médico Rafael Arreaza.
Aseguró que históricamente, luchan por la mejora salarial, por las mejoras de las condiciones del trabajo, por la mejora de la seguridad social y son cosas que en estos momentos no existen en Venezuela
Arreaza, quien también fue presidente del Instituto de Seguridad Social hace 20 años, señaló que varios médicos y enfermeros han sido detenidos en medio de protestas en diferentes estados del país.
Recordó como a finales de junio intentaron detener en Anzoátegui (oriente) al líder sindical del hospital Luis Razzetti, Edinson Hernández.
Por denunciar «la carencia absoluta» de insumos en el centro de salud.
Y aún cuando el sector salud es uno de los presentes en denuncias por la carencia en los hospitales, Arreaza coincide en que «todos los trabajadores han sido tremendamente golpeados en todas sus condiciones y medioambiente de trabajo (…) los trabajadores lo han perdido todo».
