El mundo estaba centrado en Europa. Toda la ayuda a un país asediado y los señalamientos contra un líder mundial llevaban un rumbo, pero de pronto, una mañana de sábado, hubo una especie de borrón y cuenta nueva
Tras la caída de la cortina de hierro, también conocida como la famosa Guerra Fría, el mundo vivió un esquema de una supuesta paz, donde los enemigos convencionales o desaparecieron o simplemente fueron mermados.
Sin embargo, esa tranquilidad se fue desvaneciendo, ya que los conflictos comenzaron a tomar otros matices y decantaron en otras regiones, con otros actores y otros significados.
Para muchos era impensable que pudiese existir una guerra entre naciones que otrora fueron amigas, aliadas o simplemente pertenecieron a un mismo gobierno.
El 20 de febrero del 2014 Rusia decide declararle la guerra a su vecina y compañera de armas Ucrania. El gobernante, Vladimir Putin, considera que el territorio le pertenece a los rusos y comienza así una escalada violenta que termina en una especie de armisticio.
Pero las pretenciones de Putin no murieron allí.
El mundo seguía expectante ante lo que podía hacer el Kremlin y las sospechas de que dicho conflicto renaciera cada vez eran mayores.
Así llegó el 24 de febrero del 2022,cuando las tropas rusas decidieron ingresar a sangre y fuego en la zona norte, comenzando así la conocida Invasión a Ucrania.
La opinión pública internacional, que se encontraba en una especie de descanso medio de guerras y conflictos, activó las alarmas y el mundo entero volvió la mirada hacia las acciones bélicas conducidas por Vladimir Putin.
Todo apuntaba a que este líder de euroasia había cometido crímenes de guerra y por ende, la comunidad internacional, o gran parte de ella, incluso, hasta líderes radicales, trabajaban por buscar la paz entre Ucrania y Rusia y lograr retomar la paz.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), la Unión Europea y hasta la Corte Penal Internacional, entre otros entes internacionales, se pronunciaron y llevaron a cabo acciones que se prolongaron hasta el día de hoy.
El mundo entero se centró en Ucrania y sus problemas, hasta prácticamente el 07 de octubre del 2023.
Los medios perdieron interés en la guerra Rusia – Ucrania, que si bien aún continua, ya no llena el centimetraje de los noticieros en sus diferentes versiones, impresos, audiovisuales y digitales. Por lo menos, no como antes.
Este pseudo abandono es en parte producto de un evento que bien robó la atención de muchos por su connotación histórica, los intereses políticos y económicos presentes, pero sobre todo, por su crueldad plasmada en redes sociales.
La otra guerra
En el caso de los que nos encontramos en el hemisferio occidental, nos despertamos el sábado 7 de octubre del 2023 con la noticia que conmocionaría al mundo entero.
Un número considerable de miembros del grupo extremista Hamás, habría incursionado de forma violenta en la Franja de Gaza (Palestina), atacando asentamientos judíos y puestos militares.
Si bien el conflicto entre Israel y Palestina es de vieja data, con responsabilidades en ambos bandos, el mismo se encontraba en una especie de letargo, donde reuniones y diálogos de paz, aparentemente, estaban rindiendo frutos.
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Más de 20 mil personas han perdido la vida tras el ataque del 7 de octubre. Aproximadamente unos 1500 judíos el mismo día, muchos jóvenes que acudían a un festival de música.
Otros miles resultaron heridos y muchos terminaron siendo rehenes de Hamás. Unas mujeres denunciaron haber sido violadas.
Con el pasar de los días, Israel prometió una contraofensiva que según sus líderes, acabaría definitivamente con Hamás.
Los bombardeos incesantes sobre Gaza, el corte de los servicios básicos, luz y sobre todo agua, en una zona tan árida, han obligado un éxodo de consideración y un ataque a asentamientos civiles, que por supuesto, obligó a la opinión pública internacional a prácticamente voltear la cara y fijarse en este nuevo conflicto.
Si bien en esta nueva escalda se puede decir que Israel fue el primer atacado, también es cierto que la respuesta de los judíos ha sido extremadamente fuerte y son muchas las vidas civiles que se han perdido.
Esto ha llegado a tal punto, que naciones que apoyan de manera incondicional a Israel, como estados Unidos, Gran Bretaña y otros, han criticado de forma severa el accionar de Benjamin Netanyahu, Primer Ministro israelí.
La guerra de Ucrania en cifras
Desde febrero del 2014 hasta nuestros días, según reportes de la ONU, en la guerra de Ucrania han muerto más de 10 mil civiles y un número considerable de militares.
La cifra de heridos supera a la cantidad de muertos y lo más preocupante es que los ataques con misiles y cohetes no han cesado.
El fantasma de la tortura y la violencia sexual también ha estado presente en este conflicto.
“Los testimonios de los supervivientes describen una crueldad difícil de imaginar, incluidos relatos aterradores de descargas eléctricas, violencia sexual y fuertes palizas, que en algunos casos provocaron la rotura de huesos y el destrozo de dientes. También se obligó a innumerables detenidos a alabar a la Federación Rusa, a aprender y cantar canciones rusas, y sufrieron fuertes palizas por no hacerlo o por hablar ucraniano. Persistieron las terribles condiciones de detención, incluida la escasez de alimentos y medicinas, las malas condiciones de vida y la privación de sueño“, dice en un informe la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Nada Al-Nashif.
Sin embargo, esta guerra, en el 2023, pasó a un segundo plano, gracias a la aparición de una nueva vedette bélica.
La otra novela de la guerra
Solamente en los primeros días del conflicto, la guerra entre Israel y Hamás equiparó a la cantidad de víctimas mortales que lleva Ucrania en más de un año de conflicto.
Al cumplirse un mes del conflicto, solamente en Palestina registraban más de 10 mil personas muertas producto de los bombardeos.
A esto habría que sumarle los 1.400 muertos judíos que produjo el ataque de Hamás el propio 7 de octubre.
El ministerio de salud de Hamás habría dicho recientemente, que van alrededor de 20 mil muertos por los ataques de Israel hacia los territorios ocupados.
Según fuentes de la ONU, hasta noviembre contabilizaron, además de los muertos, 25.408 palestinos heridos, contra 5.400 israelíes heridos.
Lo peor de todo es que, mientras leemos esto, siguen cayendo bombas, misiles y balas sobre Ucrania y Gaza, porque simplemente estos conflictos no han cesado.
Por ende, las muertes tampoco.
