Gabriel Salinas confirmó formar parte de la dantesca operación criminal junto a otros sicarios con la que acabaron con la vida del fiscal Marcelo Pecci
Recientemente, se conoció la captura del sexto sicario, Gabriel Carlos Salinas Mendoza, implicado en el asesinato del fiscal antimafia paraguayo Marcelo Pecci, mientras estaba de luna de miel con su esposa en playa Barú en Cartagena, Colombia.
Luego de conocerse su identidad y que se encontraba aprehendido en los calabozos del Sebin, Remigio Ceballos, ministro de Interior de la administración de Nicolás Maduro, hizo público, un video del sujeto, en el que cuenta fría y calculadoramente los detalles de la ejecución en la que cobraron la vida de Pecci.
En principio, comenzó su relato, confirmando su vinculación a los principales cabecillas de la banca delictiva que operaba en la Cota 905, alias Koki, alias Galvis y alias Vampi, también aseguró que conocía al capo de la banda de Petare, alias Wilexis.
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Posteriormente, recostado en una pared blanca, Salinas detalló que llegó a Colombia en el 2022, específicamente a Medellín. “Allí en un evento de motopiruetas me encontré a Francisco Correa, alias «El Monín», quien le plantea la ejecución de un sicariato”.
En el video, confesó que era él el encargado de conseguir al resto de los sicarios para ejecutar la operación que se llevó a cabo en playa Barú en Cartagena.
Fue Salinas el que consiguió y además el que conducía la moto de agua en la que llegó a la playa, junto a alias el Wácala, Wendret Castillo, quien le disparó a Marcelo Pecci hasta acabar con su vida.
El delincuente, detalló que las órdenes del sicariato se las dio Correa, a quien la fiscalía de Colombia considera el articulador del crimen, dictó las órdenes para este caso y entregó el arma a Carrillo, con la que ejecutó el asesinato del fiscal paraguayo.
Una vez que ejecutó el crimen, discutió con su compañero en Medellín, cobró ocho mil dólares y se fue por tierra hasta Cúcuta y luego hasta Caracas, donde permaneció hasta el momento de su captura.
Aparentemente, Salinas vivía en casa de su madre ubicada en Ruiz Pineda, al oeste de la ciudad.
