La Aquamación es lo más innovador en los servicios funerarios y se estrena en México y Latinoamérica
Desmond Tutu, héroe de la lucha contra el apartheid y Premio Nobel de la Paz, quien murió recientemente, pidió que su cuerpo fuese sometido a la aquamación.
Un procedimiento alternativo más ecológica a la cremación.
La técnica reduce los cuerpos a cenizas, como sucedería con una cremación, pero sin necesidad de combustión.
La empresa inglesa Resomation hizo un análisis y demostró que usar la cremación con agua en vez de llamas “reduce las emisiones de gases de efecto invernadero de ese funeral en aproximadamente un 35%”.
La compañía Bio-Response, que se especializa en el proceso en USA, indica que esa tecnología reduce el uso de energía en “90% en comparación con la cremación con llamas”.
El nombre científico del proceso es hidrólisis alcalina, e implica pesar el cuerpo y luego calentarlo a 150° C en una mezcla de hidróxido de potasio y agua por 90 minutos.
Esto disuelve el tejido corporal, dejando solo los huesos, que luego se enjuagan a 120° C, se secan y se pulverizan usando una máquina llamada cremulador.
Una vez que se completan todos estos pasos, los restos se pueden enterrar o esparcir de acuerdo con los deseos del difunto, tal como sucedería en una cremación ordinaria.
La técnica imita el proceso de hidrólisis alcalina que ocurre naturalmente cuando un cuerpo se descompone, solo que en este caso la descomposición que ocurre en un lapso de hasta 20 años se produce en cuestión de pocas horas.
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La aquamación se ha venido haciendo desde hace varios años, pero solo en algunos países: EE.UU., Canada, España… pero el Grupo Gayosso, empresa especializada en servicios funerarios en México y pionera en previsión funeraria, presentó recientemente un nuevo sistema en México y Latinoamérica.
Este proceso, ecológicamente innovador, ya empezó a ser aplicado en Tijuana, Baja California.