La venezolana, Yetzabeth Hernández decidió emigrar en el 2019 producto de la crisis en el país; pero la suerte no le sonrió en Perú tras encontrarse con un hombre que pretendía abusar sexualmente de ella
Yetzabeth Hernández es una de esos cinco millones de venezolanos que decidió emigrar para buscar una mejor calidad de vida.
El impulso de Yetzabeth fue su hijo de ahora 7 años, quien merecía un futuro diferente al que le prometía un país en crisis.
Por ello, decidió embarcarse en la ruta incierta de un emigrante y viajó hasta Perú para un futuro mejor, para darle a su pequeño, seguridad y calidad de vida.
Justo estas dos últimas cosas las perdió Yetzabeth a tan solo 15 días de llegar a ese país.
Luego de 10 días en Perú se trasladó a Miraflores en Lima junto a unas amigas para emprender su estabilidad.
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Mientras se acondicionaban en el lugar se sintieron inseguras, pues con tan solo cinco días en la zona uno sujetos comenzaron a hostigarlas.
Entre los hombres que no paraban de decirles improperios y tildarlas de prostitutas se encontraba Carlos Condori quién constantemente le hacía propuestas obscenas, sobre todo a Yetzabeth.
El comienzo de una pesadilla
El 29 de septiembre de 2019, Yetzabeth en compañía de una amiga salió a comprar agua y otros productos personales.
En ese momento, Condori se les acercó junto a otros hombres, todos estaban ingiriendo licor.
Condori le proponía indebidamente mantener sexo a cambio de dinero a las jóvenes quienes le alegaban que estaban casadas y no eran prostitutas.
Mientras las venezolanas pedían respeto, el peruano hacía caso omiso a sus exigencias y se les acercaba con insistencia.
Las jóvenes le lanzaron una piedra y lograron irse apresuradamente hasta su hogar.
Luego del susto, salieron nuevamente para comprar otras cosas importantes que les faltaron, entre ellas comida y un cuchillo de cocina.
Al regresar, Condori, se les acercó nuevamente, pero esta vez con actitud agresiva y las persiguió, afianzándose en ir contra Yertzabeth.
El peruano con voz altiva aseguró que él manejaba el barrio y tenía pistola, luego se le fue encima a la venezolana tocándole sus partes íntimas, forcejeando con ella.
Impacto Venezuela conversó con la tía de Yetzabeth, Rafaela Arzudo, quien relató que en medio del forcejeo, su sobrina logró hacerse con el cuchillo e hirió mortalmente a este hombre que intentó abusar sexualmente de ella.
Cuando ocurría esto, uno de los hombres que estaba con Carlos Condori hirió a Yetzabeth Hernández, este hombre que participó en el hecho, actualmente funge como testigo acusador, cuestionó Arzudo.
“Ella huyó a la casa donde se encerró junto con a su amiga hasta llegar la policía”, comentó.
Proceso viciado y carente de imparcialidad
Yetzabeth Hernández es una migrante venezolana que tiene derecho al respeto, la defensa y un proceso debidamente correcto; elementos ausentes en su caso.
Su tía denunció que no se le ha respetado el debido proceso y desde un principio su caso ha estado viciado.
Desde desaparición de evidencias, expulsión de sus amigas hasta amenaza de muerte de su abogada.
Uno de los agresores que estaba con Condori y agredió a Yetzabeth es testigo acusador, y a las amigas de Hernández las expulsaron de Perú.
El teléfono personal de la acusada desapareció en el momento de la tragedia, allí documentó el acoso del cual había sido víctima por parte de Condori.
Después de tener dificultades para acceder a un defensor, contactaron a una abogada privada, que pronto abandonó el caso tras recibir amenazas de muerte por parte de familiares de Condori.
“Desde un principio se le violaron sus derechos, un policía la grabó haciéndole preguntas tratando de tergiversar sus respuestas, luego lo subió a las redes sociales”, comentó.
También denunció que le tomaron declaraciones sin un abogado presente.
En otro país luchando contra la marea
Alejada de su madre, sin su hijo, solo con algunos primos y su padre cerca de ella, Yetzabeth se enfrenta a los años más oscuros de su vida, por simplemente defenderse de no ser abusada.
Batalla diariamente con las vejaciones de un proceso judicial. Actualmente tiene un abogado el cual denuncia constantemente no tener acceso al caso de su defendida.
Sin tener pruebas concretas y no permitirle su derecho a la defensa condenaron a 17 años de prisión a Yetzabeth Hernández.
Otra injusticia e ilegalidad en el proceso, alegó Rafaela Arzudo a Impacto Venezuela.
Justicia para Yetzabeth
El 26 de marzo de 2021 se realizó la última audiencia donde fue sentenciada por homicidio calificado a 17 años de prisión, negándole el derecho a la defensa propia.
De igual forma, se le dio la opción de pagar una fianza o indemnización de 25.000 dólares para salir en libertad.
“Nosotros no contamos ni con recursos, ni propiedades para solventar esa deuda. Solicitamos ayuda, ya que su juicio estuvo viciado y de manera injusta manipulado, ya que hasta el 27 de marzo de 2021 se vencía el plazo de prisión preventiva, lo que se conoce como los 45 días de averiguaciones”, expresó Arzudo.
La fiscalía, de manera arbitraria, apresuró finalizar las audiencias, ya que si llegaba el fin de la prisión preventiva y no había finiquitado el juicio debía recibir libertad plena.
Por ello los familiares de Yetzabeth Hernández solicitaron ayuda a cualquier persona, ente u organismo que tenga la facultad de lograr su liberación y regreso a Venezuela.
Tampoco hay respuesta en Venezuela
Tras ser consultada sobre la asesoría o el procedimiento para su extradición, Rafaela Arzudo detalló que no le han dado respuesta.
“Hemos solicitado la asesoría de la cancillería aquí en Venezuela, cuando inició todo nos dijeron que para extraditarla debe existir una condena, y ahora que está la condena nadie nos dice nada”, dijo.
Informó que la cónsul de Venezuela en Perú contactó al papá de Yezabeth Hernández e informó que iban a revisar el caso.
En cuanto al caso en Venezuela, dijo que tanto el Tribunal Supremo de Justicia y la cancillería son los órganos competentes para ocuparse del caso, pero no los han atendido.
“No nos han asesorado, en principio sí nos hablaron de traerla y ser juzgada por sus jueces naturales (venezolanos) pero todo quedó en palabras”, lamentó.
Por ello, Rafaela Arzudo pide que desde Venezuela ayuden a su sobrina y a su familia para que la extraditen.
De joven alegre y trabajadora a injustamente triste y sola
Su tía la define como una muchacha muy alegre, joven, trabajadora, profesional que asumió la responsabilidad de ser madre soltera y brindarle lo mejor a su hijo.
Asegura que es una mujer valiente y familiar que también vela por su hermana menor y su hijo.
Sin embargo, la alegría de Yetzabeth se ha ido borrando entre el desespero y la injusticia.
Arzudo sostuvo que cuando hablan con ella intenta estar tranquila y fuerte, “pero llega un momento donde no aguanta más y llora mucho, se oye triste, y se siente sola”.
Desde hace dos años se separó de su hijo con la intención de reencontrarse en el menor tiempo posible y que a él no le falta nada.
En estos momentos su hijo llora y pregunta todos los días por su madre quien afirma que su mamá lo dejó solo.
Su pequeño de ahora 7 años no deja de repetir que quiere estar con ella e ir a buscarla en dónde se encuentra.
Yetzabeth está recluida en una cárcel de Perú intentando mantener fuerzas, esperando que su caso se pueda solucionar y así, finalmente, poder regalarle a su pequeño ese futuro por el cual emigró y que un abusador sexual le truncó.
Venezolanos en Perú: una tierra de xenofobia
Uno de los países con mayor acceso para los venezolanos es Perú, de acuerdo con la ONU, más de un millón de connacionales se encuentran en ese país.
Cerca de 496.000 han solicitado la condición de refugiados. Esto hace al Perú el primer país de acogida de personas venezolanas con necesidad de protección internacional.
No obstante, es un país que no ha recibido con mayor agrado a los venezolanos que abandonaron su país producto de la crisis económica que lo aqueja.
La xenofobia ha marcado su presencia en el país, cuando en diferentes oportunidades los han tildado de malandros.
En los primeros meses de este 2021, se ha evidenciado en las redes sociales como agreden constantemente a los venezolanos.
Entre ellos, el video al comerciante venezolano que fue vilmente asesinado por alias “Cara cortada”, por no pagar una vacuna para mantener su comercio activo en uno de los mercados populares del lugar.
Posteriormente, un venezolano que hacía delivery fue amenazado también por un peruano a mano armada, pero la pistola no disparó y es lo que mantiene con vida al joven. Este sujeto se encuentra detenido actualmente.
Las mujeres se han visto expuestas tanto a la xenofobia como al acoso, y por ello, varias venezolanas se han regresado a su país, al sentirse inseguras en Perú.
