En la frontera con Colombia, las autoridades aseguran que combaten a los irregulares, pero los guerrilleros se refugian en Venezuela
El miedo de los pobladores a los guerrilleros que operan en la frontera con Colombia y Venezuela es inminente.
Decir algo sobre su presencia es meterse en camisa de 11 balas porque el secuestro, reclutamiento y la muerte por parte de los irregulares están a la orden del día.
“Yo de eso no sé nada. Para qué le voy a decir”, dice uno de los pobladores de Boca de Grita.
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El hecho es que ni las autoridades han podido controlar lo que sucede en la frontera.
Planes de seguridad van y vienen y ellos siguen operando al margen de la ley.
Por un lado Venezuela dice que su territorio “está libre de grupos paramilitares y guerrilleros”.
En Colombia aseguran que luchan contra los irregulares, pero que estas organizaciones se refugian en Venezuela.