jueves, abril 25, 2024

Viaje de “ELEFANTES PERDIDOS” se convierte en espectáculo mundial

La larga marcha de un grupo de elefantes en China que deambulan de manera errática se ha vuelto viral. Con drones siguen su recorrido

Unos 500 kilómetros han recorrido los 14 elefantes hace dos meses. La manada de paquidermos deambula sin aparente rumbo fijo.

Lo único cierto es que a su paso han acabado con los cultivos de maíz y arroz. Pasan por caseríos como “dueños por su casa”, dejando de lado el miedo que por años tenían a los humanos.

Nadie sabe las razones que empujan a los elefantes hacia el norte de China que abandonaron la reserva de Xishuangbanna, en la provincia de Yunnan, fronteriza con Laos y Birmania.

Podría ser la falta de comida o el extravío del líder, pero su deambular se ha convertido en todo un espectáculo que es seguido por drones.

Empezó cautivando a los chinos, pero la larga marcha ya tiene a curiosos y científicos mundiales siguiéndoles la pista diariamente de un viaje que inició hace algo más de un año.

Lea también: ¡ELEFANTES LIBRES! la petición mundial que conmemora su día

Manadas errantes

Lo curioso es que esta manada de paquidermos no es la única que decidió emprender un largo viaje; a finales de mayo otra marcha de elefantes tiene en vilo a la China.

Esta vez los paquidermos (15-incluidas tres crías, una nacida durante el viaje-) también decidieron abandonar la reserva de Xishuangbanna, en la provincia de Yunnan, fronteriza con Laos y Birmania

Su seguimiento de masas incluye a un integrante que decidió apartarse del grupo. Igual que el otro grupo, se desconoce cuál fue el detonante para emprender la travesía.

Ahimsa Campos-Arceiz, investigador español explica que la dispersión de estos animales ha aumentado en Yunnan por la reducción de su hábitat, pero también por el éxito de los programas de conservación.

Monitorizados. Imagen captada por una cadena de televisión de los elefantees sesteando en un bosque de las afueras de Kunming.

“Mientras más gente y más atención, más presión sobre ellos”, asegura.

Versiones del comportamiento ¿errático?

Aunque expertos apuntan a que la diáspora pudo estar motivada por la falta de alimento en su hábitat natural ante el imparable avance de las plantaciones de caucho y té.

Estos cultivos han reducido la vegetación y fragmentado el bosque.

Otras hipótesis aseguran que detrás de este comportamiento -¿errático?- esté el aumento de la población de paquidermos.

Solo en la provincia de Yunnan en los últimos años hasta alcanzar los 300 elefantes.

Asimismo en las últimas semanas ha cobrado fuerza la teoría de que este desfile tiene su origen en la intoxicación por alcohol de su líder.

Esta última teoría, con algo de gracias, se debería a que el líder devoró restos fermentados, arrastrando en su ‘borrachera’ a toda la manada.

Como “pedro por su casa”

A su paso por bosques frondosos, ríos revueltos y hasta ciudades, los elefantes han desatado todo tipo de afectos de quienes han registrado sus aventuras en redes sociales, televisión y radio.

Sin embargo, la estela que dejan a su paso suma ya destrozos que superan el millón de euros y al menos 56 hectáreas de cultivos arrasadas.

Por su parte el Gobierno chino ha hecho esfuerzos para que ningún humano se haya visto afectado y trata de mantener alejados a los curiosos.

Pero, mantenerlos alejados de los humanos y los nucleos de viviendas, ha sido difícil. Para ello s eha montado todo un operativo de cuidado y prevención.

Son 440 agentes, 115 vehículos y 14 drones los que siguen a los elefantes, a los que ni camiones ni sirenas han hecho ni por un momento desistir en su empeño.

La gran mayoría disfruta viéndoles por televisión entrando a una vivienda y bebiendo por turnos de una bañera después de que el más avispado abriera el grifo con la trompa.

Hasta el portavoz de Exteriores, Zhao Lijian, se ha pronunciado al respecto en Twitter. Lo llama «hermoso accidente».

Les sigue la pista por sus travesuras, muy propias de animales inteligentes que ahora se deleitan en caserío comiendo maíz o tomando descansos en zonas impensables.

Cosechas como el maíz o el arroz, plantas grasas, les parecen más apetitosas que la comida que pueden encontrar en su hábitat natural.

“Han pasado de evitar el contacto con la gente a estar muy despreocupados”, asegura el científico español.

Su ruta ha cautivado a millones de personas en todo el mundo. Pero aunque su viaje resulta insólito tanto en el seguimiento de la ruta del rebaño en Kunming como la de Xishuangbanna.

Recorrido peculiar

Elefantes peculiares y con movimientos muy erráticos se han desplazado cinco veces más lejos del máximo habitual.

A zonas que no conocían, donde no habían estado antes, y que son muy diferentes desde el punto de vista bioclimático.

Han abandonado el bosque tropical húmedo de Xishuangbanna y se han metido en bosques más secos y más calurosos del centro de [la provincia de] Yunnan.

Son lugares de mayor densidad humana donde han generado más atención y consumido más cultivos de los campesinos de la zona.

Incuso han caminado por carreteras o espacios donde era muy fácil moverse. Y al final han acabado en una ciudad de nueve millones de personas.

¿Qué pasará?

Por ahora los responsables chinos esperan y están atrayendo a los animales con comida y recompensas para mantenerlos alejados de los núcleos urbanos.

La idea es supervisarlos con cuidado y tratar de que lleguen a algún lugar donde puedan asentarse.

De no legar a ser así y la situación se complicara, tendrían que transportarlos tras anestesiarlos.

Aunque la migración agrupados en familias de elefantes es común, el hecho que sea una manada errática es lo que ha causado curiosidad esta vez.

A diferencia de otros países de Asia, en China la tolerancia de los habitantes de las zonas pobladas por elefantes hacia estos animales es grande.

Por razones culturales entre las minorías originarias de allí, pero también por unas leyes que condenan a 10 años de prisión a quien dé muerte a un ejemplar.

Campos-Arceiz explica que los elefantes —”máquinas de tragar comida”— están muy cómodos.

“Han descubierto que pueden salir de su parque y pegarse banquetes de comida ahí fuera, hasta el punto de que algunos deciden no volver”.

El problema es que esta situación aumenta el riesgo de conflicto entre elefantes y humanos.

“Aunque la tolerancia en esta zona es muy alta, comparada con otros sitios de Asia, hay problemas reales”, explica.

Los campesinos pierden sus cultivos, devorados por los paquidermos. Los animales, además, pueden arrollar y matar a personas.

Mensaje final

“Tenemos que saber que la conservación vendrá con problemas. Son problemas deseables, que queremos tener, porque son la consecuencia de un éxito. Pero tenemos que gestionarlo. No podemos ser simplistas. Debemos entender que hay intereses que no son compatibles: no podemos tener todo el desarrollo que queramos y a la vez tener naturaleza y animales. Tenemos que ver cómo conseguir lo más posible en ambos campos… Y eso requiere un poquito de compromiso”, concluye el científico para El País.

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