La historia de Daniela es similar a la de un gran número de venezolanos que decidieron quedarse en Venezuela y trabajar duro para poder tener una mejor calidad de vida, en un país que aún se encuentra en el limbo
Daniela se levanta diariamente a las 5 de la mañana para cumplir con su horario de oficina en un ente público en Venezuela como administradora. Aunque se graduó como licenciada en Administración de Empresas y tiene una maestría en finanzas, su salario no supera los cinco dólares mensuales.
Por eso, no solo labora en la administración pública, en paralelo administra dos pequeñas empresas y de paso tiene un emprendimiento propio de repostería. Con eso afirma que dependiendo de las ventas de sus dulces, puede llegar a percibir hasta 450 dólares mensuales.
Sin embargo, Daniela sabe que su horario comienza a las 7 de la mañana, pero no sabe a qué hora de la noche se culmina. Los fines de semana también los puede tener ocupados laboralmente, porque asegura que prefiere trabajar sin descanso para poder tener un poco de holgura económica.
Vive sola en un apartamento que le cuida a su tía que emigró a España hace 15 años; y del cual se hace cargo de todos los gastos. A sus 32 años se ha planteado construir varias cosas para su futuro, pero hasta el momento entre ellas no está emigrar; por eso insiste en trabajar sin descanso.
Daniela tiene una agenda planificada de su vida diaria. Trabaja hasta las 4 de la tarde en la administración pública; en paralelo atiende puntualmente algunas asignaciones de sus otros empleos. -Sí, en Venezuela saben que los salarios son tan bajos que te permiten atender tus otros empleos sin inconvenientes-. Al final la informalidad y la compasión se han vuelto cotidianas en un país, donde poco las reglas se cumplen.
Un país que sin tener una dolarización oficial, los precios están marcados en dólares en los anaqueles de cualquier comercio. En el que aunque disponen de poco cambio, dependiendo de los lineamientos del comercio; no te permite pagar en bolívares cuando las cuentas son muy altas.
Pero bueno, regresemos a la vida de Daniela… Quien insiste en vivir en su país pese a las adversidades, pues mantiene en sus creencias que si vivió la época de la gran escasez. Los apagones del 2019. Ahora que como parte de todo este efecto, pueden tener un poco más de ingresos; seguirá en el país, con la esperanza de que algún día “esto cambie”.
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Diferentes realidades
La pregunta que le hacen sus amigas es por qué continuar en un ente público, y su respuesta es por amor, se enamoró de su trabajo; es feliz en su ambiente laboral. Insiste que sus otros empleos son por honorarios profesionales y no cotiza ni seguro social, ni tampoco cuenta con un seguro de vida.
Aunque tiene muy claro que los empleos con los que se mantiene y de vez en cuando se da sus gustos, no son precisamente el del ente público, donde cuenta con pesar que ve varias realidades, como la del trabajador que solo tiene ese ingreso y día a día intenta resolver qué comer.
Porque en Venezuela se pueden apreciar distintas realidades, y ni siquiera son equivalentes al esfuerzo de los trabajadores.
Hay profesionales; como es el caso de los docentes que pueden ganar en una unidad educativa pública, máximo 4 dólares. Atrás quedaron los beneficios que obtenían, por eso al igual que Daniela, si quieren mejorar su calidad de vida deben buscar otros empleos, o incluso aprender algún oficio.
Una realidad que se ha vuelto recurrente en Venezuela, es tener varios trabajos, y a veces, hasta un oficio para poder cubrir sus necesidades básicas, y como se acostumbra a decir ahora, “darse un gustico”.
Sí, porque comer en la calle, pedir un delivery o comprar alguna prenda de vestir o calzado nuevo es “ dar gusto”, para muchos.
¿Cómo es divertirse en la Venezuela de ahora?
Lo que sí es cierto y debemos rescatar en esta atípica época es que el ingenio del venezolano salió a relucir en todo su esplendor. Acá el ganar-ganar se puede ver en los restaurantes, sitios de comida rápida y hasta nocturnos.
Daniela asegura que para ella divertirse o “comer algo diferente y rico”, tiene que estar pendiente de las promociones que ofrecen los comercios. Son alternativas que al comerciante le permite tener mayores ventas, y a los venezolanos poder saciar sus gustos a un cómodo precio.
Aquí es donde viene esta frase que se ha vuelto recurrente, sobretodo, para aquellos que decidieron emigrar por una mejor calidad de vida. Ver a venezolanos que decidieron quedarse en el país, salir a comer a restaurantes, o asistir a algún evento musical, les causa duda y preguntan: ¿Venezuela se arregló?
Una pregunta que para muchos es difícil de responder. Algunos aseguran que sí, mientras que otros, con seguridad afirman que no, que Venezuela está lejos de arreglarse.
Lo que sí es cierto es que varios especialistas, señalan que el país en la actualidad vive una “distorsión económica”.
Lo que dicen los especialistas
El economista, Alejandro Grisanti, exponente en el Foro Perspectivas 2022 de Econalítica, aclaró que si bien, en el 2021 hubo un crecimiento del 3.1% del Producto Interno Bruto, el cual estima que llegue a 6,9% en 2022, en comparación a la caída del 80% que venía ocurriendo desde el 2013, esto representa un pequeño avance que no traerá prosperidad.
Alertó que el crecimiento económico sigue viniendo por parte del crecimiento petrolero, también indicó que los sectores ganadores dentro del sector privado son: agricultura, construcción, entre otros.
Sectores con mayor tolerancia
El director de Centros de Estudios Políticos y de gobierno de la UCAB, Benigno Alarcón, se refirió a las sanciones y a los socios de la administración de Nicolás Maduro, que de alguna forma, le han dado una sensación de holgura a la economía de Venezuela.
En Bloomberg en línea, hizo referencia a los socios de la administración de Maduro, “gobiernos autoritarios”, que no solo cooperan con inversiones; sino que asesoran para que puedan manejar las sanciones económicas.
Aseguró que utilizan el “Know how”; se trata de la arquitectura financiera que utilizan para burlar las sanciones. “Eso alivia la situación, no para que tengan ingresos más grandes; sino que tienen un manejo para aliviar las sanciones y transferir ese costo a la población; que genere una corriente de opinión pública que indique que las sanciones son malas”.
“Además de los gobiernos hay otros socios con la misma empatía a la administración chavista. En algunos casos son corporaciones que están a la sombra de la ilegalidad, buscando lugares con mayor nivel de tolerancia para el manejo de diversos tipos de negocios”, explicó Alarcón.
Ante esto expuso que en Venezuela hay una serie de actividades que conforman la economía negra, “es muy difícil de cuantificar; además representan un % importante en el PIB que debe estar alrededor del 20%”, indicó el especialista.
Venezuela en dos partes
Para el economista Omar Zambrano, «Venezuela se partió en dos y una parte de la población sigue sufriendo los rigores de una crisis profunda que no se ha detenido». Durante su participación en un foro organizado por el Observatorio Social Humanitario, aseguró que, aunque se está recuperando el consumo, la producción aún se encuentra detenida.
«Este boom tiene patas muy cortas, porque la recuperación del consumo con la mejora de salarios no está sucediendo, solo para una pequeña parte de la población. Todo aquel que no puede insertarse no puede ver su consumo mejorado y está todavía bajo los rigores de la hiperinflación; por ejemplo, empleados públicos, adultos mayores, sectores vulnerables como quienes ya eran pobres o los niños» indicó.
¿Qué vendrá?
Es muy difícil determinar lo que puede venir, lo que si aseveró el economista Asdrúbal Oliveros es que lo peor de la crisis venezolana pasó, “no vamos a tener una caída tan pronunciada como la que ocurrió en el 2020”.
Explicó que aún no prevé un resultado de la economía en positivo porque los sectores que la dinamizan, aún tienen una recuperación leve y no existe acceso al crédito bancario. «Lo que se observa es una estabilización en la miseria o un aterrizaje forzoso, el avión quedó destrozado y quedaron los sobrevivientes».
Venezolanos continúan trabajando
Mientras tanto, los venezolanos se las siguen ingeniando para poder subsistir en un país en el que parece estar en el limbo.
Las promociones en los comercios no paran, los venezolanos continúan planificando su vida. Ahorran para un viaje, para darse sus gustos cada vez que su economía se los permite, o por qué no, ir a un concierto a ver a artistas que confirmen fecha en el país y sea de su gusto musical.
¿Es reprochable? No. El venezolano que decidió quedarse, emprender y trabajar duro porque no quiso emigrar tiene derecho a disfrutar de lo que esta confusa distorsión económica les pueda permitir.
Sin embargo, al igual que Daniela, muchos de los venezolanos tienen fe de que esto, algún día cambie.
