El periodista Ángel Cedeño, a quien lo “ruletearon” por varios hospitales, murió sin que él ni su familia supieran de qué. Nunca le diagnosticaron enfermedad alguna y lo mandaron a su casa, pese a lo mal que estaba
Al periodista venezolano Ángel Rafael Cedeño, “lo mató Venezuela”, con su sistema de salud acabado por años de crisis y abandono.
A través de la articulista del portal español Niusdiario.es, Esther Yáñez, se supo de la muerte de este comunicador, corresponsal de ese medio en Venezuela.
Y es que esta muerte refleja cómo está el sistema sanitario en el país. Según Yáñez, quien relató la historia en un artículo de opinión del portal español, “Ángel era un tipo increíble, en todos los sentidos; y experto en contar la realidad de su país. Lo hacía como nadie porque la sufría como cualquiera. Tenía 38 años antes de suspirar por última vez pidiéndole a su mujer, Viviana, con la que llevaba casi 20 años de amor profundo, que le abrazara. No sabemos si él ya intuía que probablemente era la última vez que olería su piel. Sus tres hijos pequeños no pudieron despedirse. Los padres ya habían salido corriendo a buscar un hospital”, relató.
Dijo que a él “no le pasaba nada, aparentemente. Un jueves comenzó a sentirse mal y de repente se desmayó. Se embarcó en el periplo habitual de buscar un hospital que le atendiese en Caracas. No tuvo suerte con los dos primeros, donde le dijeron que ni siquiera había médicos”.
Yáñez aprovechó para denunciar que “en los hospitales públicos de Venezuela hay poca cosa. Ni agua, ni sábanas, ni medicamentos, ni médicos. En los privados sí hay, pero cuestan mucho dinero y apenas un 2% de la población puede permitírselo”.
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No podía respirar
Cuenta que una de las últimas cosas que supo de Cedeño, es que este decía que “no podía respirar, pensé que iba a morir”. Lo hizo “el día que comenzó a morirse sin remedio”.
La familia del comunicador le tocó recorrer otros hospitales hasta llegar al Clínico Universitario donde le atendieron “a las patadas y en condiciones infrahumanas. Allí los pacientes Covid y no Covid permanecen en un mismo lugar (…) Venezuela es enfrentarte a un sistema de salud colapsado. Una cosa es que lo digamos en un reportaje y otra que lo vivamos en carne propia”, relató.
No sabían qué le pasaba
Cuando consiguió que le atendieran, le dijeron que no sabían qué le pasaba y lo mandaron a casa. “Que si reposo, que si amoxicilina que si en unos días le harían alguna prueba para dilucidar el origen de su dolencia. No llegó a las pruebas. Venezuela lo mató”, lamenta Yáñez.
Dijo que “el lunes fue la última vez que hablamos. Le pregunté qué tal estaba, qué necesitaba. Me mandó un mensaje de audio porque no tenía fuerza para escribir, me dijo. Cuando lo escuché se me pusieron los pelos de punta. Algo raro pasaba. Lo notaba en su voz, en su respiración, haciendo un sobre esfuerzo para comunicarse conmigo. Ángel siempre pensaba en los demás, porque era demasiado generoso como para no responderme”.
Solo le dijo: “Esther, me estoy sintiendo muy mal”. Una hora después, le comunicaron su fallecimiento.