lunes, abril 29, 2024

Una historia de cómo el galego de Caracas comenzó una nueva vida en España: EL APOYO FAMILIAR Y LA MIGRACIÓN

Miyeilis Flores
Miyeilis Flores
Periodista digital

La migración representa una oportunidad para muchos, y cuando se hace con el apoyo de la familia y superando los retos, los resultados pueden ser sorprendentes. Esta es parte de la historia del galego de Caracas contada desde la mirada amorosa de su madre

La historia reciente de miles de familias venezolana está llena de vivencias y anécdotas sobre la migración. Hay tantas historias como personas y familias ahí en Venezuela.

Esta es la historia de Simón Rodríguez, un joven venezolano que decidió abrirse oportunidades a través de una beca para hijos de descendientes de gallegos. Simón llegó a Lugo, España hace cuatro años, a estudiar un postgrado, como todos los migrantes, o en su mayoría, aprendió nuevas habilidades como ser repartidor, trabajar en restaurantes y hacer oficios que quizás en Venezuela no hubiese hecho nunca.

Pero Simón tenían armas secretas: el apoyo de su familia en Venezuela para comenzar una nueva vida, y el apoyo de su familia, que no conocía, en Lugo que lo recibieron con el corazón abierto.

Las historias de migración muchas veces representan la oportunidad de reencontrarse con la tierra de los ancestros, y donde todavía hay mucha familia e historias que descubrir.

Sin duda la historia de éxito de Simón está marcada por su familia venezolana, su familia española y el apoyo de un Estado español que tienen cuenta la importancia de las raíces.

¿Quién es Simón?

Simón es muchacho, café con leche venezolano. Llegó hace cuatro años a Lugo. Es hijo de un catire de descendía gallega y de una morena, con rasgos indígenas con la chispa criolla y un profundo sentido de la espiritualidad.

Hijo de Sebastián Rodríguez y Sandra Landaeta, Simón estudió Letras en la Universidad Católica Andrés Bello, trabajó en medios como corrector y es escritor. Justo antes de recibir su título decidió emprender otros rumbos. Se sentía atrapado y sin salida en su propio país.

Así fue como luego de tramitar los papeles llegó a Lugo con el firme propósito de sacarle el mayor provecho al viaje. Comenzó a estudiar Máster en Servicios Culturales, trabajó como repartidor y en otros oficios que muy probablemente no hubiese hecho en Venezuela.

Simón Rodríguez, haciendo honor al ilustre maestro del libertador, también es un hombre de convicciones y de buena pluma. Desde su llegada a España ha pasado el tiempo y le ha sacado el jugo. Terminó la maestría, se llevó a su compañera de vida; y ahora tiene un hogar en Lugo, la tierra de sus ancestros.

Galego de Caracas,

Luego de 4 años Simón se reencontró con sus padres que fueron a visitarlo. Foto: Cortesía

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Reencontrarse con los ancestros

No todo ha sido color de rosas en la vida del Galego de Caracas, quien se ha sabido labrar un camino con las herramientas que trajo de Venezuela y con nuevas; capacidades que fueron aflorando a medida que se presentaron los acontecimientos.

Recientemente, sus padres lo fueron a visitar. Un encuentro anhelado por todos, en especial por su madre, que lo extraña cada día, pero que confía y apoya los sueños de su hijo.

Los papás de Simón no conocían España. Y este tiempo ha sido una oportunidad para que este joven venezolano les presente una ciudad llena de recuerdos, de historias y sobre todo de herencia familiar.Resulta que los Rodríguez son un familión y hay muchos en Lugo.

La mamá de Simón es terapeuta holística y consteladora familiar, y una de las bases de esa terapia es justamente mirar el árbol genealógico y honrar a la familia.

Escuchar hablar a Simón, es un testimonio fiel de que la sangre llama. En este caso, la migración, fue un llamado a los más pequeños de la familia, para ir tras los pasos de los ancestros, abrazarlos y transcenderlos.

En terapias holísticas se dice que cuando una persona fluye con ciertos aprendizajes es que los trasciendes y es cuando comienzan los milagros de la vida. Es dos platos, aprender de las experiencias y ser feliz.

Galego de Caracas,

El galego de Caracas se ganó un premio

Ya pasaron hace cuatro años desde que Simón llegó a Lugo, con una de las Becas Externas de Excelencia Juvenil (BEME) para descendientes de gallego.

El @GalegoDeCaracas, como se le conoce a este joven escritor y gestor cultural venezolano de raíces gallegas, ganó el concurso de poesía “O Facho” en su edición de 2023.

La prensa local destaca que “el jurado valoró su transparencia e interés por la comunicación, el tema del retornado con isotopías que desarrolla a modo de rompecabezas, no sin pinceladas impresionistas, con aromas ecológicos, basado en la tradición, en los valores de los Antergos y resuelto con bellas imágenes”.

La otra cara de la migración: habla la madre

Sandra Landaeta dice que sí hubo un momento en el que fue importante que los jóvenes salieran del país para, entre otras cosas, por la situación que estaba viviendo Venezuela. nos ofrece su visión sobre la migración de jóvenes profesionales.

Desde que sus hijos, tiene dos ya adultos, estaban pequeños, “tenía conciencia de que no estaba criando hijos para un país como en el que vivía”.

“Nosotros le podíamos dar las cosas hasta que tocara y eso fue lo que hicimos. su educación primaria, su educación secundaria, incluyendo todos los plus que significan las actividades extras, como el deporte, idiomas, en fin, todo lo que uno le podía dar en un momento determinado en Venezuela”, explica.

Sin embargo, ya viendo la situación en retrospectiva “eso hizo, hay que decirlo, hijos codependientes de la familia en una falsa zona de confort donde, si bien es cierto que tenían eso en sus hogares, ellos no se podían proveer eso con un sueldo y las carreras que habían elegido”.

Reconoce que cada familia y experiencia migratoria es diferente, pero en su caso “fue muy doloroso porque no dejamos de ser matriarcas venezolanas, donde a pesar de que yo me lo sospechaba, no lo vi como una posibilidad vivir tan lejos de mi hijo”.

A Simón se le presentó la oportunidad “y pudimos afrontar el reto, porque el reto es familiar. Cuando lo tomamos como un reto familiar, sí resulta más amoroso para todos. Entonces, colabora la gente que está afuera, la familia, colaboraron en un momento determinado, apoyaron, apoyó incluso el Estado español, porque mi hijo se fue becado, Y nosotros por nuestra parte”.

Comenta que ya una vez que él estuvo instalado, “sí, le tocó lo que le tocó como a todos por igual: fregar platos, repartir, limpiar en restaurantes, servir comida, en fin, muchas cosas que no había aprendido ni iba a aprender al lado nuestro en Venezuela”.

La migración es un tema familiar

La migración requiere mucho apoyo. “La red de apoyo, que incluye amigos cercanos, incluye también el hecho de entender que llegamos a un país donde debemos respetar, respetar la convivencia. Eso va a hacer que nos respeten también”.

“Hay mucha gente que ha vivido temas de xenofobia, ese no ha sido nuestro caso, pero sí sé que eso ha pasado y sé que también tiene que ver con un tema de respeto. Respeto por el sitio donde vas y sus costumbres y honrar también la patria que dejas”, explica.

No abandonar la patria. “Es importante no abandonar. Una cosa es salir de tu patria, de tu tierra, a trabajar. Y otra cosa es olvidarte de los que se quedaron”.

La migración nos ha enseñado a relacionarnos de una nueva manera, que antes no sabíamos. “Gracias a Dios, la tecnología ayuda muchísimo y el saber que no hay que hacerlo de la misma forma que se hizo en el pasado”.

Es decir, no migrar en la misma forma que lo hicieron los ancestros, en este caso con toda el apoyo de las familias.

Para la madre de Simón, como terapeuta recomienda “entender que necesitamos vernos, aunque sea cada tres, cada cuatro años, una vez al año los que más recursos tienen. Es importante para nosotros saber dónde están viviendo, qué están haciendo, porque en la mente se hace como un cierre, ¿sabes? Un cierre que es importante saberlos bien para nosotros y para ellos sabernos bien también”.

De acuerdo a su visión, es importante “entender que el que migra es el que lleva el mayor peso, así sea joven, y los que se quedan, se quedan en su casa, deben entender eso, ya que necesitan un apoyo, que es un apoyo más que económico, emocional, que le permite a todo el grupo familiar seguir funcionando con un nuevo estilo de vida”.

Este caso de migración es solo una muestras de las muchas historias que los millones de venezolanos que han migrado.

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