La crisis ha golpeado muy duro a los venezolanos, en especial a los adultos mayores y a las personas discapacitadas que a diario realizan colas para comprar una bombona de gas
Esta semana, abuelos y personas discapacitadas se apostaron a las puertas de Emegas en San Cristóbal, estado Táchira para exigir que les vendieran gas.
El diario La Nación, estuvo presente y presentó testimonios de quienes a diario padecen esta situación. Algunos comentaron que llevan días frente a las oficinas de Emegas esperando explicaciones.
Aseguran que los citaron con antelación en las oficinas para presentar sus justificativos médicos que les permita acceder al combustible.
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Gonzalo Díaz, tiene dos meses realizando el trámite y llegó con carpeta en mano para participar de una reunión informal en la empresa este lunes.
La desesperación marcó la jornada por no sentirse satisfechos con los motivos que se les daban para no venderles el gas.
Entre los alegatos que plantean los trabajadores de esa empresa, está que no se ha hecho la desinfección para evitar contagios del COVID-19.
Además, que los empleados están enfermos y que cuentan con un deficiente servicio de transporte para trasladar el personal.
Al final la recepción de los justificativos médicos quedaron suspendidos.
Este es el requisito para que abuelos y enfermos puedan acceder al gas y así tener un modo decente de vida.
En su desesperación los adultos mayores y personas con discapacidad también acuden a otra planta de la misma empresa.
Allí después de tanta insistencia terminan siendo atendidos recibiendo la misma respuesta.
“Somos personas de la tercera edad”, afirmó Díaz, quien sostuvo que los abuelos deben superar sus propias limitaciones para movilizarse hasta esos sitios.
“No podemos pagar los miles de pesos que piden en el mercado negro para hacernos de una bombona”.
“Se suponía que apenas se entregaban los informes, a los dos días te entregaban la bombona, pero ya llevamos dos meses y nada de nada”, agregó.
