El Tiempo detalló las condiciones y los episodios que han marcado la estadía de Aida Merlano en la cárcel El buen pastor, en la que casi cumple un mes
Una de las inquietudes más recurrentes es cómo vive la exsenadora de Colombia, Aida Merlano, recientemente extraditada desde Venezuela para que cumpla condena en su país por violación de topes electorales y corrupción.
En ese sentido, el portal colombiano El Tiempo, detalló las condiciones de Merlano quien llegó el 10 de marzo a la cárcel El Buen Pastor en Bogotá, Colombia. Desde ese momento se encuentra en la misma celda de dos metros de ancho por dos de largo, ubicado en el pabellón número nueve, específica para albergar a funcionarias públicas procesadas por la justicia.
En ese lugar, la colombiana va a terminar de cumplir dos condenas impuestas por la Corte Suprema de Justicia. Una es de cinco años y seis meses por violación de topes electorales, y la otra es de 11 años y cuatro meses por corrupción al sufragante.
La llegada de Merlano al centro reclusorio, del cual se escapó en el 2019, no ha pasado desapercibida. Apenas 14 días después de que volvió a pisar el pabellón de El Buen Pastor, causó revuelo al tener un altercado con una guardia, quien durante un procedimiento rutinario de requisas le decomisó un celular que tenía oculto en una cartuchera.
De acuerdo con el informe que quedó plasmado en las actas, la barranquillera tuvo un día agitado, ansioso y con labilidad emocional, se lee en el dictamen. Sin embargo, esa no es su actitud cotidiana, dicen.
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¿Cómo es la celda donde vive Merlano?
Pero esa no es la única razón por la que el nombre de Aida Merlano es famoso en la cárcel, pues el portal colombiano, conoció que se encuentra en un pabellón aislado en el que solo comparte con 10 mujeres.
En su celda –de paredes blancas– no comparte con más personas y tiene un baño y una cama que fue difundida en redes sociales, a través de una foto, la misma noche que llegó a la prisión desde las instalaciones de la Dijín, donde fue reseñada por las autoridades.
El sitio no tiene zonas destapadas y cuenta únicamente con un pasillo que lleva a unas bicicletas estáticas que están a disposición de las internas. Al fondo de ese pabellón nueve hay también una cocina, en la cual las privadas de la libertad pueden procesar sus alimentos, aunque Aida Merlano no lo hace.
En síntesis, fuentes indicaron que Merlano no tiene mucha convivencia con otros patios y que recibe visitas los fines de semana.
