La nación africana acepta la ayuda internacional y ha declarado Luto Nacional, ante el terremoto que ya lleva más de 2.100 muertos
La posibilidad de que haya sobrevivientes entre los escombros de las ciudades y poblaciones que han sido arrasadas por el terremoto de Marruecos esta latente, por ende, los organismos de seguridad han redoblado los esfuerzos.
El sismo de magnitud 6.8, ocurrido la noche del viernes y que ya lleva más de 2.100 muertos e igual número de heridos, ha sido catalogado como uno de los terremotos más fuerte del norte de África en los últimos años.
“Las autoridades públicas están todavía movilizadas para acelerar las operaciones de rescate y evacuación de los heridos”, indicó el Ministerio del Interior.
La provincia de Al Hauz, epicentro del sismo, fue la más golpeada, seguida de Tarudant. En estas dos zonas situadas al sudoeste de la turística ciudad de Marrakech, la sacudida destruyó aldeas enteras.
El domingo, muchos residentes acudieron a los hospitales de esta ciudad para donar sangre para las víctimas.
Luto en Marruecos
“Lo perdí todo”, lamentó Lahcen, un hombre que perdió a su mujer y sus cuatro hijos en la localidad rural de Moulay Brahim, en la zona montañosa del Alto Atlas.
“Lo único que quiero es alejarme del mundo y hacer mi duelo”, dijo este padre de familia que se salvó de morir porque estaba fuera de su casa en el momento del sismo.
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El pueblo de Tafeghaghte, unos kilómetros al oeste, quedó prácticamente destruido por el terremoto, cuyo epicentro se ubicó a solo medio centenar de kilómetros, según constató un equipo de AFP.
“Tres de mis nietos (de 12, 8 y 4 años) y su madre murieron. Están todos debajo de las ruinas”, contó desolado Omar Benhanna, de 72 años.
El sábado, muchos de los supervivientes acudieron al cementerio para el entierro de unas 70 personas, en ceremonias desgarradoras marcadas por los gritos y el llanto.
El reino decretó el sábado tres días de luto nacional y dirigentes del mundo entero, desde España y Francia a Israel y Estados Unidos, enviaron sus condolencias a Rabat.
Incluso Argelia, un país vecino enemistado con Marruecos, abrió su espacio aéreo cerrado desde hace dos años para los aviones que transporten ayuda humanitaria y evacúen heridos.
El Banco Mundial afirmó que va a entregar “su apoyo total” al país.
Con información de AFP