miércoles, abril 24, 2024
EspecialesOpinión"Si siempre tienes hambre, no piensas: Así actúan los comunistas"
Luis Somaza
Luis Somaza
@LuisSomazaC

“Si siempre tienes hambre, no piensas: Así actúan los comunistas”
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El hambre ha sido uno de los mecanismos utilizados por las dictaduras del mundo para someter, hostigar y asesinar a los ciudadanos, para evitar que piensen y exijan sus derechos. Esta realidad ha ocurrido en muchísimos países pero podríamos resaltar los casos vividos en Chile durante Salvador Allende y en Cuba con Fidel Castro, así como ha ocurrido en Venezuela desde Hugo Chávez.

Aunque la izquierda a nivel universal quiera borrar esta realidad, la verdad es que el hambre no permite que un ser humano piense en otra cosa que no sea comer y en cómo satisfacer esa necesidad; por ello, llevan a los países a una crisis sin precedentes donde las necesidades básicas se convierten en las únicas por cumplir.

Allende destacó por sus constantes intentos para conducir a Chile hacia un Estado Socialista que persiguió la nacionalización de empresas para concentrar el poder en manos de los comunistas. Esto sucedió y se reflejó en las alocuciones de su mano derecha, el ministro de economía, Pedro Vuskovic Bravo, quien dijo públicamente que “La finalidad de nuestra maniobra, que se conseguirá a través de la abolición de la propiedad privada, será la destrucción de las bases económicas del imperialismo y de la clase dominante”, palabras de la izquierda que muy bien conocemos los venezolanos y que, más allá de palabras, todos sabemos las consecuencias de este tipo de pensamientos.

Así lo hizo, ya para 1972 había concretado la nacionalización de muchas empresas, así como también el poder sobre el crédito bancario nacional y en moneda extranjera, pasando por encima del Congreso (democracia) y gobernando por Decretos.

La inflación se disparó y los productos costaban cien veces más de lo que costaban años atrás, dejando entrever la destrucción del sector y de la calidad de vida de todos los chilenos.

El punto es que en este caso, quedó evidenciado cómo -incluso antes de la barbarie ocasionada por Pinochet, sucesor de Allende- un Gobierno socialista obligó a las madres a protestar por la falta de alimentos y sus altos precios, así como a todo un país para exigir el respaldo militar para salir de él, llamado que se concretó y permitió la salida del expresidente del poder.

En el caso de Cuba con Fidel Castro la situación no fue muy diferente, en sus primeros años de mandato convirtió al país insular en un Estado Socialista, dedicado a las nacionalizaciones y expropiaciones de empresas bajo la excusa de una “política planificada que buscaba ayudar al pueblo”.

Antes de 1959, cuando el dictador Castro tomó posesión del cargo como Primer Ministro, existían pequeñas bodegas donde los cubanos podían comprar sus productos de primera necesidad; sin embargo, las medidas implementadas por el autoritario solo conllevaron a una profunda crisis económica que generó la  instauración de la libreta de racionamiento el 12 de julio de 1963, la cual básicamente consistía en el control de la alimentación para los ciudadanos, típico de una sociedad comunista.

Hasta la fecha, los cubanos son sometidos a tratos crueles e inhumanos y el hambre ha convertido su lucha por la libertad en una situación mucho más difícil de manejar.

Básicamente, el hambre solo te permite pensar en comer y es por ello que las crisis económica de las dictadura van mucho más allá de errores en las políticas implementadas, son de hecho políticas de Estado pensadas para dominar y controlar a la gente.

El Gobierno de Chávez repitió los patrones típico de la izquierda y de las dictaduras: nacionalizaciones, expropiaciones, persecución, hostigamientos, torturas e intimidación en todos los sectores para conducir a todo un país a una dependencia extrema para cubrir las necesidades más básicas.

Esa es la explicación de las colas interminables en 2016, a las continuas y dantescas expropiaciones a grandes empresas y a pequeños comerciantes dejándolos totalmente en las ruinas; por ello,  la creación del Clap fue tan necesario y tan vendido como algo “bueno” por Maduro.

Así como todas las sociedades antes de que la izquierda se apoderara de los Gobiernos, los ciudadanos tenían oportunidades de crecimiento personal y profesional, también el derecho a elegir qué comprar y dónde.

Todos los venezolanos nos merecemos recuperar ese derecho, las opciones de decidir y elegir. Debemos entender que ninguna solución caerá del cielo, así como tampoco es justo levantarse pensando en si contaremos con los servicios públicos suficientes o estables, o si habrá comida para alimentar a nuestros hijos.

No es justo que un venezolano cobre menos de 2$ al mes mientras un cartón de huevos cuesta casi 4$, merecemos recuperar nuestra calidad de vida, por eso es tan importante que no dejemos de Alzar la Voz en todos nuestros espacios.

A ninguna dictadura le gusta escuchar al que no se rinde pero no estamos dispuestos a bajar la cabeza, solo pierde el que calla y los venezolanos no nacimos para morir en dictadura.

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