sábado, abril 20, 2024

SE CUMPLE LO QUE DIJO CABELLO: amenazaron a periodistas para silenciar lo que pasa en Apure

La reportera Carola Briceño publicó un trabajo en el que confirma que los periodistas y medios de la zona de Arauca y Apure ya no publican informaciones sobre el conflicto en Apure

Diosdado Cabello dijo el miércoles, en su programa en VTV, que los periodistas que cubran los hechos en Apure “enemigos”. Y al parecer, es cierto, según relata la comunicadora Carola Briceño, para el portal The Latam Post.

“Las informaciones en Arauquita se detuvieron de súbito hace casi una semana, cuando la prensa colombiana de la zona empezó a recibir amenazas de elementos armados”, publicó el portal.

«No informes más sobre lo que pasa o venimos por ti y los tuyos.  No puedes sacar nada, absolutamente nada». Briceño cita a “un hombre, quien profirió estas amenazas contra comunicadores comunitarios.

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Lo que pasa en Apure

El impresionante trueno de los RPG, el sostenido y continuo crepitar de las ametralladoras. El boom de las minas antipersonales, el ruido de los aviones militares sobrevolando la zona. El ladrido desesperado de los perros en la otra orilla del río Arauca, eran suficientes para saber que la amenaza no se trataba de una simple broma. Son una clara sentencia.

Aunque no se admita en público, el miedo se ha apoderado de todos. Saben que pese a que las balas no les llegan, la zona no es completamente segura.

En ella hay presencia de elementos armados, algunas piezas clave de los grupos que del otro lado de la frontera, en suelo venezolano. Se enfrentan por el poder, el territorio y el control del negocio de la droga. La verdadera razón para el conflicto armado que ha transformado en un infierno un territorio en el que la vida transcurría sin la guerra tan cercana.

Pero no solo elementos de esos grupos. También en el lugar hacen vida los trabajadores de los «mandos» que tradicionalmente han estado involucrados en actividades ilegales en la frontera araucana. «Hay compañeros que ya han sido advertidos. A mi no me hablaron así de frente, pero me hicieron saber que están pendiente de lo que estamos sacando». Así lo confesó otro de los comunicadores que prefirió el anonimato.

Sus labores informativas también han tenido un receso. Para poder informar, primero es necesario preservar la seguridad.

Nada fácil

Las autoridades de la zona habrían manifestado que colaborarían en el resguardo. Pero no ha sido fácil para los periodistas amenazados por dejar constancia de lo que pasa en las instituciones.

«El proceso informativo sigue normal. En los últimos cinco días ya no se han vuelto a escuchar detonaciones ni bombas. Las personas venezolanas siguen en Arauquita. El gobierno local ha estado pendiente de lo que necesitan. Todo sigue igual, por eso ya no se ha puesto nada más. Todo sigue igual que hace varios días», explicó otro de los periodistas. Asegura que no ha recibido amenazas y que tampoco se ha enterado de que otros medios hayan sido advertidos.

El argumento del comunicador, quien como los otros prefirió que su nombre se mantuviera en reserva, es que faltan hechos novedosos para poder seguir informando de lo que ocurre en la zona.

Nada está pasando; todo está pasando

Cuando se revisan las páginas y las redes sociales de los diversos medios locales, hay un factor común desde hace varios días: todos dejaron de informar sobre el conflicto.

Dos páginas cesaron de informar, otras cuatro han seguido colocando noticias pero de temas domésticos.

Los hechos que ahora destacan en los medios araucanos son sobre un violento robo a una ciudadana, el suicidio de un joven. Una niña desaparecida, los mensajes de un pastor de una iglesia evangélica, el hurto de cableado eléctrico en algunas localidades. Un accidente de tránsito, las consecuencias de las lluvias, la ayuda humanitaria para 859 colombianos que están refugiados en Arauquita o la despedida del notario público.

Ya no hay videos ni de la llegada o salida de los venezolanos desplazados. Tampoco cómo está la situación de estas personas en los albergues ni de cómo sobreviven. Menos aún hay detalles sobre el incremento de la fuerza pública colombiana en la zona y muchísimo menos sobre los sonidos  de la guerra.

Es como si no pasara nada más, como si todo hubiese ocurrido en un mundo paralelo del que ya nadie habla. Todos debieron autoimponerse prudencia casi al mismo tiempo, dejar de reportar. El miedo es real.

«No es sencillo, lo que podemos decir es que no hay nada nuevo», comenta otro periodista consultado para este trabajo.

La labor informativa de los reporteros era la misma que realizaría cualquier otro periodista en el mundo. Informar sobre los más de 6.000 desplazados, detalles del inicio de combates y los testimonios de las víctimas de un complejo conflicto. Hay denuncias de violaciones de derechos humanos, bombardeos a casas de campesinos, ajusticiamiento de inocentes y destrucción de propiedades.

Una guerra entre las fuerzas chavistas y grupos guerrilleros  con los que ahora presentan diferencia y que no tiene un desenlace claro. Los escenarios posibles son múltiples, pero  en casi ninguno se contempla que habrá una tregua sostenida.

Aunque la verdad deba mantenerse en silencio, ya desde organizaciones defensoras de la prensa admiten que han sido contactados para denuncias sobre la difícil situación que enfrentan los comunicadores de Arauquita con esta coyuntura.

Esas organizaciones estarían tramitando antes las instancias respectivas los procedimientos correspondientes e informarán en los próximos días de los pasos dados.

Las amenazas pueden venir de cualquier grupo

Arauquita es una población pequeña, donde casi todos se conocen y si no se conocen, se distinguen. Tener identificado dónde alguien vive es relativamente fácil y rápido, cualquiera te lo puede decir.

Hasta ahora no está claro quiénes son los responsables de las amenazas. Pero lo que sí hay es un hecho que coincide con la acción contra los periodistas: la difusión de los videos de aviones militares venezolanos que sobrevolaron la zona.

«No sabemos si tiene relación con eso. Pero sí fue a partir de ese momento», confió una de las fuentes consultadas.

Tras ese hecho, se impuso el silencio.

La noche de este miércoles también hubo amenazas contra los periodistas que cubren el conflicto de Apure.  Diosdado Cabello lo hizo. “Quien entre ahí a hacerle el juego al enemigo, debe ser considerado enemigo. Están esperando que asesinen a unos venezolanos (en Apure) para hacer fiesta los palangristas”, dijo.

La amenaza era en suelo venezolano. Pero quedó claro que estaba dirigida contra todos los periodistas que puedan informar sobre el conflicto de Apure.

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