Por más de tres horas, Oscar D’León cantó ante una sala llena, que bailó y coreó todos sus temas
Fue una gran fiesta. Como lo había prometido. Por más de tres horas, Oscar D’León hizo vibrar a más de dos mil personas en la primera función que ofreció en el Teresa Carreño.
Y no solo hizo temas de su repertorio. “El sonero del mundo” también cantó boleros; rindió homenaje a Celia Cruz con Bemba colorá y se despidió, en el falso final, con Caballo Viejo y Alma Llanera.
Estuvo acompañado por más de 200 músicos de la Coral y la Sinfónica Simón Bolívar; ambas pertenecientes a El Sistema. Christian Vázquez estuvo en la dirección de los músicos quienes, a petición de Oscar, echaron un pie en más de un tema.
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D’León bromeó también con el director y marcó a su orquesta en varias ocasiones, “para que descanses los brazos”, le decía a Vázquez.
Durante el concierto, Oscar D’León bromeó con el público. Cuando sentía que el ánimo de la gente decaía; inmediatamente se inventaba una. Así fue cuando, a las dos horas de show, pidió unos minutos.
A su regreso a la tarima, lo hizo con la energía que marcó desde el comienzo. Su infaltable bajo blanco también salió a tarima para acompañarlo.
El falso final fue con Caballo viejo y Alma Llanera. Dos momentos que el público agradeció. A su regreso, cambiado de ropa, Oscar D’León se hizo acompañar por sus coristas para dos versiones, No le pegue a la negra (en los años 1600) e Idilio. Nuevamente Llorarás marcó la despedida hasta este sábado y la próxima semana en Valencia.
