Una familia que le embarga el luto, y quienes aseguran que Rescarven, fue uno de los principales culpables de la perdida humana de su padre
La familia Colmenares perdió a un ser querido, su padre partió en condiciones difíciles, pero el servicio privado Rescarven, complicó su agonía.
Rescarven, es un servicio a través de planes de salud dirigidos a la atención médica.
El señor Luis Colmenares era padre de familia, entre ellos sus hijas y nietos; quienes se encargaban de su salud y contaban con este servicio privado.
Este núcleo familiar es cliente desde hace 5 años.
Testimonio de sus hijas
Luis se encontraba delicado de salud en su casa; la hija menor Ana llamó el pasado jueves 25 de marzo a las 7:00 pm a Rescarven; pues ellos necesitaban una asistencia urgente, el señor Luis ya le costaba respirar por si solo. Necesitaba una evaluación médica.
La llamada tardó, cuando al fin el equipo de servicio médico los atendió; hicieron un sin fin de preguntas entre ellas, cuál era su patología y el porqué requerían de un equipo hasta su casa:
“Mi padre padece de Cardiopatía y necesitamos una ambulancia que se traslade hasta nuestra casa en el Valle”, el personal que laboraba para ese momento le indica que el servicio tiene un costo adicional de 180 $.
Ana responde angustiada y con dudas, y si esos costos no estaban incluidos en el paquete del servicio.
Sin embargo la respuesta fue negativa, y aunque su padre no tenía la Covid-19, debían de mandar un equipo con las medidas de bioseguridad pertinentes y que su costo era en dólares.
El dolor de la familia del señor Luis fue profundo, pues la única esperanza de un traslado fue negada y sumado a eso inalcanzable.
Un venezolano común tendría que tener al menos 300 sueldos mínimos para poder obtener un servicio de ambulancia que previamente está adquirido bajo un contrato de seguro.
Usuarios en redes sociales, también reclamaron los altos costos de estos servicios.
Mientras tanto, la familia Colmenares no logró que vieran al señor Luis quien falleció en el mueble de su casa, esperando por un servicio privado que fue pagado durante 5 años continuos. Una indignación que golpeó una familia venezolana.
