Así como ocurrió con la renovación de la licencia de Chevron, la posibilidad de que Eni y Repsol vuelvan a operar en Venezuela está sujeta a varias condiciones
La autorización de EE.UU. para que las petroleras Repsol y Eni “regresen a Venezuela” se convirtió en tendencia el fin de semana, puesto que formaría parte del “alivio de las sanciones” sobre la actividad de Pdvsa, de parte de la administración de Joe Biden.
No obstante, ¿Cuál es el alcance real de esa autorización? La respuesta la dieron, en cuatro claves, los directores de las encuestadora Datanálisis y Ecoanalítica, Luis Vicente León y Asdrúbal Oliveros, respectivamente.
Pago de deuda
Para León, la primera clave consiste es que esa medida es un mecanismo para que el Estado venezolano pague su deuda con las empresas petroleras
“El petróleo lo exporta el gobierno venezolano para poder pagarle a Repsol y Eni”, dijo.
Destacó que las compañías tendrán “una autorización que en el pasado tuvieron y que les permitirá continuar sus operaciones”.
Y recordó la segunda clave y es que que Eni y Repsol “no producen petróleo en Venezuela, producen gas y no han logrado cobrar por sus operaciones. Para que esto se ejecute, Pdvsa debe estar dispuesta a poner ese petróleo y no cobrarlo”, dijo.
“Cualquier decisión de flexibilización en materia petrolera, es una buena noticia, de no tomar una decisión, podría colapsar el sistema de producción”, acotó, en entrevista con Unión Radio.
Igualmente, resaltó que Chevron es la única productora internacional que tiene pozos petroleros en Venezuela y capacidad de producción.
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No es flexibilización
De su parte, Oliveros pidió recordar la tercera clave: “Esta autorización de EE.UU. para Eni y Repsol no llega a ser una medida de flexibilización”.
“Esto se enmarca en la crisis energética de Europa, que vio en estas dos empresas europeas una ayuda”, enfatizó.
Oliveros recalcó la cuarta clave: tampoco “representa flujo de caja para el gobierno venezolano porque está en deuda y esto minimiza los ingresos”.
Otros detalles
Entre tanto, el portal Síntesis Financiera subraya que la medida “permitirá reducir progresivamente la deuda de Pdvsa con la empresa Cardón IV (propiedad de Eni-Repsol a partes iguales), que provee el gas que abastece a las plantas termoeléctricas del occidente del país”.
Igualmente, recordó que “los trueques de crudo por gas habían sido interrumpidos a finales del 2020 por comunicación directa de EE.UU. a las empresas receptoras del petróleo”.
El portal llama la atención sobre un punto que destaca la nota de Reuters y es que asegura que las operaciones de Eni y Repsol comenzarían en julio. “Pero a la fecha el calendario de embarques de Pdvsa no contempla ninguno”.
También ratifica que “el único destino que la autorización acepta es Europa, como parte de una estrategia de sumar petróleo al continente dada la veda al petróleo ruso”.
Remarca que “esta restricción no sería impedimento para las empresas autorizadas, las cuales son propietarias de cinco refinerías cada una. Más concretamente para Eni que cuenta con la refinería de Sannazzaro facultada para procesar crudos pesados, extrapesados, y crudos mejorados”.
Y, finalmente, aclara que “para cancelar la deuda con Eni-Repsol se requerirían de 30 a 36 meses, según el saldo deudor y el volumen de producción”.
Sin embargo, dice que “no hay cifras oficiales de la deuda ni de la exigua producción de los campos en los que estas empresas son socias”.
