No solo la trata de personas afecta a los migrantes, sino el robo y los atracos, además de que los refugios están abarrotados
En la localidad fronteriza de Pamplona, Colombia, se encendieron las alarmas. Esto, luego de la denuncia acerca de una red de trata de personas que azota a los migrantes, especialmente a los venezolanos.
La denuncia la hizo el funcionario del Ministerio Público, Jhony David Bernal Peña, durante una reunión de autoridades. Allí se ventiló el problema de los llamados “caminantes” que abarrotan los refugios y las calles de esa ciudad.
En la reunión del consejo de seguridad que se desarrolló en el Batallón García Rovira, Bernal Peña, afirmó que hay grupos de personas que se valen de la diáspora venezolana que pasa por el territorio de Pamplona. Los someten y despojan de la poca plata que tienen o los obligan a la mendicidad.
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Al llegar al municipio caminando, tienen obligatoriamente que hacer parada. Aquí deciden si se desplazan por la ruta 55, carretera Central del Norte, que va para Bogotá o la 66 que conduce a Bucaramanga, Cali o Medellín.
Esta situación es aprovechada, según el funcionario, para inducir a las mujeres a la prostitución. Igual, se valen de la situación para comercializar alucinógenos entre los caminantes, publicó el diario La Opinión.
Otra de las argucias que utilizan los antisociales y que están identificados que son también migrantes, es cobrar dinero por llevarlos a determinado lugar, con el ofrecimiento que no les va a pasar nada.
“Yo, conozco la ruta. Si ustedes van solos y no están recomendados, los van a robar”, indicó el Bernal. Esta es otra de las formas que usan para quitarles la plata a los indefensos caminantes, dijo.
También les venden pasajes para que aborden los tractocamiones, en donde muchos conductores sin saber acceden a llevarlos sobre las capas o los tanques.
