No se trata solo de tener un vozarrón, sino de saberlo utilizar. Y de eso Waldemaro Martínez sabe de sobra
Waldemaro Martínez pertenece a una generación icónica de la radio venezolana. Un momento en el cual algunos se distinguieron por su talento ante los micrófonos. Bien se tratara de su preparación o de su voz. Y, en su caso, se conjugaron ambos.
El gusto por el mundo artístico le llegó de muy pequeño, gracias a su madre, quien era arpista. El niño Waldemaro se quedaba como hipnotizado viendo como su mamá recibía las clases y se esforzaba (sin mucho éxito) por tocar. No solo él, también sus seis hermanos, recibieron esa influencia musical.
Su interés se tradujo en ir a la Escuela Superior de música José Ángel Lamas, donde el niño tuvo como examinador al maestro Vicente Emilio Sojo.
Paralela a su formación, fue destacando por su voz. Entró a Venevisión para trabajar en el área de videotape. Un compañero le sugirió que se presentara, a comienzos de los años 80, a un casting para las emisoras que se preparaban para hacer la transición a la frecuencia FM.
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Waldemaro Martínez se presentó y fue aceptado para entrar a 1090 del ahora Circuito Unión Radio. Esto le permitió, ya casi a final de esa década, ser uno de los fundadores de la Mega, una de las más populares del mismo.
Su voz comenzó a hacerse cada vez más popular. No solo en la radio, sino también en una buena cantidad de jingles publicitarios y en televisión. Se convirtió en uno de los locutores jóvenes más reconocidos de esos años.
Actualmente, es la voz de más de 35 emisoras solo en Estados Unidos, además de una incontable cantidad de productos, canales de televisión, campañas publicitarias y hasta un disco. Lo apodan “El locutor de América”.
En 2022, Waldemaro Martínez anunció el lanzamiento de una producción musical como arpista, en homenaje a maestros como Juan Vicente Torrealba, Hugo Blanco y Miguelito Rodriguez.
Estuvo casado por una década con la actriz Tatiana Capote, siendo los protagonistas de una de las Boda Sensacional, muy populares en los años 80 y 90 en la TV venezolana. Pero tan sonado como el matrimonio también lo fue el divorcio de ambos.
