Comenzó como modelo y luego de mucho esfuerzo, Myriam Ochoa se convirtió en primera actriz
En las cinco décadas que este 2022 cumplirá Sábado Sensacional muchas cosas, y personas, pasaron por el llamado estudio gigante de Venevisión. Y Myriam Ochoa es una de ellas.
La rubia Liliana Rodríguez Ochoa (su nombre de pila) comenzó como modelo. Posteriormente, hizo pequeños papeles a finales de la década de los 70 en producciones dramáticas como Rafaela y Emilia. Hasta que en el mismo canal le dieron la oportunidad también de ser modelo en el mencionado programa. Rápidamente, se convirtió en una figura popular del mismo, pero ya en los años 80.
Primero, su presencia era solo para ayudar a Amador Bendayán, recibirlo con un piquito y hacer las labores propias de apoyo en el programa. Pero poco a poco, Myriam logró abrirse camino dentro de la producción hasta convertirse en coanimadora del espacio. A principios de los años 80, las oportunidades en la pantalla chica venezolana no eran exclusivas. Bien se podía animar, cantar, actuar o bailar. O hacerlas todas. Y Ochoa estaba en ese combo.
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Mientras le fueron asignando responsabilidades y líneas dentro del maratónico; Myriam Ochoa se fue puliendo. Así, el trabajo en telenovelas, que ya hacía con apariciones esporádicas, se convirtió en algo más consecuente.
Hasta que en 1985 le llegó el papel más importante y que catapultó su carrera. Myriam Ochoa fue llamada a ser la contrafigura de Las amazonas, una historia de César Miguel Rondón que protagonizaron Hilda Carrero y Eduardo Serrano.
El papel de Elvira no solo le permitió demostrar que las oportunidades que había recibido hasta ese momento habían dado frutos; sino también para convertirse en uno de los personajes más populares de la historia.
El todavía recordado “Mi amorcitico” se convirtió rápidamente en una frase repetida por grandes y pequeñas. Aun, hay quien la recuerda para dirigirse a su pareja; bien sea como signo de afecto, o como una ironía.
A raíz de ese trabajo, fue necesaria cada vez más su presencia en las telenovelas. Paralelamente, se casó, por lo que dejó definitivamente el maratónico. Solo iba como invitada o en homenajes especiales.
La otra faceta
Dentro de lo que exploró Ochoa a su paso por el llamado “escenario de los ídolos” fue el canto. En 1981 firmó un contrato con una importante empresa discográfica y lanzó su primer disco.
La crítica de entonces no la favoreció mucho, porque aseguraban que la joven modelo y actriz no tenía cualidades vocales. Aun con esto en contra, Myriam logró obtener ventas importantes; y ubicó varias de sus canciones en las carteleras.
El tema Amiga mía fue el gran éxito de su carrera; seguido por La misma excusa y Amantes. Estos tres sencillos le dieron la posibilidad de también desarrollarse en presentaciones en vivo. Aunque fue la actuación la que, definitivamente, la marcó.
Después de casi dos décadas en Venevisión, Myriam Ochoa se fue a Radio Caracas Televisión. Ahí continuó su carrera como actriz en producciones como Alondra y Carmen Querida. Esta se convirtió en la última telenovela que hizo en el país, antes de residenciarse con su familia en Miami.
Por casi una década vivió en esa ciudad, en la que también trabajó como actriz y en radio. A su regreso a Venezuela, volvió al canal de sus inicios. Sin embargo, su vida la continuó entre los dos países.
Una participación estelar en El gato tuerto, comedia de Televen, fue su último trabajo en la televisión venezolana. El teatro y el cine también la tuvieron en sus filas.
Myriam Ochoa tiene dos hijos. Actualmente vive en el país y está retirada del medio artístico.
Recuerdo su extraordinario papel en la novela las amazonas que fue un gran éxito de los años 80. Saludos y Dios Bendiga a Mirian Ochoa.