Junto con su hermano Fernando, Manuel Carrillo trató de hacer carrera como actor en los años 80, pero el tiempo no le dio la razón
Ser el hermano menor de Fernando Carrillo no era algo que pasara por debajo de la mesa en el medio artístico venezolano de los años 80. Y de eso Manuel Carrillo sabe.
Fernando era el galán por excelencia de la televisión venezolana. Su porte, su simpatía y no tanto su histrionismo, lo convirtieron en la figura emergente de la época más importante.
Algo que quedó plasmado cuando junto a quien sería su esposa, Catherine Fulop, se convirtieron en la pareja favorita de Radio Caracas Televisión (donde ambos despegaron a la fama) y de Venevisión (donde se televisó su boda sensacional).
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En medio del frenesí por la pareja, Manuel Carrillo salió al ruedo artístico casi sin proponéselo. El padre de los jóvenes actores (Nery Carrillo) se convirtió en el mánager de los tres. Y logró que Rctv accediera a la petición de incluirlo, sin ninguna experiencia previa contrario a su hermano y a su entonces cuñada, en una de las telenovela smás exitosas de la época. Fue así como Manuel terminó siendo Cheíto en Abigaíl, a sus 19 años.
La telenovela tuvo tanto éxito de rating, que la dura crítica que ricibió Manuel Carrillo por su papel quedó a un segundo plano.
Al año siguiente, junto a su hermano y cuñada, también se mudó a Venevisión en una jugada entre el mánager y el gerente de dramáticos, Arquímedes Rivero, que también había sido reclutado por ese canal.
Ahí hizo Pasionaria y La mujer prohibida. Luego junto a la pareja de esposos aterrizó en Argentina y trabajó en Déjate Querer y Cara Bonita. Su último papel fue en la serie juvenil Grachi, en 2013.
La actuación la combinó con la música, por cuanto en una época se dedicó a cantar. Al igual que sucedió con Fernando, Manuel Carrillo no tuvo mucho éxito en esa faceta. Juntos hicieron hasta un grupo en México.
Desde finales de los 90 vive en Miami y se mantiene alejado del medio artístico, pues lo suyo son los bienes raíces.