El físico ha sido uno de los principales motores de su carrera artística. Sin embargo, en más de 20 años, él se ha empeñado en que se le considere actor; más allá de su evidente cara bonita.
Juan Carlos García cumplió 50 años en enero. De ese tiempo, más de la mitad lo ha pasado entre focos y cámaras. Sin embargo, desde muy niño quiso ser beisbolista. Llegar como exitoso pitcher a las Grandes Ligas. Pero, un accidente automovilístico lo impidió. Se fracturó justo el brazo de lanzar y tuvo que redefinir su destino.
La ingeniería fue su siguiente prueba. Primero, en una universidad, comenzó a estudiar ingeniería mecánica, pero no le gustó. Después, en otra casa de estudios, civil, pero tampoco la terminó.
Así fue que probó suerte en el mundo artístico. Primero como modelo. García fue uno de los “salpicados” de los comerciales de un famoso helado en los años 80-90.Gracias a su participación en varias cuñas, saltó a la pasarela. En un momento, fue uno de los modelos más cotizados en los desfiles que se hacían en Venezuela. Esto también lo llevó a otros países.
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Juan Carlos García y su nuevo paso
Después de más de cinco años como modelo, la paternidad lo obligó a probar suerte en otros ámbitos. Entró a la escuela de actuación de Radio Caracas Televisión. Ahí se formó de la mano de Amalia Pérez Díaz, una de las más importantes actrices venezolanas.
Su debut fue en la telenovela Mariú, protagonizada por Daniela Alvarado y Carlos Montilla. Aunque le dieron un papel menor, el mismo fue la plataforma para tener, hasta ahora, más de 20 producciones en su hoja de vida.
La primera etapa de su carrera la hizo en ese canal en producciones como Angélica Pecado, Carissima y La mujer de Judas, entre otras. Sobre todo esta última está considerada, hablando de rating, en una de la más exitosas de la televisión venezolana.
Las telenovelas también lo llevaron al exterior. En Perú, en 2004, hizo Besos Robados, entre otros, con su compatriota Verónica Schneider. Al año siguiente volvió al país y debutó en Venevisión en El amor las vuelve locas.
Ciudad Bendita, Arroz con leche y Los misterios del amor, entre otras, fueron algunas de las producciones de esta segunda etapa. También trabajó en Televen en las tres producciones dramáticas que hizo ese canal.
Su otra vida, la privada
El cine también le tocó la puerta. Estuvo en Habana Eva, de Fina Torres; así como en Hasta que la muerte nos separe; que marcó el debut de Alexandra Braun como protagonista.
Mientras estudiaba en la universidad, García se convirtió en padre de Gabriel. Años más tarde, se casó con su compañera y colega Mónica Pasqualotto con quien estuvo siete años. Se divorciaron en no muy buenos términos en 2008.
Al poco tiempo inició una relación con la joven actriz de Somos tú y yo Yuvanna Montalvo, con quien se casó en 2011. Actualmente, la familia reside en Ciudad de México, donde nació Fernanda Isabelle, la primogénita de la pareja.
Laboralmente, García se mantiene haciendo publicidad en sus redes sociales y con pequeños papeles en la pantalla chica de ese país. El año pasado estuvo involucrado en un escándalo financiero con una suerte de “pirámide” de la que él negó cualquier posible estafa cometida.
