Nació en Perú, se crio en Venezuela y vive en México. Sin embargo, su nacionalidad sigue siendo venezolana
A los diez años, Jorge Aravena se mudó con su familia desde su Perú natal hasta Caracas. Ya en ese momento, el niño manifestaba inclinaciones artísticas, las cuales años después serían su gloria y su castigo. Primero, lo lanzaron a la fama continental y, después, se la acabaron.
Su papá, un constructor chileno, tuvo la oportunidad de conseguir un contrato y venirse con él. En Venezuela creció y se formó. Adaptó la nacionalidad, la cual aún conserva.
Su carrera comenzó hace 28 años en papeles de joven rebelde, pero que, combinados con su presencia física, lo convirtieron rápidamente en uno de los galanes favoritos de la televisión venezolana. Normalmente era el villano de las historias. Tanto porte no podía perderse en los edulcorados papeles de las telenovelas de los 90.
Jorge Aravena y su carrera
En esos años, una productora independiente, Marte Televisión, comenzó a producir y hacerle competencia a los canales venezolanos establecidos, Venevisión y Radio Caracas Televisión. Aravena tuvo la oportunidad de ser llamado para una de esas telenovelas que buscaba un espacio no solo en el mercado venezolano, sino también internacional.
La loba herida, protagonizada por Carlos Montilla y Mariela Alcalá, fue la primera producción en la que realizó un papel. No era de los principales, pero sí le dio una notoriedad necesaria para irse abriendo camino en el medio venezolano.
Mujer secreta, Samantha, Todo por tu amor, Pecado de amor, Sirena, Dulce enemiga, Divina obsesión, entre otras, fueron algunas de las producciones en las que fue creciendo su carrera. Su primera oportunidad protagónica lo devolvió a su país natal. Junto con Pablo Martin, otro actor bien parecido que también hizo carrera en Venezuela.
Fue en la producción Girasoles para Lucía, con Gianella Neyra. La telenovela tuvo un éxito importante en Perú y también en otros países. Eso hizo que iniciara una trayectoria internacional que lo llevó a trabajar en ocho países.
México ha sido su destino más reciente, en el que consiguió papeles en producciones tanto dramáticas, como juveniles y de comedia. Sin embargo, en los últimos tres años no ha tenido muchas apariciones. En 2017, en El vuelo de la victoria fue su último trabajo. Sin embargo, Jorge Aravena luego anunciar varios proyectos que tenía entre manos, pero que ninguno se concretó, dijo el año pasado que había una fuerza mayor que lo estaba saboteando.
“No es porque yo no quiera trabajar. Es porque alguien (obviamente con mucho poder en el medio) se ha encargado que así sean las cosas. Y se ha dado la tarea de frenar mi carrera por todos lados gracias al poder y contactos que tiene”, reveló en una publicación a sus seguidores.
También, en ese momento, dijo que estaba recopilando las pruebas para dar a conocer la identidad de la persona; la cual, según él, se ha encargado de truncarle la carrera.
El drama de la vida
Actualmente Jorge Aravena está residenciado en México desde hace más de cinco años. Ahí hizo las últimas producciones antes de que se le presentara este impasse laboral. Sin embargo, en virtud de la imposibilidad de continuar trabajando, a principios de marzo anunció que se mudaría.
“Después de pensarlo mucho, tomé la decisión de mudarme de México; un país al que siempre llevaré en mi corazón; recuerdos por muchas vivencias gratas y por su gente (con algunas excepciones en esto último, como las hay en todas partes). Pero en general, satisfecho y agradecido de las personas que siempre me apoyaron y creyeron en mí. Principalmente, sin lugar a duda al público mexicano que desde mi llegada me hicieron sentir en casa,. Al punto de yo mismo no sentirme extranjero aquí”, dijo. Sin embargo, la pandemia se lo impidió.
Divorciado y padre de cuatro hijos, Aravena también ha tenido que lidiar con una enfermedad incurable que representa un reto para él. El actor venezolano padece mal de tinnitus; lo cual le ha hecho perder la audición de su oído derecho.
Sobre Venezuela, dijo que antes de mudarse definitivamente “me ofrecieron unirme al gobierno venezolano. Sí lo pensé, pero no lo acepté porque después cómo miro a la gente a la cara. Hice mucho sacrificio para venderme ahora”, le dijo recientemente a la periodista mexicana Mara Patricia Castañeda.
