Comenzó como reina de belleza y se desarrolló como actriz. Ahora vive en el exilio, hace carrera política y es socia en un canal de televisión
El día que Fabiola Colmenarez supo que Venevisión, luego de haberla anunciado como protagonista ya no lo sería, otra historia comenzaría para ella. No estaría al frente de Torrente, la novela que esperaba empezar a grabar, pero sí abriendo la puerta de algo distinto.
Una historia muy diferente a la que soñaba en 1994 cuando, como la mayoría de las niñas venezolanas, quería convertirse en Miss Venezuela. Era una de las favoritas, pues además de belleza, a sus 19 años, tenía un fácil manejo de palabra.
De hecho, en la presentación a la prensa de ese año, la larense (Barquisimeto, 1974) aprovechó el momento en el que le tocaba presentarse ante los medios y se lanzó un discurso que le arrancó aplausos. Eso la hizo convertirse en favorita. Pero no ganó.
Al año siguiente, comenzó a trabajar en televisión. Como tú ninguna fue el primer dramón que le dio la oportunidad. Después de ese, una docena de producciones dramáticas tuvieron su nombre. La última fue Acorralada, en 2007, poco antes de su salida de Venevisión.
Fabiola Colmenarez, la “Cosita rica” de Venezuela
En el camino de las telenovelas, Colmenarez tuvo papeles importantes dentro de muchas producciones. Bien como rostro principal o como coprotagonista. Pero fue Cosita Rica, una historia de Leonardo Padrón, que le dio la consolidación que esperaba.
Acompañada por el galán colombiano Rafael Novoa, la producción de Venevisión se convirtió en éxito de rating tanto en Venezuela como en otros países donde se transmitió. Además, le permitió a ella explorar otros mercados y otras facetas.
Por otra parte, esa repercusión hizo que la producción tuviera versiones tanto en México como en Estados Unidos, aunque no tan exitosas. La historia de Paula C le dio el chance de practicar algo que siempre amó: bailar, pero que por su estatura no pudo cumplir como quería. El baile no solo la mantenía activa, sino que le bajaba el estrés y le daba la oportunidad de hacer algo diferente.
Precisamente en ese país, tuvo oportunidad de experimentar como conductora del talk show Necesito una amiga. En el espacio, Fabiola Colmenarez y Alejandra Maldonado se dedicaban a comentar cartas de la audiencia, en las que les exponían sus problemas. Algo similar a lo que, años después, el mismo canal presentó como Cartas del corazón.
No te vistas, que no vas
A pocos días de iniciarse, en la Gran Sabana, las grabaciones de Torrente, Fabiola Colmenares fue notificada que el proyecto ya no iba. Que sería suspendido. Algo que, en principio, ella asumió con extrañeza, pero sin cuestionarlo.
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El cuestionamiento lo hizo después cuando supo que las grabaciones sí comenzarían. Pero no con ella, sino con otra actriz, Maritza Bustamante. Siguió investigando y, según dijo, Venevisión había decidido dejarla de lado “porque me puse del lado de los estudiantes con el cierre de Rctv. No podía avalar el cierre de ese ni de ningún medio de comunicación social. Y eso a ellos no les gustó”.
Convocó a una protesta en las afueras del canal, en la que pidió a sus colegas que la acompañaran. Salvo Amanda Gutiérrez, Albi de Abreu y Julie Restifo, más nadie estuvo con ella. Allí elevó su voz ante lo que ella consideró como un despido. “Mi pelea no es económica. Mi pelea no es legal. Mi pelea es por los principios (…) ¿Qué queremos un hombre que no tenga voz? Estoy repudiando el odio que se está instaurando”, dijo.
Y, efectivamente, no volvió a actuar en la pantalla chica. Continuó haciendo teatro y, al poco tiempo, se retiró del mundo de la televisión y el teatro para lanzarse a la arena política. Fue fundadora del partido Voluntad Popular y con su espaldarazo se lanzó en dos oportunidades a la Alcaldía de Vargas. En ambas perdió.
“Mi pelea no es económica. Mi pelea no es legal. Mi pelea es por los principios”
Fabiola Colmenarez, actriz.
Una vida en el exilio
Se casó y se fue del país. Participó en algunas obras de teatro latino a su llegada a Estados Unidos. Ahora reside en Texas junto a su familia. Ahí, buscando qué hacer, hace cinco años se reunió con dos amigos también venezolanos Leonardo Trechi y Freddy Wetter y comenzaron a darle forma a un canal de información en redes sociales.
El proyecto tuvo aceptación, por lo cual decidieron ampliarlo y materializarlo. Fue así como nació VPI TV, un canal de noticias por internet que se dedica, básicamente, a transmisiones en vivo de los hechos que suceden en Venezuela.
Actualmente, Fabiola es la Directora de contenidos de ese canal. Desde ahí, no solo preparó un programa propio de entrevistas, sino que supervisa todas las necesidades del equipo periodístico que allí labora.
Al mismo tiempo, comparte en sus redes sociales el crecimiento de sus tres hijos. Casada con el consultor político Pedro Paul Betancourt de esa unión han nacido: María Gracia, Pedro Pablo y Catalina.
