En 1977 solo tenía una aspiración: ganar un carro y el Miss Venezuela le dio la oportunidad. Ahora, Cristal Montañez es una verdadera influenciadora de vidas
A sus 17 años, Cristal Montañez tenía un norte claro: tener un carro. Estudiaba en la universidad y jugaba tenis con miras a convertirse en profesional. Pero eso de andar deambulando por su Caracas natal en transporte público no le resultaba práctico. Quería tener un carro que le permitiera movilizarse por la, entonces, pujante capital venezolana.
Y así se tropezó con la posibilidad de entrar al Miss Venezuela 1977. Un concurso que no solo se convirtió en la plataforma favorita de las chicas para darse a conocer; sino que también daba, en otras épocas, llamativos premios a su ganadora y cuadro final. Y a Cristal le tocó eso.
Siempre dijo que su única aspiración de entrar al certamen de belleza más importante del país era la de ganarse un carro. La fama, la televisión o las pasarelas no las veía en su futuro. Lo suyo era tener el vehículo para concluir sin tanto ajetreo sus estudios; y para perfeccionar su técnica tenística.
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Y la Diosa fortuna estuvo de su lado. Cristal ganó la corona (en medio de una polémica, eso sí) y logró su cometido. Estaba feliz sin saber que, aunque no lo quisiera, el concurso también lograría otro de sus objetivos: cambiarle la vida.
El giro para la musa
Pasados los días de protesta de la candidata que ocupó el lugar de primera finalista; la nueva reina venezolana comenzó su preparación para el Miss Universo. Pese a que no logró la corona, se ubicó dentro del top 12. Pero eso no la amilanó. A su regreso al país, se integró a la Federación de Tenis y, gracias a su impulso, el deporte se fue extendiendo.
Pasó a la posteridad gracias a la canción que lleva su nombre. Pues Cristal se convirtió en musa de Simón Díaz. Amiga de los hijos del popular “tío” desde niña, el cantautor siempre le dijo que sería una reina por su belleza. Y la inmortalizó en una canción que popularizó Gualberto Ibrarreto.
No fue “reclutada” por los medios, sino por el amor. A principios de los 80 se casó con Hank Joslim, con quien tuvo a sus hijos Gabriela Cristal y Hank. Se mudaron a Estados Unidos, donde años más tarde se divorciaron. Actualmente, está casada con George Baylor, quien la apoya incondicionalmente en lo que fue su nueva vida.
Cristal Montañez es, y así la reconocen importantes organizaciones como la ONU y las Naciones Unidas, una importante activista de Derechos Humanos. Por más de 15 años hizo trabajo en Pakistán y desde hace casi una década se dedica a ayudar a sus compatriotas. Su fundación Hope Hope For Venezuelan Refugees se desplegó, sobre todo en Cúcuta en la frontera con Colombia, cuando comenzó el fuerte éxodo venezolano.
