Se convirtió en la primera reina de color del certamen y nunca tuvo problemas de que la llamaran así. Todo lo contrario, para ella su vida es 100% orgullo
Lucbel Carolina Indriago Pinto llegó a la lista de candidatas del Miss Venezuela |998 como una de las favoritas. Sin embargo, por la historia que, hasta ese momento, había tenido el concurso, pocos le daban el chance de ganar.
Además, debía superar a la gran favorita de esa elección, Verónica Schnider; quien con la banda de Monagas estaba llamada a ser la triunfadora de la noche tan linda como esa.
Otra de cábalas anunciaban que representar a un estado como Delta Amacuro, además de su color de piel, definitivamente la apartaban de la corona. Y más si se pensaba en los estándares que se pedían en el Miss Universo de aquel momento, con Donald Trump a la cabeza.
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Pero la valenciana de 18 años impresionó al jurado con su estampa la noche del 11 de septiembre de 1998, en el Poliedro de Caracas. Carolina Indriago, como se le conoce en el ámbito artístico, consiguió la corona. Su actuación durante toda la gala fue impecable y eso sirvió para despuntar en las votaciones. Así, se convirtió en la primera reina venezolana de color en obtener la máxima corona de belleza.
Eso, lejos de ser un estigma para ella representó su principal orgullo. Tal y como lo dejó claro desde su primera declaración como la máxima representante de la belleza venezolana.
El rumbo de Carolina Indriago
El triunfo en el Miss Venezuela le dio la oportunidad de viajar al año siguiente al Miss Universo. Cautivó con su traje típico y también se convirtió favorita desde su llegada a Trinidad y Tobago. Ocupó en mayo de ese año el puesto de cuarta finalista.
A su regreso a Venezuela, Indriago retomó sus actividades con la esgrima; deporte que la había llevado, el año antes de estar en el concurso, a representar al país en los Juegos Panamericanos.
Sin embargo, los medios llamaron su atención. Se convirtió en animadora y estuvo tanto en radio como en televisión. Estuvo en Televen; Venevisión Plus y su última etapa en Venezuela la trabajó en Portada’s; de donde salió en 2013.
Tras su salida del magazine matutino, Carolina Indriago se estableció en Miami. En 2017 tuvo a su hijo y a principios de este año obtuvo su nacionalidad estadounidense. Aunque está bajo perfil en los medios, cada vez que puede sigue con su faceta como animadora.
