Fue Miss Venezuela, Miss Universo y es, sin duda, la reina de la polémica.
Pocos saben que su primer nombre es Yoseph, porque todo el universo la conoció como la rubia explosiva Alicia Machado en 1996 cuando ganó el Miss Universo en Las Vegas. Apenas tenía 19 años en el momento, literalmente, que el peso de la corona le cayó sobre sus hombros.
No fue un año fácil lo que tuvo por delante esta nativa de Maracay, capital del estado Aragua en Venezuela, donde su infancia transcurrió en una familia tradicional, de clase media, cuyo patriarca, un inmigrante español, se dedicaba a fabricar juguetes.
Ella iba caminando por un centro comercial de esa ciudad cuando un scout de modelos la vio y le propuso, primero, participar en concursos locales con miras a llegar a la, entonces, mítica Quinta rosada, como se conocía la sede del Miss Venezuela dado el color de sus paredes.
Yoseph Alicia no era la favorita para ceñirse la corona. Fue lo que, popularmente, se conoce como “batacazo”. La noche final de la elección de Miss Venezuela 1995, se creció más que de tamaño (no tiene el standard de una de las reinas de esa época) con su espontaneidad y cariño. En la pregunta final, soltó un “decayente” con tal seguridad y convicción que provocó una ovación del público, al tiempo que puso a mucha gente a dudar de si el término correcto era ese o decadente. Obvio, es decadente.
El resto es historia.
La noche de 28 de septiembre de 1995 comenzó a escribirse lo que sería una carrera llena de contrastes y, eso sí, mucha, pero mucha polémica y controversia. En noviembre de ese año, quien fue nombrada primera finalista en ese certamen y viajó a Miss Mundo, Jacqueline Aguilera, regresó a Caracas con la corona del certamen internacional. Ahora, es una de las encargadas del llamado Comité de la belleza que se encarga de la elección nacional.
Machado Fajardo tuvo su primer viaje en abril del año siguiente a Costa Rica, al Reinado internacional del café. Y ganó. Esa fue su escala antes de llegar a Las Vegas donde con su sonrisa de oreja a oreja, su garbo y, sin ser favorita, repitió la hazaña de ocho meses antes. En esta oportunidad, sobre su cabeza se posó la corona de Miss Universo.
El peso de una corona
Atrás quedaron los estudios de Derecho y Administración que había comenzado en la universidad. Fue una reina que se hizo sentir. Y cómo. Pese a que ella ha dicho y desdicho de todo lo que sufrió en el año de reinado, de alguna manera ha vivido de eso. Está considerada por los estudiosos de los concursos de belleza como la Miss Universo más publicitada de la historia y la más polémica también.
Todo comenzó al poco tiempo de ganar la corona. Los paparazzi comenzaron a registrar que la mujer más bella del universo, contrario a su par Miss Mundo, comenzó a aumentar de peso. Ella reconoció 8 kilos en el programa de Jaime Baily a comienzos de 1997. No obstante, se aseguraba que eran 14.
Poco después se anunció que el actual Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había comprado el concurso lo que hizo que su estilo desfachatado, como lo hacía en el resto de sus facetas, predominara. Un mes antes de que Machado entregara la corona, citó a los fotógrafos y periodistas en un gimnasio de Nueva York y delante de ellos le dijo que debía corregir su peso, y la puso a ejercitarse ante las cámaras.
En un momento regresó a Venezuela y su sobrepeso era evidente. El cambio de actitud también. De la muchacha dulce, amable y sonriente que había visitado a los medios de su país antes de irse no quedaba nada.
Para la historia quedó el momento cuando entró al salón donde estaba la prensa esperándola y sin sonrisa ni saludo de por medio, con el dedo índice comenzó a señalar a los periodistas. “Ustedes son los culpables de que estén atacándome por gorda”. Huelga decir lo tensa y, en muchas ocasiones, desagradable que fue ese encuentro.
Esta experiencia fue traumática para ella, según ha declarado en miles de oportunidades. Al punto que en la campaña de 2016, el tema fue rescatado por Hilary Clinton, la rival de Trump en las elecciones, quien recordó el episodio en un mitin. “Él llamó a esta mujer, Miss “cerdita”, luego la llamó “señora ama de casa” por ser latina. Donald ella se llama Alicia Machado y se hizo ciudadana estadounidense y puede apostar que saldrá a votar este mes de noviembre”.
Trump no solo ha negado insistentemente esos señalamientos, sino también los que Alicia ha sugerido en los últimos años, aunque sin nombrarlo directamente: acoso sexual.
El comienzo de las telenovelas
En 1998 debutó como actriz. Venevisión la llamó para la telenovela Samantha, una historia rosa en la que ella puso reglas para ir a grabar, para ser entrevistada por la prensa y hasta unos honorarios que algunos de sus compañeros más experimentados protestaron.
La producción no tuvo éxito en el rating. Sin embargo, le sirvió para abrirse camino en lo que quería: el mundo artístico. Diez telenovelas se contabilizan en su currículum, hechas también en Ecuador, Miami y México, país que fue su residencia por muchos años, obras de teatro y tres películas.
También se aventuró a cantar. Luego de participar en un reality mexicano, Cantando por un sueño, Ricardo Montaner le grabó un disco con su ya desaparecida disquera, Hecho a mano.
Otro reinado: el de la polémica
Por donde pasaba, Alicia dejaba su estela. Fácilmente un huracán ha podido llevar su nombre y, seguro, ella lo habría intimidado. Además de su polémica con la belleza prácticamente en todos los ámbitos ha sonado. Veamos.
Antes de iniciar las grabaciones de Samantha, Machado tenía una relación con el empresario Juan Rafael Rodríguez Reguetti, a quien se le siguió juicio por intento de asesinato a su excuñado. Según el acta policial de ese día de 1998, el incidente se produjo a la salida de una Iglesia cuando Rodríguez le disparó al otro hombre y huyó en un carro que, según testigos, era conducido por su novia.
Días después, el juez de la causa, apareció en televisión denunciando que la exreina de belleza lo había llamado para amenazarlo y mostró en cámara el número de telefóno para que no hubiera duda. Ella reconoció haberlo llamado “para agradecerle sus buenos oficios en la búsqueda de la justicia”. Nunca la imputaron.
Otro escándalo la cobijó a principios de 2005. Su romance con el beisbolista, e ídolo de miles de fanáticos de los Leones del Caracas y de los Phillies de Filadelfia, Bob Abreu, ocupaba los titulares en la prensa rosa tanto nacional como internacional.
Ella se fue a un reality show, La Granja. No ganó el programa, pero pasó a la posteridad como la concursante no solo más controversial sino inolvidable, porque fue grabada en vivo teniendo sexo con otro participante. Con su tradicional verbo de confrontación trató de hacer frente al escándalo, pero el romance con Abreu, se acabó.
Curiosamente, esos dos hombres con quienes ella se relacionó, al tiempo también fueron novios de otra actriz venezolana, Alba Roversi.
Retratarse en la portada de la edición mexicana de Playboy es, casi, tan importante como en la original. Y ella ha estado dos veces ahí. Fue la primera exreina Miss Universo en hacerlo y eso causó un revuelo, sobre todo porque le dedicó las fotos a Trump.
Con el surgimiento de las redes sociales su fama de polémica creció. En Twitter cerró su cuenta luego de un polémico trino sobre la disputa, en 2010, entre las dos Coreas. “Esta noche quiero pedirles que me acompañen en una oración uno por la paz que estos ataques entre las Chinas no empeoren nuestra situación” escribió. Obviamente, la confusión con China fue épica.
Otro de sus muchos escándalos está relacionado con el nacimiento de su, hasta ahora, única hija, Dinorah. Se supo que se convertiría en madre poco antes de que naciera la pequeña. Durante muchos años, la prensa mexicana no ha dudado en relacionarla con José Gerardo Álvarez Vázquez “El Indio”, el terrateniente de un poderoso narcotraficante mexicano.
Ella siempre ha negado eso y ha dicho que su hija lo es también del empresario mexicano Rafael Hernández Linares con quien tiene buena relación. De hecho, a comienzos de la pandemia del coronavirus, subió un video en el que lo presenta (aunque él tiene gorra, lentes y tapabocas) para acabar, según ella, con la diatriba.
El año pasado, sin embargo, dijo que era bisexual. Incluso afirmó que ha tenido “varias novias”.
Confesó que hace siete años tuvo que someterse a una doble mastectomía y recibió tratamiento para el cáncer de seno. Un proceso que llevó en privado y sin que trascendiera.
Aunque ella se empeñe en negarlo, sin duda, han sido los escándalos los que le han dejado mejores dividendos. Sin embargo, también se ha aventurado a vender, desde perfumes para hombres y mujeres hasta planes para perder peso.
Recientemente, le respondió a quienes la llamaron gorda y vieja luego de subir un video poco favorecedor para ella. “Uno publica una foto linda deseándoles lo mejor, pero hay gente muy chévere, que dicen Alicia estás acabada, estás vieja. Pues sí… Yo soy una mujer, soy una señora de 42 años, voy para 43 en unos cuantos meses, pues bueno… ¡Uno va envejeciendo!” escribió.
