Con la actuación marcada en su ADN, Aileen Celeste comenzó como figura juvenil y se convirtió en una de las contrafiguras favoritas de la TV venezolana
Su gusto por el mundo artístico nació con ella. Su bisabuela fue la primera actriz de la familia. Pero de ella, Aileen Celeste heredó algo más que sus genes personales. También el gusto por la actuación.
Con la influencia de su bisabuela, la joven caraqueña siempre fantaseó con estar en el medio artístico. Los cuentos que oía de niña de las experiencias teatrales en Portugal fueron marcando lo que sería su futuro profesional.
El debut de Aileen Celeste fue a principios de los años 90 en El club de los tigritos, en Venevisión. Allí, la jovencita fue puliendo aún más sus ideas de dedicarse a estar delante de las cámaras.
Lea también: ¿Qué pasó con? Laureano Olivares, el niño de «Sicario»
Su paso por Venevisión la alejó de las aulas universitarias por cuanto fue tanto el gusto que le tomó a la pantalla chica; que su idea de estudiar Psicología quedó en el pasado. Fue así como la inquietud infantil que tenía por tener a gente en una poltrona hablando de sus problemas y ella ayudándola quedó en el pasado.
Con el aprendizaje que tuvo en el icónico programa infantil del mencionado canal; Aileen Celeste fue llamada para participar en la serie Jugando a ganar. La misma, que se emitía dentro del espacio, fue protagonizada por la orquesta Adolescent’s.
Al año siguiente, participó en su primera telenovela, Calypso, la cual marcó no solo su debut en los dramones; sino el lanzamiento de Chiquinquirá Delgado como actriz. También participó en un reality show de deportes extremos.
La actuación la compartía con el modelaje. Se convirtió en imagen de varios productos y gracias a eso se residenció un tiempo en México; donde trabajó como modelo. A su regresó a Caracas, Aileen Celeste entró a la escuela de actuación de Radio Caracas Televisión.
Ahí comenzó su etapa en ese canal en producciones como La niña de mis ojos, en 2001. Al año siguiente, participó en Mi Gorda Bella. En ese canal permaneció hasta que el mismo cerró. Luego pasó a Venevisión y más tarde a Televen, donde hizo el último proyecto dramático nacional. Se trató de Dulce Amargo, en 2013.
Con la crisis del medio televisivo venezolano, Aileen Celeste buscó mejores destinos. Actualmente, vive en Barcelona, España, junto a su esposo y a las dos niñas en común.
Ahí, promueve la actividad teatral, no solo actuando, sino también abriendo salas y lugares para incentivar las artes.
