El hondo pesar que enquistó en la sociedad esta historia, permite hoy reconocer los errores humanos y técnicos, que al ser visibles, podrían salvar muchas vidas
Este 3 de septiembre se cumple un año de una tragedia que marcó un hito en la sociedad venezolana. Con una tripulación de nueve personas, entre ellas dos niños, la lancha Thor zarpó en horas del mediodía hacia la isla La Tortuga, para disfrutar un viaje de familia.
Pero a unas horas de navegación, las risas cambiaron por desesperación y lo que sería un viaje de placer se convertiría en una tragedia, donde los únicos sobrevivientes son un niño y su hermanita y la joven que los cuidaba, de nueve personas que viajaban en una lancha que tiene capacidad solamente para seis.
Como todo siniestro, tras la experiencia vivida vienen las evaluaciones, el conocer los errores.
Enrique Martin piloto, investigador de accidentes aéreos y marítimos, expertos en Búsqueda y Salvamento, con más de 40 años en el ramo, hace una evaluación sobre lo sucedido con la lancha Thor, donde considera que las fallas humanas y técnicas, tanto desde la lancha, como del propio Estado, permitieron que todo terminara en una tragedia.
Las fallas en Thor
“Hay una serie de disposiciones para hacerse a la mar. Hay una cantidad de normas establecidas y esas normas tienen que ser cumplidas. Si tú sales a navegar, tú sabes que debes llevar salvavidas para todos, los salvavidas deben estar buenos. Debes llevar unas señales porque si te pasa algo no te van a encontrar. Sabes que tienes que llevar unos equipos de radio que funcionen, que estén cargados”, dice Martin.
Martin dice que las evidencias sobre el caso Thor indican que desde la lancha se cometieron algunas irregularidades y las mismas saltan a la vista con los testimonios de la joven Verónica Martínez y con lo encontrado.
Inicialmente, la embarcación estaba diseñada para solamente seis tripulantes. Una vez que sobrepasas con nueve personas, se produce una merma en la seguridad de la lancha y por la cual está diseñada.
Es indispensable que embarcaciones de este tipo cuenten con equipos de comunicaciones, radiobalizas o GPS, que permitan la comunicación directa y la ubicación en caso de un siniestro. Martin deja claro que si hubiesen tenido una radio baliza, equipo que envía una señal de emergencia con la ubicación exacta, pues la señal se hubiese recibido y la historia posiblemente fuese otra.
Por otra parte, recuerda que en las declaraciones de la única sobreviviente, Verónica Martínez, dice que llevaban un radio punto a punto, el cual estaba descargado y lo pusieron a cargar justo antes de zarpar.
Otra de las fallas principales, es la aparente falta de los chalecos salvavidas. Sobre esto, el experto expresa que “la matemática no miente”. Recuerda que al momento de ser encontrados los sobrevivientes había cuatro personas y solamente dos salvavidas.
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“Con la lancha Thor ocurrió lo que fue evidente. Había tres personas vivas flotando y una fallecida y solamente allí había dos salvavidas. Esas cuatro personas tenían en ese momento dos salvavidas. Eso es un hecho. Eso está ahí, eso está en las imágenes, eso no lo digo yo”.
Estas fallas suelen ser comunes, ya que dos factores inciden de manera directa. Uno es la “viveza criolla” o como lo dice Martin, la creencia de que situaciones como estas “no me suceden a mí”. Lo que ha llamado Martin como una especie de síndrome de Supermán, donde “a mí no me pasa nada”.
Lo otro está relacionado en parte a la desidia y falta de control de los organismos ante las embarcaciones.
Las fallas del Estado
“Aquí hay más de 20 mil embarcaciones. No hay personal, no hay forma de que tú puedas controlar cada embarcación que sale, igual que los aviones salen a volar y no hay inspectores revisando todos los días”.
Dice el experto que tanto en la marina, como en la aviación, hay revisiones anuales o cada dos años, donde se verifican los respectivos permisos y las naves o aeronaves. Es aquí donde la conciencia de los dueños de estos medios de transporte deben tener conciencia y entender, que deben pensar en seguridad y hacer una inversión en seguridad.
“A veces cuando hacen las revisiones, acostumbran a pedir las cosas prestadas a los vecinos para la revisión, para luego, después de la revisión, regresar los implementos prestados, pero nunca se compran un GPS, los chalecos salvavidas… Después de la inspección devuelvo todo y salgo a navegar y no tengo nada. ¿Quién es el culpable? ¿El Estado?”.
Además de no contar con la cantidad necesaria de inspectores y personal para la supervisión, las capitanías de puerto tienen severas deficiencias en sus sistemas de comunicaciones, radares y por supuesto, equipos y medios de transporte para los rescate.
“Carenero no tiene comunicaciones. La antena está dañada y su equipo de radio. La Capitanía de puertos tiene una serie de deficiencias, no tienen como comunicarse hasta La Tortuga, para saber si las embarcaciones que salen de Higuerote llegan o no”!
“Aquí nunca se compraron aviones para Búsqueda y Salvamento. Aquí se compraron aviones de patrullaje marítimo para la Armada, los cuales se usaban en su momento para esos fines, pero que ya caducaron”.
Lo que nos deja Thor
Debido a la tragedia de Thor, según comenta Martin, desde el Instituto Nacional de los espacios Acuáticos (INEA) hubo un interés en rescatar los servicios SAR (Save and Rescue).
Actualmente, está en fase de implementación la compra de dos aviones especiales para servicios SAR, así como varios drones con autonomía de vuelo de más de 7 horas, con cámaras especiales, por un valor de unos 54 millones de dólares, que serían de gran utilidad para este tipo de operaciones.
La adquisición de estos equipos ayudaría de manera considerable en una respuesta inmediata al momento del reporte de cualquier siniestro.
Una recomendación
La administración de Nicolás Maduro ha ordenado convertir a las dependencias federales, entre ellas la isla de La Tortuga, como zonas exclusivas turísticas.
Se supone que las mismas deberán desarrollarse para la recepción de turistas.
Pero según Martin, no existe ni el personal suficiente, ni los equipos de comunicaciones, radares y de rescate que puedan cubrir una ruta tan extensa hasta La Tortuga, por lo que sugiere que es necesario que desde la administración de Maduro atiendan estos requerimientos.
Dice que lo mismo aplica para otras zonas como el oriente del país. Mochima, Güiria y el Delta, sobre todo esta zona del oriente donde prácticamente están desprotegidas las embarcaciones y los accidentes son más recurrentes.
