Un régimen que los reprime y una pandemia que los condena, esa es la realidad de los privados de libertad por motivos políticos en Venezuela
Torturados, reprimidos, aislados, golpeados, ultrajados. Así se encuentran en este momento los más de 400 presos políticos venezolanos, encarcelados injustamente por expresar su descontento hacia el régimen de Nicolás Maduro.
Informar, denunciar y manifestar para exigir mejores condiciones de trabajo y de vida ha condenado a centenares de ciudadanos a no ver la luz del sol y pasar sus días en pequeñas celdas, con la incertidumbre de no saber cuándo regresarán a respirar la libertad del país.
Hasta el 22 de junio, la Organización No Gubernamental (ONG), Foro Penal, contabilizó 424 presos políticos en todo el país, oprimidos por el régimen de Maduro, de los cuales 394 son hombres, 30 mujeres, 297 civiles, 127 militares. 422 adultos y 2 adolescentes.
Sin embargo, esta semana han excarcelado a cinco personas que estaban privados de libertad por participar en manifestaciones ciudadanas. Entre los liberados también está el dirigente de Petare, Junior Pantoja.
Presos de conciencia vulnerables a la pandemia
A partir de marzo las condiciones de los presos políticos se vulneraban un poco más: el hacinamiento, la insalubridad, el poco distanciamiento social y las escasas medidas sanitarias los exponían a un mayor riesgo por la pandemia de COVID-19 que, en ese mes, confirmaba sus primeros casos en el país.
En ese sentido, la diputada a la Asamblea Nacional Adriana Pichardo, denunció que no hay protocolos sanitarios en las cárceles del país por el coronavirus, y que esto los lleva a estar “condenados a muerte”.
“Con condiciones inhumanas, sin alimentos y sin atención médica adecuada, así están los presos”.
Adriana Pichardo
“Un caldo de cultivo para que ocurra una tragedia (…) Presos políticos y comunes serán condenados a muerte a menos que se tomen acciones inmediatamente”, dijo Pichardo.
Alertó que en Venezuela hay más de 100 mil presos hacinados; una cifra que supera el 350% de la capacidad de los centros de reclusión. Indicó que se desconoce la cifra de enfermos por COVID-19 en las cárceles y si se están practicando pruebas para descartar la existencia de contagios entre los privados de libertad.
Por su parte, Foro Penal, insistió que los presos políticos estaban en riesgo ante la pandemia que en estos momentos cuenta con más de 5 mil infectados y 42 fallecidos.
Hace un par de meses, el director de la ONG, Alfredo Romero, alertó que al menos 42 hombres y mujeres privados de libertad tienen problemas de salud, lo que los hace más vulnerables ante la enfermedad.
Michelle Bachelet pidió atención
Los organismos internacionales enfocados en los derechos humanos, pusieron su foco ante la situación en los centros penitenciarios en el marco de la pandemia que mantiene al mundo en alerta por su rápida propagación.
Por eso, la alta comisionada para los derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Michelle Bachelet, pidió a los gobiernos del mundo tomar medidas para evitar que la pandemia se extendiera a las cárceles.
“El COVID-19 comenzó a afectar a prisiones, cárceles y centros de detención de migrantes, así como a instituciones de acogida y hospitales psiquiátricos”, afirmó Bachelet, al hacer repaso de colectivos “extremadamente vulnerables” por ver limitados sus movimientos.
El riesgo se agudiza en centros ocupados por encima de su capacidad, donde “las personas a menudo están en malas condiciones higiénicas y los servicios médicos son inadecuados o casi inexistentes”. Bachelet aseguró que guardar las distancias o permanecer aislados en estos contextos es “prácticamente imposible”.
COVID-19 en El Helicoide
El diario El Nacional informó hace dos meses que al menos cuatro funcionarios policiales de El Helicoide estaban contagiados por coronavirus, uno de los principales centros donde el régimen de Maduro mantiene a presos políticos.
Detalló que los funcionarios infectados son tres mujeres y un hombre, pertenecientes a la brigada motorizada en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
Pandemia = más represión
Desde que comenzó la cuarentena social instaurada por Nicolás Maduro se habían constatado al menos 100 detenciones por razones políticas, alertó Foro Penal.
“Una decena de personas, en su mayoría personal de salud, han sido detenidas en Venezuela por difundir información relacionada con el nuevo coronavirus”, denunció la organización a principios de mayo”.
Foro Penal
Del centenar de detenciones por “razones políticas” reportadas desde marzo, 10 corresponden a “personas que se han referido a la pandemia”, en especial trabajadores de la salud, declaró en una videoconferencia Alfredo Romero.
Otros 11 venezolanos han sido aprehendidos por “emitir mensajes en contra de funcionarios públicos” o replicar cadenas en WhatsApp, dijo Romero.
La ONG también denunció 16 “desapariciones forzosas” desde el 20 de abril de “personas supuestamente envueltas en conspiración o en algún acto de rebelión”.
Futuro incierto, esperanza apagada
Presuntas negociaciones vienen y van entre algunos sectores de la oposición y el régimen de Maduro. En aquella mesa de diálogo vislumbran algunos nombres que podrían ser excarcelados; sin embargo las tan repetidas “liberaciones de presos políticos” se producen a cuenta gotas en Venezuela.
Mientras tanto, los privados de libertad continúan padeciendo de dolencias y patologías a causa de las condiciones inhumanas en las que se encuentran, con un futuro incierto y con el temor de lo que podría suceder.
Hay quienes logran ser excarcelados bajo medidas cautelares como lo fue el diputado a la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, otros obtienen la medida de casa por cárcel por sus complicaciones de salud como el parlamentario Ismael León, pero también están quienes han sido torturados hasta ser llevados a la muerte como Fernando Albán o el capitán, Acosta Arévalo quien este 28 de junio cumple un año de fallecido.
Voces apagadas
Algunos de los dirigentes políticos con mayor fuerza y voz de convocatoria en el país fueron llevados a prisión para intentar apagar sus voces. Así ocurrió con Leopoldo López y Antonio Ledezma. El primero en el exilio y el segundo en resguardo en la embajada de España, pero hay otros casos como el diputado a la Asamblea nacional, Juan Requesens y el ex jefe del despacho del Presidente interino Juan Guaidó, Roberto Marrero, que están en pequeñas celdas, privados de libertad y padeciendo de complicaciones médicas.
En el caso de Roberto Marrero, es asmático crónico. Sus días los pasa en una celda de 2×2 completamente aislado, un método de tortura psicológica, así lo estableció la Organización de Naciones Unidas (ONU).
En cuanto a Juan Requesens, los médicos del Sebin le diagnosticaron una infección respiratoria y recomendaron su traslado a la sede de la policía política en Plaza Venezuela, una medida que no ha sido materializada.
“Señalamos que es diputado y debe estar en resguardo, pero la jueza Hennit Carolina López no se ha pronunciado al respecto”, indicó Joel García, abogado del parlamentario.
La medida se fundamenta en el artículo 43 de la Constitución que protege el derecho a la vida y el 242 del Código Orgánico Procesal Penal que establece medidas cautelares sustitutivas de libertad.
Solo un cambio les permitirá regresar a la libertad
Como ya se había mencionado, algunas negociaciones pueden producir la excarcelación de algunos presos políticos; sin embargo, cuando regresan a sus hogares no lo hacen con libertad plena, la mayoría sale de las cárceles bajo medidas cautelares y regímenes de presentación.
La libertad plena de presos políticos solo se produciría de una forma: que el régimen de Maduro abandone el poder y se instaure la democracia nuevamente en el país.
En Impacto Venezuela se sigue de cerca la situación de los presos políticos en el país. Acá un reportaje que evidencia una terrorífica comparación:
Venezuela supera el número de presos políticos de Cuba
