Ramón Antonio Martínez, de 23 años, falleció la noche de este martes en el interior de un calabozo del Centro de Detención Preventiva de Boleíta, mejor conocido como Zona 7. Sus familiares aseguraron que padecía de tuberculosis y nunca fue atendido
La familia se enteró de la muerte porque otros presos se comunicaron con ellos. La policía nunca los llamó para informarle sobre lo sucedido.
Aseguran que lo vieron por última vez hace cinco días y mostraba un cuadro de salud bastante crítico. Al parecer él le pedía a los funcionarios que lo trasladaran a un hospital, pero no le prestaban atención.
No fue sino hasta la mañana del martes cuando se complicó aún más y lo trasladaron al hospital Domingo Luciani, de El Llanito, donde falleció al poco tiempo de ser ingresado.
Sus parientes cuentan que casi no podían llevarle comida y alimentos porque los funcionarios cobran hasta por dejarle pasar una pastilla.