Más del 40% de las mujeres embarazadas han sido víctimas de infidelidad y sus parejas han sido descubiertas durante la gestación
Aquellas mamás que enfrentan una infidelidad en pleno embarazo es un golpe emocional muy fuerte, con traición y desengaño.
Muchas perciben que han pasado una humillación. Sin embargo, es importante aclarar que ellas no son para nada responsables de la infidelidad, es cuestión de quien lo hace y su cuota de responsabilidad, madurez y coherencia ante una relación.
El caso de la infidelidad es más común de lo que se cree. El embarazo es una época de gran agitación en la vida de una pareja, tanto en lo físico como en lo psicológico.
Las mujeres embarazadas sienten menos necesidad de tener relaciones sexuales regulares durante este período. De hecho, son menos capaces de experimentar placer y se enfrentan a menudo con una imagen de sí mismas que ya no reconocen y que no necesariamente asumen.
Hay otras mujeres, en cambio, sus hormonas la llevan a la práctica sexual diaria y desenfrenada, pero las estadísticas son bajas.
El portal web Gleeden explica que Jena Pincott, psicóloga y bióloga, ha realizado investigaciones sobre los estudios publicados en los últimos veinte años sobre la infidelidad masculina durante el embarazo.
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Tres categorías de hombres: los X, los Y y los Z.
Los X no tratarían de engañar a sus esposas durante el embarazo. En general, su apetito sexual disminuye durante este período.
Los Y tampoco tratarían de engañar a su pareja y experimentarían aún más deseo por ella, al verla embarazada. La disminución en el número de relaciones sexuales se explicaría por el temor de los Y de hacer daño al bebé.
Jena Pincott dice que hay hombres a medio-X y medio-Y, es decir, hombres que, al igual que sus esposas, tienen picos de prolactina (una hormona relacionada con el embarazo). Estos hombres pueden experimentar algunas de las sensaciones que sienten sus esposas, como náuseas, aumento de peso.
Los Z serían los hombres infieles o que podrían serlo. Los cambios físicos y psicológicos de sus esposas no van con ellos. Temporalmente o no, ellos son infieles a sus esposas embarazadas.
En conclusión, Jena Pincott añade que habría una mayoría de hombres Y, pero que, en cambio, los mejores padres serían los X.
Así mismo, es importante aclarar que el embarazo no afecta negativamente a la sexualidad, pero sí puede verse alterada, especialmente en el tipo de prácticas que se realizan y un porcentaje caer en la infidelidad (la liberación del estrés en la cama).
¿Estás embarazada y deseas probar alguna técnica para tu sexualidad?
Si deseas mejorar tu sensualidad, es considerable, en este sentido, probar, valorar qué posturas resultan más cómodas para ti y tu pareja, porque aunque algunas de ellas podrán mantenerse, otras, en cambio, sobre todo cuando el embarazo está muy avanzado, puedan resultar casi imposibles.
Es una buena oportunidad para experimentar prácticas y posturas novedosas que quizás la pareja no había incorporado a sus encuentros y resultan igualmente placenteras.
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No eres culpable
Si has pasado por esta situación es necesario que entiendas que la infidelidad por más que se intente normalizar, en una mujer embarazada es grave y puede causar daños irreversibles, enterarse de una traición, jamás elevara tus ánimos, en cambio, puedes vivir un deterioro de tu salud mental y corporal.
Respirar, dejar fluir y en caso de ser víctima es necesario concentrarse en el bebé y posteriormente canalizar ayuda después de concebir.
Recuerda siempre que no eres el responsable de la infidelidad, eres responsable de tu calma y tu bienestar.
