La ONG Convite presentó su informe anual donde se desnuncia, entre otras cosas, que cerca de 70% del total de las personas mayores en Venezuela son diabéticas e hipertensas
Cualquiera pensaría que, tras pasar toda una vida trabajando, al llegar a la tercera edad, todo sería más fácil y tranquilo. Pero, en Venezuela esto no ocurre. Ser adulto mayor en la otrora potencia petrolera es sinónimo de hambre y pobreza.
Este viernes, la ONG Convite, que se dedica a la promoción de derechos sociales de los aultos mayores, presentó su informe anual. El documento resume la situación de la población de la tercera edad, enfocado en el acceso a la salud y el envejecimiento en el país.
El primer dato arrojado por el informes es que “86,9 % de las personas mayores en Venezuela viven en situación de pobreza”.
La directora de proyectos de Convite, Francelia Ruíz, explicó que la organización emprendió la investigación el año pasado.
Entrevistaron a 1.202 personas mayores en todo el y se encontraron “datos alarmantes”. “42 % de las personas consultadas dicen haber tenido que reducir las porciones de comida”.
De esas más de 1.202, “20 % nos dijo que come carne solo una vez cada 15 días. Además, solo 9 % de los encuestados nos dijo que logra cubrir su requerimiento básico”.
Destacó, asimismo, que uno de los datos que más les llamó la atención es que el 66 % indicó “que extraña comer pescado”, pues argumentan que por los “altos costos no pueden tener acceso a este alimento”.
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Ruíz recordó que la pensión de los adultos mayores en Venezuela no supera los 2 dólares mensuales, al tipo de cambio de este mes.
Muchos de ellos no tienen cómo acceder a medicamentos para tratar enfermedades comunes, como hipertensión o diabetes, por que los mismos tienen precios elevados.
“Cerca de 70% del total de las personas mayores en Venezuela son diabéticas e hipertensas y 78% utiliza algún tipo de medicamento. Pero tan solo 5% dice que puede adquirirlo con facilidad”, denuncia.
En ese sentido, también se refirió al índice de escasez de medicinas que llevan viviendo desde 2016 y dijo que se ha reducido, debido a que el Estado ha levantado restricciones sobre la industria farmacéutica.
Según indicó, el “último índice de escasez general -de medicamentos- se ubicó en 43,6 % para hipertensión, diabetes, infecciones respiratorias agudas, diarreas, depresiones y convulsiones”.