Hasta este momento no se había discutido y ni siquiera narrado por el Sistema De Naciones Unidas lo que viene sucediendo en el sur de Venezuela.
El comisionado para la ONU, Miguel Pizarro, celebró este miércoles que, en el marco del 44° período de sesiones del Consejo de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, se haya dado a conocer el horror que rodea el origen del llamado oro de sangre en Venezuela.
“En los dos informes presentados sobre Venezuela se han incorporado elementos nuevos, en una primera instancia el concepto de espacio democrático que se narra la persecución, el hostigamiento y las restricciones a los derechos civiles y políticos, las sentencias del TSJ designando ilegalmente un CNE y los ataques a los partidos políticos, y en esta segunda oportunidad, se hace mención a dos pilares fundamentales que son la independencia judicial y acceso a justicia y el Arco Minero del Orinoco”, explicó Pizarro.
“En esta oportunidad, el informe no solo afirma, sino que demuestra la erosión del estado de derecho en Venezuela, la ausencia de independencia judicial, el inexistente acceso a la justicia de las víctimas de violaciones a los derechos humano, y la explotación de las riquezas nacionales para el beneficio de la corrupción, las masacres indígenas y el control del sur del país bajo grupos armados y criminales” señaló el también diputado de la Asamblea Nacional.
También remarcó que “el ACNUDH recibió información fidedigna en la que se denunciaba que las personas privadas de libertad por la Dgcim fueron sometidas a sesiones que involucraban una o varias formas de tratos crueles, se hacía referencia a palizas con tablas, asfixia con bolsas de plástico y productos químicos, inmersión de la cabeza del detenido bajo el agua, descargas eléctricas en los párpados y violencia sexual en forma de descargas eléctricas en los genitales”.
Sobre la mención del Arco Minero del Orinoco, Pizarro aseguró que hasta este momento no se había discutido y ni siquiera narrado por el Sistema De Naciones Unidas lo que viene sucediendo en el sur de Venezuela.
“Gran parte de la actividad minera, tanto dentro como fuera del Arco Minero, está controlada por grupos delictivos organizados, son estos los que deciden quién entra o sale de las zonas mineras, imponen reglas, aplican castigos físicos crueles a quienes infringen dichas reglas”, dijo.
