Delincuentes se aprovechan que el robo de cabellos no es un delito tipificado. El negocio crece y la víctima no sabe donde denunciar
La compra y venta de moños de cabello se ha convertido en un negocio de mucho crecimiento en Colombia.
A pesar de que el mercado alrededor del cabello no es tan conocido, es muy común su uso para fabricar pelucas con fines estéticos y culturales.
Sin embargo, el robo de cabellos en la capital colombiana, no está tipificado como delito y muchas mujeres son víctimas de inescrupulosos.
Cómo roban cabellos
Mujeres que han sido víctimas dicen que los robos casi siempre ocurren en Transmilenio y, en medio del descuido, les cortan buena parte de los cabellos.
Ninguna denuncia, pues resulta difícil explicarle a las autoridades qué delito podían presentar.
Es que para la ley, el cabello no es algo que se pueda robar, no es un objeto o una prenda que se pueda desprender. Por esa razón, en estos casos no hay nada que proteja la propiedad del pelo.
Precios compra y venta de cabellos
El dueño de una fábrica de pelucas en la localidad de Chapinero, Bogotá, dice que obtienen cabellos a través de donaciones que se reciben desde fundaciones y por parte de peluquerías.
El comerciante dice que hacer pelucas es costoso: más de 2 millones de pesos colombianos, por la materia prima, la mano de obra y las tinturas.
De acuerdo al rango de precios: una moña de 2 metros de largo de pelo en Colombia, alcanza a tener un precio entre 500.000 y 4 millones de pesos, que en comparación a una peluca de pelo natural llega a costar entre 900.000 y 6 millones.
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Según la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) la industria de la belleza movió 546 millones de dólares en 2021.