viernes, abril 26, 2024

DESTAPES: Petro y Chávez: dos caras de una misma falsa moneda

Roberto Trobajo
Roberto Trobajo
@Roberto_Trobajo

Hugo Chávez y Gustavo Petro son siameses políticos, iguales, idénticos, dos caras de una misma falsa moneda ¡devaluada!

Si habláramos de “quién fue primero si el huevo o la gallina” en el caso de este par de políticos; serían anomalías salidas de huevos culecos –podridos- desde sus entrañas.

Tratando de saber “por dónde le entra el agua al coco” la respuesta obvia es que por la raíz; empero, estos dos cocos son de poca agua y mala, no dan masas, y si acaso de esos que asustan por los tantos males que encierran en sí al ser engendros de (Fidel) Castro.

Alter Egos deviene en la idónea definición de lo que resultan entre estos dos políticos, porque son iguales en pensamientos y en modos de actuar.

Siameses políticos

Aunque a decir verdad, sin tapujos, vale afirmar que Gustavo Petro y Hugo Chávez son las dos caras de una misma falsa moneda.

Ambos son pésimos emprendimientos políticos que Fidel Castro echó a andar; en Venezuela el “chavismo” degeneró el país y ahora en Colombia el “petrismo” va por acabar con la democracia que –aún imperfecta- mantiene estable a la sociedad colombiana.

Mirando al espejo colombo-venezolano, se puede ver que con Petro presidiendo el país iría peor que lo acontecido en Venezuela.

Chávez se tomó el poder teniendo una millonaria producción petrolera, altísima, y vendiendo el barril del hidrocarburo por encima de los cien dólares.

Sin embargo, Colombia nunca ha sido de mucho petróleo y ahora está tan mal económicamente que con Petro estará peor.  

Claro, eso a los cubanos que hicieron mutar a Chávez en un monstruo y que hoy manipulan a su títere Petro, para nada les importa.

Lo único que le interesa a la injerencista Cuba es tratar de subir a Petro con el ensueño de que el “ex” guerrillero les resulte una versión mejorada de Chávez; pues desde ya se ve que Gustavo Petro es Hugo Chávez en cuerpo ajeno.

“No tengo la menor duda de que el mentor político de Gustavo Petro Urrego es Hugo Chávez Frías, hoy convertido, este personaje, por derecho exacto y por inhumanos resultados, además de una caricatura, en una realidad máxima del político dañino y destructor”; afirma Luis Guillermo Giraldo, reconocido economista y político colombiano.

Luis Guillermo Giraldo

El señor Giraldo es una voz de mucho peso, con certero juicio, pues fue el embajador de Colombia en Caracas, tanto en esos tiempos de la primera campaña de Chávez como luego en el inicial desarrollo del gobierno del comandante y presidente.

“Al examinar las campañas presidenciales en uno y otro país, me permito opinar que es y ha sido mucho más reflexivo y serio el elector colombiano”, opina Giraldo.  

Respetable opinión, pero con la que difiero –viendo la Colombia de hoy- en el país cafetero los políticos tradicionales han galopado al ritmo de la corrupción, y a pesar de que igual pasó en la otrora rica Venezuela, los colombianos no han sabido elegir bien y ahora están arriesgándose a que la gente ¡agobiada y ciega! elija peor, haciendo coronar a Petro…el Chávez colombiano.

Espejos

Lo evidente es que Chávez y Petro quisieron tomarse el poder por las armas: uno militar venezolano que dio aquel golpe de Estado, que le costó cárcel, y luego lo amnistiaron, para después ir -disfrazado de oveja- vía votos.

El guerrillero colombiano, dando plomo y cómplice de los terroristas que incendiaron al Palacio de Justicia con los magistrados adentro, estuvo preso, le beneficiaron con una amnistía, y se enfocó en ser alguien poderoso a través de votaciones populares.

Hugo Chávez, en campaña, se la pasó diciendo que lo de él no era socialismo y que en Cuba había una dictadura; y después voló a la Habana para que le ayudaran, vendiéndole su alma al brujo barbudo.

Gustavo Petro, dice que él no es socialista, y la última vez que perdió de inmediato se fue a reunirse con los que se apropiaron de la libertad del pueblo cubano, para que le “asesoraran” en su lucha de “resistencia”.

De la Habana regresó Chávez con el Socialismo del Siglo XXI que se inventó Castro y con el que el comandante cubano mandaría en cuerpo del comandante venezolano.

Desde la capital cubana llegó Petro, “recargado” con el cuento del “progresismo” que no es más que el “chavismo” reencauchado; malnutrido el colombiano con las malas energías de los espíritus de Castro y Chávez.

Chávez se fue para Cuba para tratarse un cáncer, y murió en la Habana.

Petro voló a la Habana por un cáncer –que le “curaron” en días- pretexto para estar semanas viviendo en la Casa 5 del exclusivo barrio habanero “El Laguito” donde lo adoctrinaron más sobre la ideología castrochavista y repasaron con él la estrategia de acciones para subir a la presidencia que aseguré que Cuba se tome a Colombia.

Casa 5 de El Laguito; exclusiva mansión habanera

El muro de contención del comunismo en Latinoamérica, Álvaro Uribe Vélez, a quien nunca soportó Chávez y el que Petro odia, siempre la ha tenido clara sobre ese par de cancerosos comunistas hijos putativos de Fidel Castro; si alguien los retrata bien es Uribe:

“Chávez fue un engaño. Petro es un oportunista que se ajusta a las situaciones del momento. Aunque Hugo Chávez era un hombre simpático, diferente a Gustavo Petro que es impostado y con una rabia que genera pánico”.

El expresidente colombiano profundiza más: “Chávez se proclamaba amigo de la empresa privada y de las libertades, pero cuando asumió el poder hizo todo lo contrario”.

Vale ilustrar que Hugo Chávez expropió a todas los empresarios que no le comulgaron, y por sólo citar un ejemplo –tristemente memorable- el régimen chavista acabó con los almacenes Éxito, desatando el desabastecimiento que depauperó al sufrido pueblo venezolano.

Coincido con Álvaro Uribe cuando dice que “Petro tiene una capacidad de enredo y de daño que uno no sabe por dónde pueda coger”.

Es que con Petro el remedio será peor que la enfermedad.

Chávez y Petro, auto abanderándose paladines de la lucha contra la corrupción que durante décadas desataron las oligarquías, se venden como promotores de cambios, pactando con las mayorías agobiadas, para que no sigan gobernando los mismos que empeoraron a la gente y bla-bla-bla…

En Venezuela muchos compraron lo vendido por Chávez y cayeron en el abismo, cruento, del que será muy difícil salir.

De ahí tantos venezolanos saliendo de un país, otrora rico, y hoy tan invivible que toca irse por el mundo para ¡vivir!

Ya en Colombia, Petro, muestra sus ganas de expropiar, de acabar con los empresarios que no acaten sus “cambios”; engatusa a jóvenes ignorantes de realidades –y frustrados que anhelan descargar sus rabias reprimidas tras malgastadas vidas cercenadas por perezas- chicos y medio viejos a quienes Petro enceguece, al punto de no querer ver que les pasaría igual a los millones de cubanos y venezolanos por el mundo padeciendo desarraigos.

Remembranzas

Durante 42 años, viviendo en Cuba, sufrí ver a la Isla empeorando y a una Habana hermosa derrumbándose a pedazos.

Visité Caracas hace veinte años, impresionantemente bella, y hoy me duele, partiendo el alma, la depauperación que demuele a toda Venezuela.

Los colombianos deberían pensar, reflexionar, mirar a sus vecinos, y bastaría un mínimo de sentido común para reaccionar y no caer en los mismos errores de cubanos, nicaragüenses, venezolanos.

Se dice que “nadie escarmienta por cabeza ajena”, y que “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”; pero el socialismo lleva más de un siglo (desde Lenin y Stalin hasta hoy) ¡destruyendo! ¡matando!

Más de 200 000 cubanos han muerto en el Estrecho de la Florida, ahogados y devorados por tiburones.

Ya también hay “balseros” venezolanos muriendo en el mar, intentando salvarse de regímenes deshumanizantes nefastos.

Hugo Chávez quería ser importante, rico, poderoso, y manipulando vendió una utopía que sabía era una rotunda mentira.

Gustavo Petro quiere el poder presidencial en Colombia, vendiendo humo, mintiendo, diciéndole a frustrados y ciegos lo que necesitan oír; pues sabe que así lograría adueñarse del país, regalar a corruptos como el expresidente español Zapatero, dueño de una mina de oro en Venezuela, y amigo común de Chávez y Petro.

Chávez y Petro son iguales caras de una misma falsa moneda ¡devaluada!

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