El pescado no se vende como antes, tampoco hay manera de sobrevivir con el turismo y con la llegada de la pandemia, dicen los pescadores, “estamos jodidos”
Los malecones de las playas en el oeste de Vargas cada vez están más repletos de gente a pesar de la cuarentena y las medidas de radicalización.
Allí se encuentran todo clase de venezolanos que buscan sobrevivir porque hay hambre.
Salen a pescar con neumáticos a alta mar, sometiéndose al inclemente sol o a que las aguas les jueguen una mala pasada, todo porque necesitan llevar comida a sus casas.
Los pescadores en vagas aumentaron con la pandemia, ellos forman parte del 43% de los hogares en Venezuela que reportan imposibilidad de trabajar producto de la crisis sanitaria por el COVID-19.
El dato es de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2019 – 2020 que elaboran anualmente las universidades Católica Andrés Bello, Central de Venezuela y Simón Bolívar.
Allí se describe también que el 93% de los hogares venezolanos se preocupan porque los alimentos se acaben.
Es decir, en el país 1 de cada 4 hogares tiene inseguridad alimentaria severa, determinada por la falta de alimentos y la disminución de los recursos para atender la cantidad y la calidad de la dieta del venezolano.
En este reportaje de Amy Torres para Impacto Venezuela conocerá la dramática historia de los pescadores del oeste de Vargas donde no hay turismo, ni hay trabajo, ni mucho menos bolívares en efectivo
Esto es Pescan para no morir de hambre:
