Director de la cárcel habría autorizado la fiesta, rumba vallenata que autoridades creen que aconteció con la ayuda cómplice de algunos guardias
Una parranda acontecida en la cárcel Picota sigue generando polémica luego de que la Procuraduría General de Colombia revelara que al establecimiento penitenciario permitió el ingreso de un grupo de vallenato completo, con cantantes como Mono Zabaleta, Ana del Castillo y Churro Díaz, al centro de reclusión.
Sobre la fiesta, que se realizó en el patio de extraditables el pasado 29 de septiembre, la Procuraduría abrió una indagación para establecer responsabilidades sobre el ingreso de elementos prohibidos.
En operativo sorpresa realizado en la cárcel se encontró 122 celulares, 30 modem de internet, tabletas, relojes inteligentes, parlantes de música y hasta 184 botellas de licor importado.
También fueron incautados varios electrodomésticos como televisores de gran tamaño, hieleras, estufas eléctricas, neveras, licuadoras, sandwicheras, utilizados en la celebración del Día de la Virgen de las Mercedes, patrona de los reclusos.
Lea también: ¡PLATA A LA PICOTA! Hermana de Piedad Córdoba intentó meter millones de pesos en esa cárcel
Lo que dicen las autoridades
El procurador delegado para la Defensa de los Derechos Humanos, Javier Sarmiento Olarte afirmó que “la apertura de una indagación disciplinaria es con el fin de establecer la responsabilidad de los funcionarios públicos que tenían a su cargo la custodia y vigilancia del establecimiento para la fecha y hora de los hechos”.
La procuradora general Margarita Cabello también se pronunció sobre la parranda en la Picota: “tendremos que escuchar a los guardianes que estaban de turno, ¿cómo entró un conjunto vallenato completo? ¿Cómo entraron cantantes?¨.
Además, dentro de la indagación preliminar, el Ministerio Público ordenó escuchar las declaración juramentadas y los testimonios de los cantantes mencionados anteriormente junto con Daniel Maestre Ramos y Fabio Quiroz.
El ministro de Justicia, Néstor Osuna, también se expresó enfáticamente en que las cárceles “no son clubes de recreo” y agregó que “en aquellos centros donde el Inpec no pueda mantener el control, habrá cambios drásticos”.
