jueves, marzo 28, 2024
EspecialesOpiniónOtra vez Venezuela
Andrés Villota Gómez
Andrés Villota Gómez
@AndresVillotaGo

Otra vez Venezuela
O

El intento de golpe de Estado contra el presidente Mariano Ospina Pérez, el 9 de abril de 1948, contó con la activa participación de Fidel Castro que había ingresado a Colombia con un pasaporte venezolano y como miembro de la Delegación de Venezuela que participaría en la Novena Conferencia Panamericana. La delegación llegó por tierra en un convoy de carros, buses y camiones que, decían en la época, iban llenos de armas. El presidente de Venezuela era el comunista Rómulo Gallego. El profesor Pierre Gilhodes, en su ensayo “El 9 de abril y su Contexto Internacional” afirma: “lo que sucedió en Colombia a partir de 1946, con el mandato de Mariano Ospina Pérez y la profunda división liberal se comprendería mejor si se relacionara con los acontecimientos que se presentaban por ese tiempo en otros países, en especial en Venezuela”.

La participación comprobada de comandos terroristas de paramilitares venezolanos en las intentonas golpistas en contra del gobierno del señor presidente Iván Duque en noviembre del 2019 y en septiembre del 2020, deja entrever un nuevo capítulo de la injerencia venezolana en los asuntos de Colombia que, como hace más de 50 años, aplica la misma fórmula de terrorismo urbano, pillaje de bienes, asesinatos de civiles y policías, y demás actos provocadores para que las fuerzas armadas actúen y puedan exigir la renuncia del presidente tildándolo de asesino, igual a como pasó en el “Caracazo” de 1989.

“La participación comprobada de comandos terroristas de paramilitares venezolanos en las intentonas golpistas en contra del gobierno del señor presidente Iván Duque en noviembre del 2019 y en septiembre del 2020, deja entrever un nuevo capítulo de la injerencia venezolana en los asuntos de Colombia”

Ha llegado a tal nivel de degradación ideológica, decadencia política y radicalización en el discurso que, al igual que algunos de los alcaldes demócratas en los Estados Unidos, los alcaldes de la extrema izquierda colombiana han promovido la destrucción de las ciudades que gobiernan aunque eso signifique la quiebra de las mismas por el éxodo masivo de la inversión.

Me cuentan que las entidades promotoras de inversión de las ciudades que no han sido victimas del flagelo de administraciones comunistas, están empezando a recibir solicitudes de empresas que quieren salir de Bogotá, Medellín, Cali y Cartagena, ciudades todas, en las que los alcaldes han exigido que se acabe la presencia de la policía y abiertamente han emprendido una campaña de persecución a la institución. Se ha llegado a tal nivel de fundamentalismo que la alcaldía de Bogotá va a usar dineros de los contribuyentes para pagar los honorarios de los abogados que demanden a la Policía.

Los venezolanos parecen no estar solos, también están presentes los intereses del amplio eje Pekin-La Habana-Caracas-Madrid-Teherán. Algunos analistas, por ejemplo, han coincido en decir que la obsesión del alcalde de Medellín con EPM y el proyecto de Hidroituango responde al interés de entregarle la operación del grupo empresarial al Partido Comunista Chino. El mismo alcalde ha promovido la llegada de médicos cubanos para reemplazar a los médicos colombianos y ha invitado a miembros del español partido comunista PODEMOS a que participen en foros y eventos en la ciudad.

Ese carácter transnacional que están teniendo los actos terroristas en las ciudades colombianas es, sin duda, uno de los principales motivos de la visita a Bogotá del Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo. La persecución de vieja data a las fuentes de financiación del terrorismo internacional ha prendido las alarmas sobre la posibilidad que las utilidades del narcotráfico y demás economías ilegales generadas en Colombia estén siendo usadas para financiar la actividad terrorista de grupos radicales de izquierda como ANTIFA y BLM en los Estados Unidos.

La tiranía venezolana desde sus estertores trata de hacer todo lo posible para que reconozcan a su gobierno espurio y le den legitimidad a la votación de diciembre de este año. Incluso ha logrado instrumentalizar (otra vez) a periodistas sin prestigio y consultores y analistas sin credibilidad que se han dedicado a hablar de “protesta social” para poder ocultar toda la barbarie irracional del terrorismo desatado en las calles de las 3 principales ciudades de Colombia. Sin embargo, tras la extradición del colombiano Alex Saab a los Estados Unidos esta situación podría tener un viraje de proporciones inesperadas pues en las próximas semanas se puede venir la inclusión de nuevos colombianos y venezolanos en la lista de la OFAC o “Lista Clinton”, al igual que la presentación de nuevas solicitudes de extradición y la apertura de “indictments” contra varios de los líderes en la sombra de esta nueva intentona golpista auspiciada desde Caracas.

“Venezuela intenta, una vez más, someter a Colombia usando el terrorismo con la complicidad de colombianos afines a la ideología del régimen de Miraflores”

El nuevo fracaso en la toma del poder que se esperaba fuera “relámpago”, tiene desesperados a sus promotores que parecen advertir que están cada vez más lejos del poder y mucho más cerca de una cárcel en los Estados Unidos. Venezuela intenta, una vez más, someter a Colombia usando el terrorismo con la complicidad de colombianos afines a la ideología del régimen de Miraflores.

0
Me encantaría tu opinión, por favor comenta.x