Se estima que la atención a los migrantes podría costarle a Nueva York hasta 2 mil millones de dólares, mientras que la ciudad atraviesa déficits presupuestarios y los migrantes se quejan de la comida que reciben
La crisis migratoria no da tregua y una muestra de ello es que en Nueva York el alcalde de la ciudad ha declarado públicamente que la llegada de al menos 400 migrantes diarios lo ha llevado a declarar una crisis humanitaria; mientras que los migrantes se quejan del trato y la mala alimentación
La situación es de tal magnitud que el alcalde de Nueva York, el demócrata Eric Adams, visitó la ciudad fronteriza de El Paso este domingo y les dijo a los migrantes que “no hay espacio” para ellos en la Gran Manzana, cita El País.
Se pudo conocer que la atención a los migrantes podría costarle a Nueva York hasta 2 mil millones de dólares, mientras que la ciudad atraviesa déficits presupuestarios.
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Comida en mal estado
La semana pasada Nueva York recibió en un día 835 migrantes, algo nunca antes visto según declaró el alcalde Eric Adams, citado por EFE.
“Todo esto está llevando al límite a la ciudad de Nueva York dijo a Adams en un comunicado. El alcalde asegura que están en presencia de “una crisis humanitaria, provocada por un amarga ausencia de una reforma migratoria”.
Al tiempo que asegura que “Todo esto está llevando al límite a la ciudad de Nueva York“.
Según las cifras que maneja la ciudad, desde la primavera pasada han recibido a 40,000 solicitantes de asilo, cuya principal característica es que son “inmigrantes con escasas posibilidades de ser reconocido como refugiados”.
Destaca a Adams que “Hemos abierto 74 albergues de emergencia y cuatro centros de ayuda humanitaria en tiempo récord, y lo hemos hecho enteramente con nuestros medios“.
Vale recordar que Nueva York legalmente está obligado a proporcionar derecho a cualquier persona que llegue.
Esta condición de Nueva York ha hecho que gobernadores opositores a la administración de Joe Biden hayan enviado autobuses llenos de migrantes, entre ellos venezolanos, para que fueran atendidos en la ciudad de santuario.
Al ser Nueva York una ciudad acostumbrada a recibir migrantes, las personas que llegan en su mayoría venezolanos se integran rápidamente mientras buscan empleo en sectores que tienen gran demanda, reseña El Diario.
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Comidas podridas
Pese a que las autoridades de la ciudad de Nueva York aseguran que se tratan de alimentos óptimos para el consumo humano, los migrantes indican que se trata de alimentos “incomibles”, ya que están cruda o podrida, por lo que se niegan a ingerirla.
Un grupo de migrantes alojados en el Row Hotel se quejó de recibir comida cruda, fría y caducada.
De acuerdo a un trabajo publicado por Telemundo 52 personas alojadas en este hotel señalan que la pasta está cubierta con cucharadas de grasa y las albóndigas congeladas.
Diana, una madre de dos hijos que se hospeda en este refugio, asegura que “a veces la comida huele mal. Está podrida. Y cada vez que los niños comen es como si tuvieran una intoxicación alimentaria”.
Hablan las partes involucradas
Por su parte, el alcalde Eric Adams advirtió que la comida no es el problema, sino los hábitos alimentarios de los migrantes. “La gente puede tener un gusto cultural diferente por ciertos alimentos; no podemos hacer eso. Sólo podemos proporcionar alimentos nutritivos para las personas.”
Mientras que un pediatra citado por Telemundo, doctor Kendall Rao a través de un comunicado dijo que “entre los pacientes pediátricos que buscan asilo que he estado viendo, ha habido un aumento en la cantidad de niños que informa problemas gastrointestinales, como falta de apetito, náuseas, vómitos diarrea y estreñimiento”.
Al tiempo que agregó que estos niños pequeños parecen estar teniendo dificultades para allá adaptarse a la comida de aquí.
En cuanto a los costos de la alimentación de los migrantes, la concejal de la ciudad, Julie Won, del comité de contratos, dijo que la ciudad está matando de hambre algunos de los hoteles pagando sólo $3 o $4 dólares por persona por día de comida.
Por su parte, los migrantes aseguran que no votan la comida. Los alimentos que tiran a la basura lo hace el mismo personal de los hoteles, que es el excedente de lo que quedó.
Organizaciones religiosas aseguran que el trato que se le dan a los migrantes no es el mejor, ya que cuando van a entregar ropa a los migrantes son maltratados por el personal del hotel.
