Gremios periodísticos de Venezuela aseguran que la política de Estado de silencias y amedrentar a medios y periodistas es un atentado frontal contra la Libertad de Prensa
Este 3 de mayo se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Pero, en Venezuela no hay nada que celebrar, puesto que la intimidación y amedrentamiento contra medios y periodistas se ha convertido en una política del Estado venezolano.
Para Edgar Cárdenas, secretario general del Colegio Nacional de Periodistas seccional Caracas, en Venezuela, esta debe ser una fecha para promover y desarrollar iniciativas en favor de la libertad de prensa, así como denunciar su constante violación.
Recuerda que fecha la proclamó la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, en cumplimiento de una recomendación aprobada en la 26ª reunión de la Conferencia General de la Unesco en 1991.
La misma brinda la oportunidad de evaluarla a nivel mundial, así como de rendir homenaje a los periodistas que han perdido sus vidas en el desempeño de su profesión.
Cuestión de respeto
Según el dirigente gremial, es un día propicio para que la administración de Nicolás Maduro entienda la necesidad y obligatoriedad de respetar su compromiso con la libertad de prensa.
Señala que en Venezuela permanece una política de agresiones a periodistas y medios. Esta situación se evidencia en los distintos casos de cierre de medios, acoso judicial, amenazas y hostigamiento al ejercicio del trabajo periodístico.
Dice que se trata de una estrategia cuyo objetivo es hostigar y silenciar la información.
Todo para que “el ciudadano no pueda estar debida y oportunamente informado. Tratan de de imponer además una matriz informativa sin apego a la verdad y al interés colectivo”, afirmó Cárdenas.
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Un riesgo
Cárdenas asegura que en Venezuela, ejercer el periodismo representa un enorme riesgo.
Dijo que “desde las altas esferas del poder gubernamental se mantiene una posición de agresividad e intolerancia frente a periodistas y medios”.
La práctica es contraria “a la obligación constitucional de proteger el ejercicio del derecho a la libertad de expresión, también previsto en los distintos instrumentos internacionales”.
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Agresiones a la libertad de prensa en cifras
Según el Observatorio de Seguimiento de Agresiones a Periodistas y Medios del CNP Caracas, se detalla que de enero a abril de este año registraron 68 casos de violaciones a la libertad de expresión e información.
Hostigamiento 7
Intimidación 8
Campañas de descrédito y criminalización contra periodistas 11
Borrado de material gráfico 3
Impedimento de cobertura 21
Agresiones físicas 1
Decomiso de móvil celular 1
Intento de borrado de material gráfico 1
Bloqueo de medios digitales 11
Cierre de emisoras de radio 3
Retención de credencial periodística 1
El escrito destaca que “la persecución y hostigamiento contra periodistas y medios, impacta en la labor que debemos cumplir para mantener a la sociedad informada oportuna y pluralmente”.
A esto se agrega “la impunidad en casos probados de agresiones contra periodistas”. La situación “en definitiva envían un mensaje entre líneas de que al periodismo puede someterse de acuerdo al interés de los agresores”.
El gremio señala que “el gobierno venezolano debe detener su política de agresiones a la prensa libre y garantizar el derecho ciudadano a informar y a ser informada”.
Habla el CNP: panorama oscurecido
Entre tanto, el Colegio Nacional de Periodistas (CNP), emitió un comunicado en el cual desnuda la realidad de la libertad de prensa en Venezuela.
“Entre mayo de 2021 hasta la fecha, el panorama noticioso nacional se ha oscurecido por el empobrecimiento de la oferta en temas”. También por la “falta de diversidad al momento de abordar la realidad política, sanitaria, social, ambiental, científica y económica de Venezuela”.
Destaca que hay un “silenciamiento sistemático de las voces disidentes, ya sea por censura directa, la autocensura o por acción perniciosa de los cambios de línea editorial”.
Argumenta que estos cambios son inducidos por “la criminalización de la verdad, en los que se sacrifican noticieros independientes”.
Agrega que estos noticieros se convierten en “cajas de resonancia de los reportes progubernamentales”. O lo que es peor, que “prefieran áreas informativas anodinas como la farándula, el deporte, la gastronomía o la moda, entre otras”.
Venezuela en crisis
El CNP resalta que la “situación hay que contextualizarla en una Venezuela asolada por la crisis espiritual y económica. Por el hambre, la miseria, la desescolarización y la falta de un sistema sanitario eficiente en medio de una pandemia”.
A ello se suman “los cortes de la conectividad, la violencia y la persecución política”.
para el gremio, este panorama “se agrava por la debacle económica del país, que redujo la inversión en publicidad para los medios independientes”. Y en especial subraya “la migración de los profesionales a otros países”.
En otro ámbito, señala que lo que ocurre con la migración de “los medios impresos a Internet”. Los mismos son “son víctimas del hackeo, los ciberataques y el bloqueo permanente desde el país. Sobre todo aquellos portales que muestran información contraria al régimen”.
Fake news
Y para rematar, el Colegio recuerda la “la proliferación deliberada de bulos o noticias falsas, producidas por ‘guerrillas comunicacionales’ nacionales o extranjeras”.
Los mismos existen “para confundir a la población u opacar la verdad mediante la magnificación de temas irrelevantes o la minimización de los que sí importan”.
Además, se usan para “la difamación de personas o instituciones, o la promoción de ideas o temas poco casados con la verdad y el interés de la sociedad”.
Esto, “amén del estado general de los servicios públicos, sobre todo el eléctrico, que incide directamente en el acceso del venezolano a las informaciones vía internet o radiofónica”.
La Ley contra el Odio y su influencia
El CNP lamenta que “mucho del silencio que impera ahora en Venezuela se debe a la imposición de la llamada Ley contra el Odio emitida por una Asamblea Constituyente”.
Califica la norma como “un esperpento que le permite al sistema judicial perseguir, enjuiciar y condenar a ciudadanos y periodistas”. Todo porque sus “opiniones pueden ser consideradas llamados de intolerancia o a la guerra, según el antojo de los órganos gubernamentales”.
La consecuencia es el “ensordecimiento disimulado por las rocolas en las que se han convertido la mayoría de las estaciones de radio en el país”. Las mismas “representan 71% de los 980 medios de comunicación que apenas quedan el país”, según la ONG Espacio Público.
Denuncia que con esa Ley “se hacen de oídos sordos a verdaderas incitaciones al odio emitidas desde los medios del Estado contra aquellos que estos consideran enemigos”.
Ante esta situación, el CNP “celebra que aún haya en el país medios y profesionales de la y comunicación social valientes, corajudos. Dispuestos a defender la verdad y el libre acceso de los venezolanos a la información, como parte fundamental del derecho humano a la Libertad de Expresión”.
