jueves, abril 18, 2024

No hay forma de resolver el problema de Venezuela sin una negociación

A pesar de las diferencias, las partes en conflicto deben respetarse y reconocerse, porque en medio está Venezuela azotada por una crisis sin precedentes que solo se soluciona con la negociación

Las imágenes del presidente de la Asamblea Nacional de Nicolás Maduro,  Jorge Rodríguez, junto con la directiva de Fedecámaras, causaron sorpresa entre los venezolanos. Hacía mucho tiempo que un acercamiento de esta naturaleza no se realizaba. Todo en medio de la polarización política del país. De esta manera, al parecer, se acerca un proceso de negociación.

Así comenzaron los acercamientos que en diciembre anunció Maduro y que a través de la AN se están concretando. Los expertos en política y economía coinciden en que la crisis del país no deja otra salida que la negociación. Es un término que, también por la polarización existente, ha sido satanizado.

La semana pasada, se dieron los acercamientos con el sector universitario y también con el sindical.

Hay otro elemento que hay que tomar en cuenta, en medio de este panorama, y es la designación del nuevo Consejo Nacional Electoral, con miras a las elecciones regionales.

De hecho, este proceso ya comenzó en la Asamblea madurista. Tanto que ya está conformado el Comité de Postulaciones Electorales que finalmente designará a los nuevos rectores del CNE.

La comunidad internacional

Por otro lado, la visión de la comunidad internacional sobre Venezuela también importa. En este sentido, hay dos hechos que llaman la atención: hay países que “ya no reconocen a Juan Guaidó como presidente interino”. Tampoco aceptan la extensión de la vigencia de la Asamblea Nacional, bajo la figura inexistente de la “continuidad constitucional”.

Esto ha pasado con República Dominicana y Alemania, cuyas autoridades también cuestionan a la AN instalada el 5 de enero. Pero sostienen que los problemas del país se deben resolver mediante una negociación.

De allí que la Unión Europea haya insistido en esto: la forma de resolver los problemas es que las partes se escuchen y se reconozcan. Es decir, que negocien.

La opinión de Josep Borrell

Josep Borrell, Alto representante de la Unión Europea. Foto cortesía

En este sentido, cobran importancia las palabras del Canciller de la UE, Josep Borrell. “La solución a la situación política en Venezuela tiene que pasar por una negociación”. Esto “excluyendo otro tipo de soluciones que no apoyaríamos. La negociación implica desde el principio una voluntad de cesión”, alertó en entrevista con medios europeos.

“Si todo el mundo llega a la negociación con sus posiciones y no las abandona no hay puntos de encuentro”, agregó.

Recordó que “hasta ahora todas las negociaciones han fracasado. Y cada parte, como es lógico, considera que el fracaso se debe a la otra parte. La última negociación, auspiciada por el gobierno de Noruega, también fracasó”.

Para Borrell, “sabemos que en una negociación nadie puede pretender que el otro asuma sus planteamientos. Todos tienen que poner de su parte”.

En este sentido, recordó ejemplos de países donde hubo transiciones. “Todas las transiciones políticas que ha habido en el mundo, la chilena, la española, la polaca, por ejemplo, pasan por el reconocimiento de las partes. En algunos casos por soluciones pactadas que involucran a los que vienen y a los que se van”.

En sus declaraciones, Borrell hace especial énfasis en la actitud que debe asumir la oposición liderada por Juan Guaidó.

“Creo que la oposición venezolana necesita reforzar su unidad. Les sería muy útil. Luego el reconocimiento o no del señor Juan Guaidó como presidente en ejercicio no es una cesión, es una consideración. Es lo que decidieron los Estados miembros de la Unión Europea en base al análisis jurídico de la situación creada”, dijo.

Sostuvo que “no reconocemos la Asamblea que surgió de las pasadas elecciones. Consideramos que no se hicieron en buena y debida forma. Pero tampoco podemos considerar que la Asamblea que llegó al final de su mandato siga en ejercicio. No reconocemos la extensión de un mandato. Creemos que jurídicamente presenta muchas dificultades. Consideramos que Guaidó es el líder de la oposición venezolana porque así lo ha querido la oposición venezolana”.

Grupo de Contacto y Noruega

El pasado dos de febrero, se reunió el Grupo Internacional de Contacto para Venezuela. Su petición era clara: unidad y solución de los problemas.

Con “la unidad”, se refería a la oposición, plagada de conflictos internos derivados de desacuerdos y “falta de dirección política y músculo social”, como lo dijo el dirigente Américo De Grazia.

Y con la petición de solucionar los problemas, el Grupo se refería a todos los actores políticos del país.

«Los miembros del GCI hacen un llamamiento a las fuerzas democráticas de oposición para que se unan”, señalaba el comunicado. Pedía que lo hicieran “como parte de un esfuerzo más amplio y concertado en favor de un mayor diálogo”.

También remarcaban que este diálogo “requerirá compromisos difíciles si Venezuela quiere llevar a cabo una transición exitosa a la democracia, la estabilidad y la prosperidad”.

La agrupación igualmente aseguraba que “la única forma de salir de la crisis es reanudar las negociaciones políticas con prontitud”.

También solicitaba “establecer con urgencia un diálogo inclusivo y un proceso de transición liderado por Venezuela”. El mismo debe conducir “a elecciones creíbles, inclusivas y transparentes de conformidad con las disposiciones de la Constitución y las leyes de Venezuela”, dice el texto.

Resaltan que “la designación de un Consejo Nacional Electoral independiente y equilibrado será una parte fundamental en ese proceso”.

Para ellos, un nuevo CNE “ayudará a eliminar todos los obstáculos a la participación política para que se lleven a cabo procesos electorales. No puede haber democracia sin el compromiso de todos los partidos de respetar las reglas electorales básicas y el papel imparcial del CNE”, añade el documento.

Ese mismo 2 de febrero sorpresivamente, reapareció Noruega. En un escueto comunicado, se supo que delegados de ese país estaban de visita.   “Con el fin de obtener una actualización sobre la situación política y humanitaria en Venezuela”.

Lo que piden las partes

Al día siguiente de la llegada de los delegados de Noruega, se conoció a través de la prensa internacional que se vinieron para sondear la situación sobre el terreno.

Y, efectivamente, se reunieron con Juan Guaidó, en su propia casa. Según ABC Guaidó ratificó su disposición a contribuir a una solución «seria y sin doble agenda» de la crisis venezolana. «Para nosotros es rutina reunirnos con Noruega, Europa, España y EE.UU., lo que es una novedad es que la dictadura se reúna con ellos», dijo.

Igualmente, se habrían reunido con Nicolás Maduro, quien ha dado señales de avanzar hacia “unas elecciones con condiciones”. Y para ello el proceso de designación de las nuevas autoridades del CNE avanza. En este momento ya está activado el Comité de Postulaciones.

Según la publicación, “la buena disposición que está mostrando Maduro fue premiada por la Administración Biden. Como por ejemplo, que hace diez días Cabo Verde autorizó que Alex Saab, testaferro de Maduro, pase a arresto domiciliario”.

Por otro lado, el Departamento del Tesoro ordenó el levantamiento de las sanciones a algunas transacciones necesarias para las operaciones ordinarias de puertos y aeropuertos venezolanos.

EE.UU. y Europa, con el Alto Representante de Política Exterior, Josep Borrell, y con la participación de José Luis Rodríguez Zapatero, se han coordinado para buscar una salida a la crisis.

Buscan elecciones libres, transparentes y democráticas. El chavismo, a través de Jorge Rodríguez, está dispuesto a negociar una mayor paridad en el Consejo Nacional Electoral (CNE). Todo para conseguir que la oposición acepte concurrir este año a unas elecciones regionales.

Pero, en ningún caso acepta elecciones presidenciales «porque no tocan hasta 2025». El chavismo considera que las elecciones que dieron el poder a Maduro en 2018 “son democráticas y justas”.

De allí la propuesta del gran diálogo nacional anunciada públicamente por Rodríguez. La misma pretende abrir un nuevo escenario político de intercambio de concesiones y garantías a la oposición.

Rodríguez quiere por último que la oposición libere entre 30 a 40 millones de dólares de los fondos de Venezuela (dados por Trump a Guaidó). Quiere el dinero para comprar vacunas contra la COVID-19.

En definitiva, la propuesta chavista busca legitimar las elecciones parlamentarias del pasado 6 de diciembre y, aún más grave, las presidenciales de mayo de 2018, no reconocidas por la comunidad internacional. Por su parte, la UE y EE.UU. quieren unas elecciones presidenciales libres sin Maduro ni Guaidó.

Nuevos actores

Henrique Capriles, excandidato presidencia. Foto cortesía @hcapriles

EE.UU. ha abierto dos nuevas vías para interactuar en este nuevo escenario. Desde el mes de octubre Biden tiene un canal de comunicación con Maduro a través del encargado de negocios de EE.UU. en Venezuela (aunque está en Colombia) James B. Story.

La segunda vía es Henrique Capriles Radonski. Él ha movido bien sus fichas y ahora juega un papel fundamental en las conversaciones.

Uno de los nuevos responsables de la diplomacia norteamericana para Latinoamérica es el venezolano Leopoldo Martínez Nucete, colaborador cercano de Capriles. Este exdiputado ha tendido puentes entre Biden y el opositor desde noviembre.

Según fuentes consultadas en EE.UU., Biden tiene más afinidad con Julio Borges, militante del mismo partido de Capriles, que con Carlos Vecchio, por «la posición tan pro Trump que tomaron varios miembros de su partido Voluntad Popular».

En la misma línea de Capriles, se encuentran varios opositores como el exdiputado Stalin González, líder de Un Nuevo Tiempo (UNT).

González explicó su postura en la negociación. «Hay que resolver el problema de fondo que es el 20 de mayo de 2018 (las elecciones presidenciales de Maduro que no fueron reconocidas por el mundo) y no sumar más problemas a la lista».

Recuerda que Venezuela está sancionada por EE.UU. por estas elecciones y que la vía podría ser «negociar unas elecciones anticipadas, nuevas elecciones o un revocatorio».

El líder de UNT asegura que las regionales pueden entrar en la lista de negociación. Pero «Maduro tiene que dar garantías y por ejemplo no nombrar más gobiernos regionales o locales paralelos donde pierden, y respetar la institucionalidad».

Guaidó y las garantías

Juan Guaidó es otro actor clave en este nuevo capítulo. Fuentes de su equipo aseguran que ellos podrían buscar condiciones y garantías para ir a unas elecciones regionales. «Siempre y cuando el gobierno se comprometa a hacer el revocatorio (para expulsar a Maduro), que toca constitucionalmente en 2022 de una manera limpia y democrática».

Ningún proceso negociador puede salir adelante si no participan todos los partidos políticos que representan a los venezolanos. Las negociaciones deberían incluir a aquellos que estén más alejados de las posiciones chavistas.

Obligados por las circunstancias

Luis Vicente León, director de la firma Datanálisis. Foto cortesía

El comienzo del diálogo por parte de la administración de Maduro no es de gratis. Así lo considera el director de la firma Datanálisis, Luis Vicente León. Cree que lo hace obligado por la crisis y el aislamiento.

“El gobierno tienen un cambio radical en sus condiciones porque cada vez está más aislado”. Con las sanciones “perdió su capacidad de control sobre la economía”, dijo en declaraciones para Impacto Venezuela.

Explicó que, con tantos meses de recesión, Maduro “no puede generar las asignaciones de divisas para el sector privado, como hacía antes”. Citó como ejemplo que, con la entrega “de dólares baratos controlaba esos sectores. Ahora no lo puede hacer. Era un importador directo y esas importaciones competían con el sector privado”.

Dijo que “eso le hacía mantener la economía bajo control y amenazaba al sector privado. Pero el proceso se fue perdiendo porque no tiene recursos. No puede importar de manera directa, perdió su capacidad de influencia”.

Es más, en los últimos meses, dijo que la administración de Maduro “se hizo dependiente de los sectores que sí puede hacer negocios. Por eso lo presionaron y la fueron obligando a que entregue cosas y garantías, para traer mercancía y dólares. Es un proceso que ha ido cambiando la relación. Lo han obligado a buscar acuerdos y ceder ante el sector privado”.

Remarcó que “de allí las negociaciones para evitar que lo sigan controlando”. León se refiere por ejemplo, a la aceptación de la dolarización de facto. O a la medida de bajar el encaje legal o de permitir cuentas en dólares, aunque los venezolanos solo vayan a gastar en bolívares.

Sin embargo, Luis Vicente León cree que no se deben confundir las negociaciones políticas con las económicas.

Por ello, aclaró que “las negociaciones con el sector privado son distintas” a los procesos de Noruega o República Dominicana.

“Puede realizar los procesos con el sector privado, porque no se trata de su supervivencia política, sino para garantizar el abastecimiento. Entonces, puede que haya más posibilidades de éxito”, en este terreno, enfatizó.

Sin embargo, León coincide con los representantes de la comunidad internacional. “No hay forma de resolver el problema de Venezuela sin pasar por un proceso de negociación política”.

Aseveró que por ello “ha habido mecanismos de presión, sobre todo internacionales”. Pero “se ha visto que no son insuficientes. Tampoco está planteado que la comunidad internacional venga a sacar a Maduro del poder por la fuerza. Y menos está planteado con Joe Biden”.

Para León, “lo que realmente ocurre es que, si tu te niegas a cualquier tipo de negociación política te estás excluyendo de la posibilidad de resolver el problema”.

En este caso, se refiere expresamente a la oposición de Guaidó que asegura que “no negocia con criminales”.  

“La posición de no negociar con hampones está bien, es éticamente correcto.  Pero, si no negocias con lo que hay, pero tampoco tienes la fuerza y el poder para presionar la salida (de  Maduro), la que se queda como la guayabera es la oposición”.

Sanciones y Biden

Luis Vicente León cree que “no hay posibilidad de levantar las sanciones, menos las personales.   No se van a cambiar, mientras no haya una voluntad de Maduro de cambiar su política y atender los problemas de Venezuela”.

No obstante, cree que “sí puede haber flexibilización de las sanciones que dañan la vida de la población. Allí sí se puede haber algún cambio. ¿Eso se le facilita la vida a Maduro? ¿Si las sanciones no sacan a Maduro pero deterioran la vida de los venezolanos, tienen sentido? La respuesta es obvia. NO”.

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