Armaron y apadrinaron a la guerrilla, se alzaron y demostraron quienes tienen el poder territorial de nuestro estado Apure, como consecuencia, más de cinco mil venezolanos que se encontraban en La Victoria tuvieron que desplazarse hacia Arauquita en Colombia para huir del conflicto generado entre la dictadura y estos grupos irregulares; sin embargo, para Maduro el enemigo no es la presencia de las disidencias de las FARC en Venezuela sino los medios de comunicación que hacen acto de presencia para mostrar lo que ocurre en la zona, así como el sufrimiento de miles de nuestros hermanos a causa de sus alianzas.
Maduro sigue poniendo en riesgo la vida de nuestra gente para mantener sus nexos con el narcotráfico y el terrorismo, su afán por demostrar el control territorial y su avaricia provocó un nuevo ataque a la prensa, esta vez, mediante la detención forzada de Luis Gonzalo Pérez y Rafael Hernández, enviados especiales del medio NTN24 Venezuela con el fin de narrar el conflicto que se vive en La Victoria.
“para Maduro el enemigo no es la presencia de las disidencias de las FARC en Venezuela sino los medios de comunicación que hacen acto de presencia para mostrar lo que ocurre en la zona”
LUIS SOMAZA
No solo estos dos periodistas fueron víctimas de la dictadura, también los activistas Juan Salazar y Diógenes Tirado, miembros de la ONG FundaREDES, quienes también se encontraban con ellos para acompañar su recorrido por la localidad.
La información que se manejó hasta el momento, es que la Fuerza Armada Nacional en conjunto con las FAES, se encontraban en La Victoria defendiendo el territorio venezolano y frenando el terror causado por la guerrilla; no obstante, al percatarse de los medios que representaban, la reacción fue ingresarlos al cuartel, quitarles sus teléfonos, equipos de grabación y amenazarlos con presentarlos por “traidores a la Patria”.
Lo obligaron a entrar a un cuarto con otros detenidos por más de 24 horas, recibiendo un trato cruel e inhumano al voltearlos contra una pared, con las manos en las espalda para tomarles fotografías donde se podían ver con sus equipos de trabajo en el suelo como si estos fueran armas, drogas u objetos contundentes para agredir o dañar a una persona.
Los obligaron a fingir ante las cámaras para liberarlos y así, lavarse las manos por los crímenes de lesa humanidad que cometieron contra ellos, contra los medios y contra todos los venezolanos.
La verdad resulta evidente: la persecución y el hostigamiento no es nada nuevo para el gremio ni para los defensores de los derechos humanos, es más fácil ser un delincuente en el país, que un profesional de la comunicación, de la salud o de cuál rama que le permita al pueblo pensar o decidir sobre las arbitrariedades de la dictadura.
“la persecución y el hostigamiento no es nada nuevo para el gremio ni para los defensores de los derechos humanos, es más fácil ser un delincuente en el país, que un profesional de la comunicación, de la salud o de cuál rama”
LUIS SOMAZA
Lo que ocurre en Apure se ha venido denunciando desde hace años, los militares solo permiten el ingreso de medios de comunicación como los del canal 8 para que puedan manejar el conflicto a su conveniencia, pero no a un medio independiente que refleje las graves violaciones a nuestra soberanía, orquestadas directamente desde el Palacio de Miraflores.
La guerrilla tiene años en nuestro país, en el interior nuestra gente tiene mucho más tiempo sufriendo las consecuencias de la desidia y la avaricia de un dictador, los medios y la libertad de expresión no han tenido un rumbo diferente.
Roland Carreño también es un ejemplo de este trato cruel e inhumano, su caso se mantiene en un limbo procesal y no tiene – ni siquiera- fecha para su audiencia preliminar porque los jueces se niegan a dar una respuesta sobre el recurso que ejercieron sus abogados el 4 de noviembre de 2020.
Así como todos los presos políticos, a nuestro hermano y amigo también se le imputa traición a la Patria, es irónico que quienes secuestran y asesinan a un pueblo entero sean justamente quienes castiguen a los venezolanos con ese delito.
Quienes aún insistan en alzar la bandera de la libertad serán castigados, quienes decidan informar estas arbitrariedades ante el mundo también, esta es nuestra realidad pero no significa que no pueda ser cambiada.
Hasta el 10 de marzo de este año, la ONG Espacio Público registró 38 violaciones a la libertad de expresión en 19 casos distintos, donde los trabajadores públicos (28 %), los periodistas (24 %) y los medios de comunicación (20 %) fueron las víctimas más frecuentes por el “crimen” de estar bajo la búsqueda de información.
Entre enero y septiembre de 2020, la misma ONG documentó 454 violaciones a la libertad de expresión, relacionadas con hechos de violencia contra trabajadores de los medios.
La autocensura es mucho peor que la censura, por eso no podemos dejar solos a nuestros periodistas, activistas de las ONG ni a nuestros presos políticos, informar a nuestros familiares y amigos es fundamental para frenar las noticias falsas creadas por la dictadura para sembrar terror en los venezolanos. No estamos solos, sabemos que la crisis nos arropa pero también sabemos que saldremos adelante.
Gracias desde el Despacho de la Presidencia Encargada a todos los medios de comunicación y a las ONG en nuestro país por insistir, resistir y creer en Venezuela, ustedes son una pieza clave en la recuperación de nuestra libertad.