Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, (UNFPA), desde el Estado se han hecho esfuerzos para prevenir el embarazo adolescente en el país, pero no ha sido suficiente
La cifra de embarazo adolescente en Venezuela es uno de los principales problemas sociales del país. Tanto, que se han registrado 97,7 por cada mil jóvenes de entre 15 y 19 años.
La información la dio a conocer Jorge González Caro, representante en Venezuela del Fondo de Población de las Naciones Unidas, (UNFPA).
En entrevista con Unión Radio, el experto indicó que “este número está muy por encima de la media regional. Es todavía uno de los principales problemas de Venezuela en medio de la crisis humanitaria”.
Sin embargo, dijo que hay “una buena noticia”, porque “se ve conciencia y preocupación por parte del Estado venezolano”, para enfrentar el flagelo.
Recordó que en 2018 se aprobó el plan de prevención y reducción del embarazo a temprana edad en Venezuela.
“Muchas de estas medidas estaban detenidas por la pandemia de COVID-19, pero se han adaptado a la realidad. Hemos reunidos esfuerzos con el sector privado para el tema de prevención”, explicó.
Por otro lado, González dijo que “hay un reto enorme por delante, pero se están empezando a ver resultados”.
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La más alta de la región
La tasa de fecundidad en adolescentes en Venezuela es de 85,3%, una de las más altas de la región.
“El embarazo adolescente es uno de los problemas más estructurales que ha padecido el país. Las elevadas tasas no son producto de la crisis económica, no es un problema de reciente data, ni coyuntural, lleva por lo menos cincuenta años sin modificarse”, explica González Caro.
Recordó que en el 2012 se creó un subcomité de estadística de embarazo adolescente. En el mismo se reunieron todos los organismos del sector que tienen que ver con el problema.
La idea era diseñar políticas públicas para la disminución de los embarazos en adolescentes.
Ese grupo dio lugar al PRETA, Plan Nacional para la Reducción del Embarazo a Temprana Edad.
Al respecto, el experto dijo que el “plan pone Venezuela en el camino correcto para la reducción del embarazo adolescente”.
Destacó que ese plan “tiene una dirección estratégica, unos lineamientos muy claros, responsabilidades asignadas a cada uno de los organismos del sector y un plan que en la medida de lo posible ha sido costeado por cada uno de los involucrados”.
El “costo” del embarazo adolescente
Con apoyo del UNFPA se ha recogido y analizado data sobre las consecuencias socioeconómicas del embarazo adolescente en ocho países de Latinoamérica.
El estudio concluye que la maternidad temprana está altamente relacionada con la brecha educativa, como causa y efecto.
Esto además “es un semáforo de la transformación social, puesto que un país que avanza y se moderniza es un país que incorpora a la mujer en la fuerza de trabajo”, dice el estudio.
Agrega que, además, con educación la mujer obtiene “autonomía financiera y física, aspectos que se dificultan en países con altas tasas de embarazo adolescente”.
Este embarazo “es el mayor obstáculo para reducir el ciclo de la pobreza y que involucra costos significativos para el Estado tanto por gasto asistencial como por los ingresos fiscales que deja de percibir”.
El documento igualmente resalta que “contar con evidencia del costo socioeconómico del embarazo adolescente es clave para dimensionar el efecto negativo del problema en las economías y en el desarrollo de los países”.
Esa evidencia “brinda nuevos argumentos desde una perspectiva macroeconómica que complementa a los estudios ya realizados en la materia”.
La prevención como derecho humano
“No hace falta prevenir el embarazo adolescente por razones económicas sino porque es un derecho humano”, dijo para el directivo de la UNFPA, Federico Tovar, asesor regional en insumos de salud reproductiva.
“Es el derecho a tener opciones en la vida, al poder decidir cuándo ser padre o madre y en qué condiciones, pero los argumentos económicos nos ayudan a evaluar las consecuencias del trabajo que estamos desplegando”, explicó.
