Hasta el Dr. Knoche se atrevió a utilizar la técnica médica, no sabemos si con la intención de considerar la conservación de cuerpos para la vida eterna
Mientras que en el occidente del mundo estábamos acostumbrados al tradicional entierro de nuestros seres queridos y ahora se populariza la cremación, que es la destrucción por medio del calor de los cadáveres, en otras cultura creen que la técnica más adecuada de conservar los cuerpos es la momificación.
Por ejemplo, los egipcios consideraron la muerte terrenal como una interrupción temporal, ya que el ser humano tenía la posibilidad de vivir eternamente. Es aquí donde tiene cabida el ritual la momificación del cuerpo, que considera en mayor medida la posibilidad de vida eterna.
Por esto, cada individuo debía disponer de una tumba o casa de eternidad que acogiera su momia, el equipamiento necesario para su subsistencia y una zona de culto. Pero de nada servían estos preparativos si el alma del difunto no superaba el juicio a que era sometida por parte de un tribunal presidido por Osiris, dios de los muertos. Un juicio que valoraba la rectitud y virtuosidad de la persona, En el caso de resultar favorable el acceso a la inmortalidad estaba garantizado y de no ser así, perecía irremediablemente.
Aunque parezca muy lejano en el tiempo, son varias las culturas que prefieren o hasta exigen cumplir con esta técnica. Pero es un práctica que no está exclusivamente dedicada a los humanos, sino que también lo hacen con sus mascotas.
Incluso por estos lares son conocidas las actividades, que algunos catalogan hasta de leyenda, del doctor Gottfried August Knoche, un médico cirujano alemán radicado en Venezuela a finales del siglo XIX famoso por inventar un líquido embalsamador con el que momificó docenas de cuerpos, incluyendo el suyo propio, en su laboratorio ubicado en la Hacienda Buena Vista, sector Palmar del Picacho de Galipán, en terrenos de lo que hoy es conocido como Cerro Ávila o Parque Nacional Waraira Repano.
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Sin embargo, no hay unificación de criterio con relación a la técnica. Pero para ilustrarlos, aquí le dejamos unos seis pasos fundamentales del proceso de momificación:
1.- Se verifica el pulso y la respiración de la persona para asegurase que realmente falleció.
2.- El cuerpo es lavado para quitar cualquier imperfección que el mismo halla sufrido previo a la muerte.
3.- Se sutura una pequeña parte de la zona izquierda de cuerpo para retirar los órganos de la persona.
4.- El cuerpo es embalsamado con natrón (mineral a base de carbonatos y nitratos) por 40 días para lograr la deshidratación del mismo.
5.- Se mojan varias gasas con natrón y se envuelve el cuerpo.
6.- El cuerpo se lleva a reposar a un ataúd u otro lugar de elección de los familiares.
