Los dos reclusos tenían cuadros relacionados con tuberculosis, enfermedad que se propaga rápidamente, mucho más, cuando hay hacinamiento, por lo que el OVP alerta del peligro que reviste el traslado de miles de presos enfermos a varios penales del país
Luego de su traslado del penal de Vista Hermosa (Bolívar) a la cárcel de Uribana (Lara), en el marco de la operación Gran Cacique Guaicaipuro, fallecieron dos reclusos, cuyos familiares denunciaron que no recibieron la atención adecuada, ante sus delicados cuadros de salud.
El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), informó que se trata de Jhon Anderson Medina, con diagnóstico de diabetes y tuberculosis y de Charles Antonio Moro Soto, quien tenía falla multiorgánica, además de una fuerte infección respiratoria aguda y neumonía, a consecuencia, igualmente, de una TBC.
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Salieron para morir
El 7 de noviembre, al Centro Penitenciario David Viloria, conocido como Uribana, ubicado en el estado Lara, llegaron tres autobuses con 110 presos provenientes del Internado Judicial de Occidente.
Ante los rumores de intervención del recinto carcelario, los familiares de Medina escribieron a la Ministra de Servicios Penitenciarios para informarle sobre el estado de salud de su ser querido, quien tenía un cuadro de desnutrición y además era insulino-dependiente, pero no hubo respuesta antes del desalojo y mucho menos después, según relataron ellos mismos.
El OVP pudo conocer que el día del desalojo lo único que hicieron los funcionarios que estaban a cargo de la operación fue reseñar e identificar a los presos, nadie se encargó de evaluarlos en el momento y, a pesar del diagnóstico, a Jhon Anderson lo montaron en los autobuses de traslado.
Luego, en ya en Uribana, el recluso se descompensó y lo llevaron al hospital Antonio María Pineda, donde lo dejaron recluido y le ordenaron hacerse varios exámenes que los familiares en Bolívar tuvieron que pagar, con mucho esfuerzo.
Pero, el estado de Jhon Alberto se deterioró rápidamente. Las condiciones en las que había llegado al Hospital fueron bastante críticas y el sábado 11 de noviembre falleció.
En el caso de Charles Antonio, el OVP señala que fue trasladado desde el estado Bolívar junto a otros 109 presos y su condición física desmejoró considerablemente tras ser desalojado del penal y pasar 18 horas en carretera hasta llegar a la cárcel de Uribana. En este grupo también se encontraba Jhon Anderson, otro preso que presentó problemas de salud.
Un día después de haber llegado a Lara, específicamente el 8 de noviembre, trasladaron a los dos presos hasta el Hospital Central, donde ambos fallecieron con horas de diferencia.
Están enfermos
A la ONG le preocupa el hecho de que, de los siete penales desalojados, sacaron una gran población que estaba contagiada con TBC, enfermedad que dentro de un recinto penitenciario se puede contagiar rápidamente.
La TBC se transmite a través del aire, sobre todo si la persona contagiada tose o estornuda.
“Estás personas no están recibiendo tratamiento, ni atención médica, están compartiendo espacios con el resto de la población reclusa y se mantienen en sitios cerrados y hacinados, en donde parece ser un verdadero caldo de cultivo para que esta enfermedad se propague con facilidad”, alerta el Observatorio.
Y denuncia finalmente que “año tras año hemos registrado como las cifras de los privados de libertad fallecidos han aumentado a consecuencia de problemas de salud y con la cantidad de personas trasladadas desde siete penales nos preocupan los índices de hacinamiento”.
